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El 'deporte blanco' que se la juega por los niños del Chocó

Hace 8 años un abogado dejó su profesión para luchar por el deporte y los niños de su departamento.

HUELLA SOCIAL
Dejó la corbata y la jurisprudencia para vestirse de tenis y pantaloneta porque cree que en su tierra dan más frutos los deportistas que los abogados.
Cambió tribunales y consultorios jurídicos por canchas y terrenos abiertos y en lugar de clientes se dedicó a ‘arrebatarle’ jóvenes y niños a la delincuencia, la prostitución y el conflicto armado.
Hace 8 años, Fabio Serna Machado, abogado oriundo de Lloró, municipio del occidente chocoano, abandonó el Derecho para perseguir su sueño: montar en su departamento una escuela de tenis, deporte que aprendió de niño cuando vacacionada en Cali, y que desarrolló en su juventud cuando prestó su servicio militar en la Policía.
“Al principio nadie daba un peso por este proyecto. Mis amigos me tildaron de loco”, comenta este corpulento hombre.
El tamaño de su osadía no solo se medía porque aspiraba ‘plantar’ el tenis en esas tierras fértiles en atletas, pesistas y jugadores de fútbol y de básquet, sino porque en ese terruño de negritudes pretendía apostarle al llamado ‘deporte blanco’ -el mismo que nació en las clases altas de la aristocracia europea donde se practicaba con vestimenta blanca,como símbolo de prestigio y nobleza.
Las raíces
Empezó en el 2008 con 10 niños e igual número de raquetas en la cancha de la Policía de la calle de Los Robles, en Quibdó, bajo un permiso del coronel de ese entonces y con donaciones de recursos de amigos y conocidos.
Poco a poco se fueron sumando más niños que llegaban atraídos por la técnica hasta que en una sola cancha llegó a albergar a 250 menores por turnos, de 3 a 4 de la tarde, de 4 a 5 y de 5 a 6.
“El objetivo era que empuñaran raquetas y le hicieran saques a la pobreza”, sostiene Fabio Serna Machado que bautizó su naciente escuela de tenis como Fasema, una combinación de las iniciales de su nombre.
“Este es un deporte que brinda elegancia y buenas costumbres a quien lo practica y le permite fomentar un estilo de vida saludable y una convivencia pacífica”, resalta.
Hoy trabaja en una cancha de micro fútbol que arrendó en la Unidad Deportiva del barrio El Cariño, a las afueras de la ciudad. Desde allí ha consolidado programas como ‘Tenis al Colegio’ y ‘Tenis al Barrio’, que son los semilleros donde identifica talentos para luego meterlos en el equipo de formación de la escuela.
De esta forma, Fasema ha llegado con el deporte blanco a las zonas más marginadas y estigmatizadas de Quibdó, a barrios como El Reposo, Buenos Aires y La Victoria bien conocidos por sus altos índices de pobreza, homicidio y hurtos.
“Allí vamos a convencer a niños y jóvenes de su potencial, a arrebatárselos a la delincuencia y los malos pasos, a decirles que son sumamente importantes para el Chocó, que hay una familia llamada Fasema que los quiere y les da oportunidades a través del deporte y en donde los problemas se pueden resolver hablando y jugando”, dice Fabio quea la fecha, ha sido coach de unos 600 jóvenes y niños.
Semillero de talentos
En este proceso, ha consolidado una especie de régimen contributivo y subsidiado que le permiten financiar el programa. Así, los padres de los niños que pueden hacerlo, pagan una pequeña mensualidad de dónde sale un porcentaje para sostener a los niños de escasos recursos (entre ellos, indígenas) que también van a la escuela y que representan un poco más del 70% de los beneficiarios.
A su vez Fabio, que ya está certificado como entrenador por el International Tennis Federation, ha consolidado, a través de amigos y contactos, un grupo de padrinos del programa en Colombia y Estados Unidos que hacen donaciones periódicas de raquetas, pelotas, uniformes y otros elementos.
Con esos apoyos ha logrado llevar a sus muchachos a torneos y campeonatos en Medellín, Cali, Armenia, Pereira y Bogotá donde se han coronado como campeones y subcampeones.
“Muchos pueden pensar que es solo una escuela que enseña tenis, pero los que hemos pasado por allí sabemos que es mucho más que eso: es un lugar donde te enseñan que lo más importante son los valores. Yo recuerdo que si hacíamos algo malo el profe nos sancionada, y eso hoy se lo agradezco porque es por esas pequeñas cosas que soy un buen ser humano”, afirma Juan Camilo Bechara, de 16 años, campeón de la Copa Vedetta Medellín 2011, campeón del Torneo de Talentos Cali 2011, desde Londres donde ahora se encuentra estudiando inglés en el Warwick Collegue.
Como el suyo hay otros casos de éxito. Zarly Caicedo, quien fue campeona de la Copa Vedetta Medellín 2012, ahora estudia técnica forense y criminalística en Medellín al igual que Dylan Coutin, otro de los talentos chocoanos que se prepara como ingeniero industrial en la Universidad de Antioquia.
Pero la lucha del ‘profe’ Fabio ha ido mucho más allá de mostrarles a estos jóvenes que existe otro rumbo.
En el 2014, logró que Coldeportes le aprobara la creación de la Liga Chocoana de Tenis y hoy ya están afiliados a la Federación Colombiana de Tenis. Gracias a ello, el año pasado participaron por primera vez en los Juegos Deportivos Nacionales y entre su palmarés ya cuentan con la ‘Malla de Oro’, el máximo galardón otorgado por la Liga Antioqueña a los mejores en esta disciplina.
Ahora la meta está fijada en conseguir un espacio adecuado para los entrenamientos, en buscarle techo y paredes a la escuela. Con colectas, donaciones y trabajo duro ya compraron un terreno donde esperan construir su sede y cuatro canchas. “No hemos recibido apoyo de los gobernantes de turno. Nos toca luchar y lo seguiremos haciendo. Aún no cuelgo mi raqueta”, puntualiza Fabio.
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