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Meluk le cuenta... (Con la misma partitura)

GABRIEL MELUK
El fútbol es maravilloso. Lo que ayer fue verdad hoy es mentira y al revés. A las 5 p. m. de este domingo, hinchas furiosos pedían la cabeza del nuevo técnico, el español Juan Manuel Lillo, y de sus jefes directivos por los dos muy malos partidos con derrota que traía contra Equidad y Chicó. A las 7:30 de la noche, esos mismos hinchas se llenaban la boca de elogios y se abrazaban porque Millos venció bien, muy bien, al superfavorito Nacional, algo que no pasaba hace rato.
¿Ganó Lillo? Sí, claro. No puede ser que cuando pierden solo pierde el DT nuevo y porque su nombre no tiene eco ni recordación por estos lares. Pero ganaron más los jugadores y la acertada elección que hizo del plantel.
Vean: en el fútbol, el 80 por ciento del resultado es responsabilidad directa de los que se amarran los guayos, y el 20 por ciento, del que los manda a que se los amarren. Millos empleó casi que el mismo posicionamiento táctico que usó contra Chicó y Equidad: tres defensas, cuatro volantes (dos de ellos bien abiertos en las bandas y los otros dos por el centro) y tres hombres delante de ellos. Esta vez juntó a Máyer con Vásquez y dejó a Dayro como estandarte de referencia en punta.
Y Millos fue rápido y Millos presionó en la frontera del área a un Nacional tan sorprendido como todos, asfixiado, que corría al ritmo de los pases (menos en cantidad, más profundos) con unos jugadores entregados a la causa, con sangre en el ojo, que se jugaron un partido caliente, de canilleras raspadas, de camiseta pegada con sudor a la piel.
La partitura dictada por Lillo ahora sí fue mucho mejor interpretada y en su mayoría por los que son: el del violín tocó el violín y el del piano, el piano. No como pasó entre semana, cuando al del tambor lo pusieron a soplar la flauta. Los jugadores, la mayoría de los mismos que perdieron contra Equidad hace ocho días caminando y arrastrando las piernas, este domingo arriesgaron las piernas en cada pelota. ¡Vayan viendo!
En un equipo de fútbol ganan o pierden todos, pero sí se vio una diferencia enorme en los jugadores de Millos. La partitura era la misma, pero ellos la tocaron distinto.
Meluk le cuenta...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
GABRIEL MELUK
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