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¡Gracias, Bonilla, por el favor recibido!

Cuando parecía que el ciclo de Richard Páez al frente de Millonarios estaba terminado, hubo milagro en el estadio La Independencia: el arquero del Boyacá Chicó, Cristian Bonilla, salió a cortar un centro sin mucho peligro de Luis Mosquera. La pelota le rebotó en la palma de la mano derecha y le cayó a Humberto Osorio Botello, quien le metió la cabeza a la pelota y le salvó la ídem al técnico venezolano.

Fue un 1-1 sin gracia. El partido, para Millos, fue una fotocopia de los
últimos juegos del equipo: mucho tiempo con la pelota, pero poca efectividad:
solo tuvo una opción clara de anotar antes del milagroso gol de Osorio
Botello, y de carambola: otro centro de Mosquera que tomó rumbo al arco y casi
sorprende a Bonilla.
La otra parte que fue casi igual a los partidos anteriores es que cada vez que
le llegan a Millonarios hay peligro. Boyacá Chicó jugó a ser visitante en su
propia cancha y no atacó mucho. En la segunda opción clara que tuvo, llegó el
gol: un pelotazo de Elvis Perlaza dejó en evidencia la lentitud y el bajo
nivel del uruguayo Ignacio Ithurralde, quien se puso a mirar al jugador que
picaba con él y no a la pelota y siguió derecho. José Erik Correa recibió la
bola y venció a Nelson Ramos, a los 13 minutos del segundo tiempo.
Mientras el técnico local, Alberto Gamero -con Harold Bonilla como
representante suyo en la pista atlética porque estaba suspendido-, le apostó a
mantener la misma fórmula y metió a otro jugador rápido, Luis Hernando Mena,
para tratar de aprovechar algún otro error, Páez mandó a Ómar Vásquez y a
Matías Urbano para tratar de salvar un puntico. Pero luego, cuando faltaban
nueve minutos para terminar el juego, repitió la estrategia que hizo en el
clásico con Santa Fe: ese día dejó en evidencia a Juan Esteban Ortiz, quien
falló en el tercer gol de los rojos, al sacarlo del campo. Esta vez lo hizo
con el uruguayo Ithurralde, quien se llevó, de paso, una lluvia de silbidos de
más de 10 mil hinchas de Millonarios que llegaron a Tunja para ver el juego.
El tema parecía liquidado para Millonarios, hasta que llegó el error de
Bonilla y el sexto gol de Osorio. ¡Qué paradoja! Un equipo sin gol tiene a uno
de los artilleros del campeonato...
Once puntos en diez partidos, con apenas 11 anotaciones a favor. Doce puntos
de diferencia con el Cúcuta, último en la tabla del descenso. Las cifras no
ayudan a Millos, que, para completar, tiene un partido dificilísimo dentro de
ocho días en Barranquilla, la misma ciudad en la que se perdió todo en
diciembre, cuando los hinchas pensaban en la estrella 14.
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