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Educación

El papamóvil y otros detalles de la visita del papa Francisco al país

Monseñor Fabio Suescún Mutis nació hace 74 años en Bucaramanga y es el obispo castrense de Colombia.

Monseñor Fabio Suescún Mutis nació hace 74 años en Bucaramanga y es el obispo castrense de Colombia.

Foto:Claudia Rubio / EL TIEMPO

Monseñor Fabio Suescún, organizador, asegura que viene con una invitación a la esperanza. 

El papamóvil en el que se movilizará el papa Francisco en su visita a Colombia será ensamblado en Bogotá, donde ofrecerá una misa multitudinaria en el parque Simón Bolívar. En Villavicencio se reunirá con víctimas y victimarios del conflicto armado. En Cartagena visitará los barrios más pobres y muy probablemente no tendrá tiempo de pasar por la bellísima y turística ciudad amurallada. No es de su interés.
Desde ‘La Heroica’ dará el Ángelus de todos los domingos –el mensaje que ofrece desde una ventanita del Vaticano- y todo indica que será desde la iglesia de San Pedro Claver. También se planea una gran colecta entre los católicos del país para conseguir recursos económicos que sirvan para subsidiar parte de semejante acontecimiento.
Y en Medellín espera corroborar por qué Antioquia es la tierra con más curas, monjas y seminaristas del país; la misma que parió a la primera santa colombiana, Laura Montoya –a la que él mismo canonizó en el 2013 en Roma-, y al beato Marianito.
Esos son algunos detalles en los que ha avanzado la organización de la visita del pontífice argentino, confirmada el mes de septiembre próximo –del 6 al 10- a cargo de monseñor Fabio Suescún, un hombre que se gradúa en estos menesteres. Tuvo a su cargo la organización de la visita de Juan Pablo II al país, en 1986; y desde el año pasado, mucho antes de que se confirmara la presencia del papa Francisco en tierras colombianas, fue delegado para todo lo relacionado con la planeación y la logística.
Una labor que, dice, lo tiene tan contento como estresado. Entrevista.
Esta es la segunda visita papal que le corresponde organizar. ¿Cómo se siente?
Tan contento como estresado. Tengo muy buena colaboración, me siento muy feliz; pero la responsabilidad es muy grande. Hay que tener en cuenta las cosas grandes y las pequeñas. Cada día se aprende más gracias a experiencias fabulosas como, por ejemplo, encontrar la buena voluntad, el cariño de la gente, el deseo de colaborar en todo lo que se pueda para hacer muy grata, inolvidable y fructífera la venida del Papa.
¿Qué diferencias hay entre las dos visitas pontificias?
Son dos personas distintas y una situación histórica muy diferente. Por ejemplo, en cuestión de medios de comunicación; cuando vino Juan Pablo II no teníamos celulares ni tantas facilidades. Ahora el mundo es un pañuelo y todo es mucho más fácil. También hay unos criterios muy propios, especialmente los que ha dado el papa Francisco con su mensaje de austeridad durante la visita, de cercanía con las gentes y de su deseo de visitar a toda Colombia, aunque sea en unas pocas ciudades.
En redes sociales se ha dicho que la visita del Papa les costará mucho dinero a los colombianos. Y se ha difundido una cifra no oficial: $ 25.000 millones...
Yo admiro, de verdad, a las personas o a la persona que ha hecho ese cálculo porque nosotros estamos apenas viendo cuáles serán los gastos. Y llegar a esa suma… No sé cómo llegaron a ella.
¿Quiénes pagarán la visita?
La verdad es que hay mucha gente que quiere colaborar. En primer lugar, el pueblo colombiano. Es muy posible que convoquemos a una gran colecta a través de las parroquias, no solo para que la gente apoye con lo que pueda sino para que muestre la hospitalidad y el deseo de recibir al Papa. Las empresas privadas también nos darán su aporte económico y también en especie. Lo mismo sucede con las personas que colaboran con nosotros, que son voluntarios en su mayoría; también las alcaldías y las gobernaciones, lo mismo que la Fuerzas Militares y la Policía.
Pero va a tener un costo...
Yo creo que es muy difícil organizar una visita papal sin que cueste. Hay un personal que trabaja y una serie de gastos que hay que tratar de aliviar. Y claro que vamos a buscar ingresos. Pero hay que entender que, más allá de los gastos, una visita papal genera muchas ventajas: vendrá muchísima gente de todo el mundo, los hoteles y el sector turístico se verán muy beneficiados, al igual que todo el comercio que se formará alrededor de la visita. Sin duda, será un gran acontecimiento que también tendrá unas repercusiones económicas. Pero lo más importante es lo que el papa va a traer como regalo a Colombia, lo que esperamos que represente. Si hablamos en términos económicos, la inversión vale la pena.
¿Y cuál será ese regalo?
No olvidemos que el Papa representa al señor Jesús y enseña como el maestro. Pero, más allá, no dudo que va a tocar nuestro espíritu con optimismo y alegría y que nos traerá una invitación a la esperanza. Colombia necesita mucha esperanza y por eso el lema que hemos escogido para la visita es ‘Demos el primer paso’.
Dar el primer paso…
Es decir, salgamos de este estado de pesimismo, fracaso y angustia. Porque nos hemos venido convenciendo de que nada se puede superar en Colombia, de que somos el peor país del mundo. Y hay que dar el paso para creer en nosotros, para buscar caminos nuevos y salir adelante con gozo y fe. Para que dejemos atrás ese pasado que nos pesa tanto y busquemos cosas nuevas con mucha ilusión.
Desde el mismo Vaticano se ha dicho que la visita del Papa no será política y que no viene a darle la mano al Gobierno. Pero sí coincide con un momento coyuntural del país, teniendo en cuenta la firma del proceso de paz; un proceso que, además, él siempre apoyó…
La verdad es que el Papa siempre ha creído en la paz de Colombia y quiere contribuir a esa paz. Y aunque hay que recordar que también fue invitado por el Gobierno nacional, no queremos de manera alguna es que haya alguna manipulación a favor de ningún grupo político. En eso, menos mal, el Gobierno ha sido supremamente respetuoso. La enseñanza del papa no es política, no va a contribuir aumentar la polarización, es un mensaje de unidad, donde todos nos sintamos artesanos de la paz y responsables por el futuro del país.
El Presidente ha destacado que el Papa va a ser bien recibido por todo el mundo, no solo por los católicos.
Es que él ejerce un liderazgo internacional y estoy seguro de que todos los ojos del mundo van a estar puestos en el mensaje y en la presencia del papa a Colombia. Por eso es tan importante que nos preparemos a la venida de él, que no sea un espectáculo que hoy se da y mañana pasa; debe ser algo esperado y vivido con fe y entusiasmo, y después debe repercutir en un cambio de actitud de parte nuestra.
¿Cómo debemos prepararnos?
Es una preparación de tipo espiritual. En este mundo tan agitado, tan puesto en lo material, muchas veces olvidamos que venimos de Dios. El Papa viene a acercarnos a Dios y por tanto la mejor manera de prepararnos es hacer una serie de oraciones y catequesis que estamos preparando, para recibirlo con el corazón y la inteligencia.
Así como Juan Pablo II incluyó a Armero en su visita, en 1986, pocos meses después de la tragedia, se ha sugerido que haga lo mismo en Mocoa, a propósito de los hechos recientes. ¿Es posible que eso suceda?
Yo creo que es posible, otra cosa es ver si es viable; el deseo del Papa de estar cerca de las victimas ha sido expresado desde el mismo día de la tragedia, cuando expresó su solidaridad y su oración. Yo no dudo que en el corazón del Papa esté el visitar este lugar. Ya la forma viable, dentro del programa de los cuatro días, pues hay que consultarlo con el Vaticano; eso requiere de un estudio antes de decir de una manera irresponsable si va o no va.
¿No es descabellado, entonces?
Descabellado no es; difícil, sí. No estamos descartando nada, aunque el programa ya ha sido entregado. Realmente sería bastante temerario en este momento una afirmación.
Volviendo a la agenda, ¿en qué se ha avanzado?
Vamos a tener una gran misa en el parque Simón Bolívar, en Bogotá, el 7 de septiembre –al día siguiente de que aterrice- tipo 3:30 de la tarde. Al día siguiente en Villavicencio, en horas de la mañana, también tendrá lugar una gran concentración con la celebración de la eucaristía; se está escogiendo el lugar. En Medellín, es muy probable que el gran acto se celebre en el Aereoparque Juan Pablo II. Y en Cartagena será cerca del puerto.
¿Qué más se sabe de la visita a Cartagena?
El papa va a la otra Cartagena. No a la histórica y turística, que es lo que se conoce de esa ciudad. No se descarta que pase por el centro histórico, que es un baluarte que tenemos. Pero visitará los barrios pobres, porque a él le interesan sobre todo los pobres, los marginados, siguiendo el legado de San Pedro Claver, el gran patrono de los derechos humanos y cuyos restos reposan en esta ciudad. Cartagena es muy rica pero está llena de contrastes y a veces nosotros nos quedamos solamente con una imagen de la Cartagena bonita.
El papa estará en Cartagena el domingo 10 de septiembre en Cartagena… Y los domingos son el día en el que él da el mensaje del Ángelus, desde el Vaticano…
Él dará el Ángelus desde Cartagena, muy probablemente desde la iglesia de San Pedro Claver.
Mucha gente se está preguntando, por ejemplo, cómo hacer para asistir a las misas del Papa. ¿Cómo va a ser el acceso? ¿Quiénes pueden entrar y quiénes no?
Creo que limitar la entrada no es propio de una iglesia que siempre tiene los brazos abiertos para todo el mundo. Claro está que, por decisiones de organización, estamos estudiando cómo va a funcionar la logística. Indudablemente que a través de los obispos se darán unas boletas para las parroquias, pero eso no quiere decir que habrá una limitación para el que quiera asistir.
¿Y el Papa con cuántas personas viene?
La comitiva del Papa es de unas 35 personas, entre estos, los que le sirven más de cerca en temas como la seguridad y la salud. Y luego viene una comisión de unos 75 periodistas que vienen en el avión pontificio, que son los periodistas que acompañan siempre al Papa en sus recorridos.
¿La seguridad cómo va ser?
Él se va a mover fundamentalmente con el papamóvil y luego, para los desplazamientos rápidos, va a tener un carro pequeño cubierto. Él trae su seguridad, pero también están las autoridades de Policía y las Fuerzas Militares de Colombia. Pero hay que recordar que él es muy impredecible -en cualquier momento se baja del papamóvil para acercarse a la gente- y en eso es muy autónomo y no guarda muchas medidas de seguridad.
¿Es cierto que varias ensambladoras de autos se han ofrecido a construir el papamóvil?
Sí. Estamos escuchando esas propuestas y después diremos quién va a hacer el papamóvil.
Tenemos entendido que en Villavicencio habrá un encuentro con víctimas de las Farc. ¿Cómo será eso?
Esperamos que en ese tiempo no existan guerrilleros de las Farc, sino que ya sean reinsertados en la vida nacional. Indudablemente va a haber un acto muy importante que queremos que sea un signo vivo: el encuentro de las víctimas y victimarios. Hay que darnos las manos y hacer las paces.
¿Cuál es el objetivo de ese encuentro?
Tenemos que dejar atrás los odios y los resentimientos, aunque sea muy duro perdonar. Un país que siga en guerra, así se suponga que no exista, es un país muy peligroso; entonces, tenemos que desarmar los espíritus y hacer que la gente mire hacia adelante, se dé cuenta de que las cosas pueden cambiar y no seguir en este fraccionamiento, en esta polarización que realmente nos está haciendo tanto daño.
JOSE ALBERTO MOJICA PATIÑO
VIDA DE HOY
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