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Medio Ambiente

El colombiano que mueve toneladas con tallos de flores

Álvaro Vásquez fabrica estibas de tallos de las flores de hortensia.

Álvaro Vásquez fabrica estibas de tallos de las flores de hortensia.

Foto:Cortesía Pernod Ricard

El empresario Álvaro Vásquez elabora estibas a partir de deshechos de cultivos de hortensia.

Sin talar un solo árbol, utilizando solo los residuos de los cultivos de hortensias, un innovador proyecto ecológico colombiano produce estibas, tarimas o plataformas utilizadas en el transporte de mercancía.
Este es uno de los 30 proyectos ecológico que participan en The Chivas Venture, una plataforma global de Chivas Regal que apoya iniciativas de emprendimiento con impacto social y económico y cuenta con un fondo anual de un millón de dólares.
En la edición del año pasado de esta competencia, el colombiano Óscar Méndez con su compañía Conceptos Plásticos, que transforma plástico reciclado en bloques para vivienda, fue el ganador del primer puesto del concurso.
Las estibas ecológicas que compiten este año han sido destacadas por su originalidad, viabilidad y estructura de negocio, son producidas en una planta ubicada en La Ceja, Antioquia, por Álvaro Vásquez, un ingeniero de la Universidad Nacional y abogado de la Universidad de Antioquia obsesionado por la ecología.
El empresario, quien fue candidato a la Gobernación de Antioquia, dejó la política para dedicarse a esta actividad.
Su empresa, Bioestibas, recolecta la materia prima para sus estibas ecológicas de los tallos que son desechados de los retoños de hortensias seleccionadas para su exportación.
Los tallos, que pesan entre 100 y 200 gramos cada uno, al secarse generan cada mes más de 9.000 toneladas de residuos, que son quemados por los cultivadores o enviados a rellenos sanitarios, lo cual los convierte en elementos potencialmente contaminantes.
Las bioestibas de Vásquez, producidas a partir de esos deshechos, evitan la emisión de gases de efecto invernadero, la tala y la destrucción de los bosques, principales causas del calentamiento global y del cambio climático.
“Las estibas se ha vuelto el asesino de los bosques en Colombia y en el mundo –afirma el empresario–. Se estima que el 40 por ciento de la madera mundial se destina a su producción, causando la deforestación de 338.000 hectáreas. En el país se consumen 11 millones al año; los solos bananeros consumen 2 millones y se abastecen de madera que sacan de la selva ilegalmente”.

Viaje a China

El negocio lo concibió mientras recorría ferias en China buscando una solución para el manejo de desechos y vio cómo elaboraban estibas hechas con la aglomeración de residuos de madera.
Luego descubrió que en la limpieza de cuerpos de agua como los embalses, las represas, los lagos y los diques quedaba una cantidad de residuos de una planta invasora llamada buchón. Ahí encontró la oportunidad para iniciar su negocio.
Después de explorar todas las posibilidades, encontró 11 aplicaciones para esos residuos, entre ellas la producción de biomasa para fabricar estibas, pero sin tener que tumbar un solo árbol.
Inicialmente comenzó a trabajar con el buchón, pero la biomasa era difícil de manejar por su humedad. Esto lo llevó a consultar diversos estudios sobre desechos agrícolas, hasta llegar a las hortensias.
Ese material nos servía perfectamente para fabricar biomasa aglomerada, y es cuando nace el primer proyecto de las bioestibas”.
Sus investigaciones lo llevaron a 6 municipios del oriente antioqueño. En esa zona hay 1.100 cultivadores de hortensias que, en promedio, tienen 22.000 matas por hectárea cultivada, las cuales llegan a medir entre 1, 5 y 2 metros de alto. Cada una puede tener entre 100 o 120 tallos.
“Los floricultores nos adoran porque estamos certificados para recibir ese material. Eso los libera de tener que pagar volquetas para que lleven los tallos al relleno sanitario”.
La planta que montó en La Ceja produce 3.500 estibas, exporta el 98 por ciento, y el 2 por ciento restante se queda en el mercado nacional; y ya tiene propuestas para desarrollar plantas en el Reino Unido, Costa Rica, Argentina y República Dominicana.

De exportación

Sus bioestibas soportan 4.300 kilos, unos 2.500 kilos más que las tradicionales de madera. Son resistentes a la humedad, libres de metales, más livianas, libres de plagas y generan eficiencia logística; los montacargas pueden acceder a ellas por los cuatro costados, y no generan IVA.
Vásquez asegura que el mercado que ha conquistado –y que se extiende hasta Ecuador– lo consiguió a pulso, participando en concursos de innovación y emprendimiento ante la falta de recursos para invertir en publicidad.
Dice que su negocio también cumple una labor social al seleccionar como proveedores fijos, entre las 1.100 familias de cultivadores de hortensia, a mujeres cabeza de familia. A ellas les garantiza la compra de 80 toneladas de deshechos, la cantidad mínima que requiere para la producción de sus bioestibas.
Por eso espera que los colombianos escojan su proyecto, ciento por ciento colombiano, en este Mundial de Emprendimiento votando por él hasta el próximo 12 de junio. Más información en: theventu.re/COL.

Consejos a emprendedores

Álvaro Vásquez enfatiza, en conferencias sobre emprendimiento a las que ha sido invitado, en no perder perseverancia porque “el que va a emprender lo tiene todo en contra”. El reto es superar las barreras con disciplina y gestión.
Por otro lado, hay que formarse, pero también tener la claridad para tomar decisiones.
“La ciencia en cualquier negocio es la humildad. Lo peor que le pasa a uno es creer que porque ha estudiado mucho o tiene experiencia se las sabe todas”, concluye.
VIDA
*Con información de María Isabel Ortiz de EL TIEMPO Medellín
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