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Penal de Guaduas tiene tres horas de agua al día

Fallas en su construcción y diseño llevaron a que 1.450 presos vivan en condiciones críticas.

ANDRÉS ZAMBRANO
Es viernes, casi al mediodía. A 37 grados centígrados de temperatura, los presos de la cárcel de Guaduas, en Cundinamarca, se apresuran para recoger agua en recipientes plásticos, antes de que la corten.
Los 1.450 reclusos de este penal tienen que aprovechar cada minuto del líquido, pues solo lo reciben tres veces al día, por una hora.
En las mañanas el agua baja a las 5:30, hora que muchos aprovechan para bañarse. A las 11:30 vuelve el líquido, durante 60 minutos más, tiempo en el que se duchan, lavan la ropa sucia y asean las celdas. La última hora de agua la tienen a las 5:30 de la tarde.
El mismo racionamiento, que también tienen que vivir los 197 guardias y las 25 personas que conforman el grupo administrativo de ese penal, se repite todos los días. “Vivimos en una olla a presión, en un horno microondas. La poquita agua que nos llega es turbia”, dicen algunos presos de los 155 recluidos en el pabellón 4 de mediana seguridad, en donde están los condenados por delitos sexuales.
Las condiciones deplorables en las que hoy se mantiene esta cárcel llevaron a que el anterior director del Inpec, general Gustavo Adolfo Ricaurte, prohibiera que cinco de sus pabellones de mediana seguridad se ocuparan. Esto hizo que hoy sea una de las pocas que viven sin hacinamiento: tiene capacidad para albergar a 2.805 internos, pero solo está ocupada en un 51 por ciento.
Sin embargo, la crisis humanitaria en el penal se podría agravar. La actual administración del Instituto ordenó recibir a 1.878 nuevos reos hasta el 31 de marzo.
Fallas en construcción
La cárcel de Guaduas, que se inauguró el 11 de agosto del 2011, fue una de las 10 megacárceles de tercera generación que le costaron al país más de un billón de pesos y que fue construida en el gobierno del presidente Álvaro Uribe. El contratista del penal, según el Inpec, fue el consorcio Rioseco. El interventor fue la firma Ponce de León y Asociados S.A. Ingenieros Consultores, empresa del cuestionado grupo Nule, condenado por el ‘carrusel’ de contratos en Bogotá.
Para algunos expertos en ingeniería esa cárcel nunca debió construirse en ese terreno que el gobierno le expropió al extinto capo Leonidas Vargas. pues es una tierra inestable.
En los primeros diseños, el penal tenía 7 pozos de agua con los cuales los internos tenían garantizado el suministro de agua. Sin embargo, solo se construyeron 6 y uno se destruyó por una creciente de un río. Aunque en la actualidad los cinco pozos están funcionando, la capacidad de bombeo no permite que el agua llegue con presión hasta los 19 pabellones. Por eso la mayoría de baños permanecen tapados.
Por otra parte, el penal hoy funciona con la mitad de energía que requiere, lo que hace que persistan las fallas eléctricas. Sin el servicio, los talleres y equipos de altísimo costo permanecen abandonados.
En los pasillos agrietados se evidencia otro problema de la edificación. Pese a que las normas de seguridad ordenan que las lozas tengan 60 centímetros de grosor, las de la cárcel de Guaduas solo tienen 25, lo que las ha hecho propensas al daño. Los errores de construcción también se reflejan en los comedores; los hicieron tan lejos (a unos 200 metros de distancia) que impide que los presos sean trasladados hasta ese lugar por condiciones de seguridad. Entre tanto, estas estructuras permanecen en total abandono.
La situación de la cárcel de Guaduas indigna tanto a los habitantes de este municipio que desde el 25 de septiembre pasado decidieron cambiarle el nombre. Antes se llamaba La Pola, en honor a la heroína Policarpa Salavarrieta. Hoy se llama La Esperanza, como la finca en la que se construyó.
Contraloría abrirá proceso fiscal
En diálogo con EL TIEMPO, el vicedefensor del Pueblo, Esiquio Manuel Sánchez Herrera, advirtió que podrían instaurar tutelas para evitar nuevos traslados de presos a esta cárcel.
Por su parte, la Contraloría aseguró que en las próximas semanas iniciará un proceso fiscal por las irregularidades en la construcción de la cárcel de Guaduas, que habrían generado un presunto daño patrimonial de 59.441 millones de pesos.
ANDRÉS ZAMBRANO
Redactor de Justicia
ANDRÉS ZAMBRANO
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