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SIN MANUAL DE INSTRUCCIONES.

Ah! si los hijos llegaran al mundo con un manual de instrucciones todo sería más fácil, nos limitaríamos a seguir las indicaciones sin temor a equivocarnos.

Ser padres perfectos es un sueño que casi todos añoramos, el problema es que por más que nos esforcemos es un poco difícil alcanzarlo. Lo que pasa es que la educación que nos han dado y nuestro concepto la vida influye de manera importante al realizar esta tarea tan dispendiosa que es la crianza de los hijos. De todas formas hay una herramienta de la cual todos podemos echar mano y es la disciplina. Claro que para inculcar disciplina debemos disciplinarnos así mismos moldeando nuestro carácter y dando ejemplo. Así podremos guiar a nuestros querubines por el intrincado camino de la vida.
Pero como no es así tenemos que aprender por el camino a educarlos desde que nacen hasta que ya son adultos. Y es que cada ser humano es intrínsecamente tan distinto que las instrucciones para uno difícilmente pueden aplicarse para otro. De todas maneras hay parámetros generales que pueden guiarnos para lograr mejores ciudadanos, mejores amigos, mejores vecinos, mejores compañeros.
Empecemos viéndonos a nosotros mismos, porque es el primer modelo que el hijo puede ver desde la cuna. El famoso refrán que dice de tal palo tal astilla nos da la razón y ojalá lo tuviéramos más en cuenta a la hora de educar a los hijos. Pero si dar buen ejemplo es fundamental también lo es saber enseñar. Si, tenemos que aprender a enseñar aunque no tengamos vocación de maestros. Y lo primero que nos preguntamos es cómo aprenden los niños? La respuesta es sencilla, ellos aprenden viendo, escuchando, oliendo, saboreando, tocando, moviéndose, en fin utilizando todos sus sentidos y si alguno de ellos falla puede obstaculizar el proceso de aprendizaje. En esto debemos estar muy pero muy alertas en todas las etapas de desarrollo del bebé para detectar a tiempo cualquier anomalía. El niño aprende jugando, haciendo cosas, si usted no lo reprime ya está haciendo mucho por él. El niño aprende curioseando, si usted estimula su curiosidad él querrá aprender más. El niño aprende imitando de nosotros la honestidad, la paciencia, la perseverancia, el optimismo y todos los buenos modales que se necesitan para vivir en sociedad y para ser triunfadores.
Ayudar a nuestros hijos a aprender no quiere decir que tengamos que hacer las cosas por él porque de hacerlo estaríamos logrando todo lo contrario. Lo que tenemos que hacer es dejarlos ejercitar sus capacidades imponiendo siempre límites de conducta. Sin estos límites los niños no sabrán hasta dónde pueden llegar y se desbocarían por el mundo sin la menor autodisciplina.
Disciplina, palabra clave en la educación de futuros hombres de bien y tan olvidada a veces por los padres modernos y descomplicados. Por eso abundan en esta generación niños malcriados, sistemáticamente mimados, pésimamente preparados para la vida y, sin lugar a dudas, semilla de la delincuencia. Menos mal que la disciplina como la fe han vuelto a ponerse de moda como resultado a la necesidad del hombre de encontrarse a sí mismo y detener un caos amenazante.
La disciplina es sinónimo de obediencia y orden, pero que quede claro, no tiene nada que ver con la flagelación. Nuestros hijos deben obedecer no por miedo sino porque entienden a la perfección los límites que les hemos impuesto y las normas que deben seguir para llevar una vida sana, armoniosa y fructífera. Y es que cambiar hábitos en la adultes es, si no imposible, bien complicado. Por eso debemos suavizar en los niños su innata inclinación al egoísmo y la agresividad. Si la agresividad que empieza con sus berridos cuando nos piden pañales limpios, biberón y cuando quieren llamar nuestra atención.
Y no podemos dejar de hablar del amor, aunque por instinto amamos a nuestros hijos. Es innegable que ellos necesitan sentirse queridos para aprender con facilidad y repito quererlos no es malcriarlos. El trato y cariño que recibe el niño durante los dos primeros años de vida cuenta mucho en la actitud hacia sus semejantes a medida que crece.
AMOR FIRME
Si usted está segura que su bebé esta en perfectas condiciones de salud, está llenito y seco déjelo que llorar un tiempo prudencial antes de alzarlo.
Cuando empiece a comer con cuchara enséñelo a comer todo y a no jugar con la comida.
Enséñele la diferencia entre la diversión y el desorden. hay travesura puede convertirse ingenuamente en un acto delictivo.
Corríjalo con inteligencia, recuerde que una acción vale más que mil reprimendas.
El castigo físico y las amenazas ociosas nuca corrigen al niño.
Exíjale que sea ordenado con sus cosas desde pequeño.
Enséñelo a emplear bien su tiempo.
Y sobre todo enséñelo a ser responsable.
No permita que se quede mucho tiempo pegado al televisor o que utilice siempre juegos computarizados. Esto miniminiza su creatividad.
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