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Vida

¡Ojo! Cuídese del agotamiento emocional

Los investigadores destacan la influencia de los padres en la autoregulación emocional de sus hijos.

Los investigadores destacan la influencia de los padres en la autoregulación emocional de sus hijos.

Foto:123RF

Esto se presenta cuando la persona se carga de responsabilidades emocionales que no le corresponden.

Catalina Gallo
Si usted asume demasiadas responsabilidades emocionales que no le corresponden, carga con los problemas de los demás como si fueran suyos y siente que debe resolverlos sin pedir ayuda, debe poner límites, porque puede sufrir un agotamiento emocional.
“Este es un estado de agotamiento físico y mental crónico al que se llega por sobrecarga de exigencias personales y un estrés mental continuado. Estas exigencias no solo son laborales, son también responsabilidades familiares que en muchas ocasiones no le corresponden de forma única a la persona que sufre del agotamiento”, explica Marcela Valle Cuéllar, psicóloga logoterapeuta y directora del Centro de Atención Familiar Sanar Psicoterapia.
Es un proceso que se desarrolla poco a poco hasta que la persona pierde el control y se presenta un colapso en su vida, porque literalmente ya no aguanta más. “Es la sensación de estar emocionalmente exhaustos y agotados por las situaciones que nos rodean”, explica Valle.
“Cada individuo tiene una capacidad única de enfrentarse al estrés. Cuando se excede su capacidad, el sistema puede dejar de funcionar correctamente”, precisa la psicóloga.
Por lo general, se produce por una sobrecarga de sucesos estresantes, como la ruptura de una relación, la muerte de un ser querido, la búsqueda de empleo sin éxito o la posibilidad de perderlo, o por asumir sobrecargas familiares en su totalidad como si fuera una responsabilidad única.
La psiquiatra Ana Millán explica que no se trata de una patología como tal, definida en los manuales de enfermedades, y puede presentarse también por situaciones de adaptación o corresponde a cuadros previos a trastornos depresivos o ansiosos.

Los síntomas

El agotamiento emocional se manifiesta física y emocionalmente. La persona puede sufrir algunos de los siguientes síntomas: nerviosismo, agotamiento físico y mental, angustia, impotencia, dolor de cabeza o muscular, problemas digestivos, palpitaciones, insomnio, desmotivación, irritabilidad, intolerancia, temores múltiples. “Son síntomas que no se enmarcan en ningún cuadro diagnóstico”, precisa Millán.
Para evitar llegar a una situación como esta, es importante que las personas tomen conciencia sobre el estrés que están manejando y entiendan que no son superhéroes, que necesitan pedir ayuda y buscar soporte en otros, porque, como explica Valle, el agotamiento emocional se presenta con mayor frecuencia en personalidades dependientes o codependientes quienes en su angustia por cumplir con los deseos de los demás o ayudarlos en todo se olvidan de sí mismas para poder ser exitosas o aceptadas.
Las situaciones muy demandantes, con cuotas de exigencia y sacrificio muy altas, como los hogares con muchos problemas que requieren atención y tiempo especial, parejas conflictivas o manipuladoras, o trabajos donde existe el riesgo permanente de perderlo, son propicias para que las personas puedan sufrir agotamiento
emocional.

¿Qué hacer?

Lo primero que debe hacer la persona cuando siente que ya no aguanta más, que emocionalmente ha sobrepasado sus límites, es detenerse a analizar la situación, preguntarse qué está pasando y cuál es la verdadera causa de lo que está sintiendo.
Después debe ser capaz de poner límites, diferenciar las responsabilidades propias de las ajenas y entregarle a cada quien lo que le corresponde, sin creer que por ello va a dejar de ser amada o aceptada. “La aceptación de demandas poco razonables disminuye nuestra autoestima y profundiza nuestro agotamiento”, afirma Valle.
Después de esto, la persona debe tomarse un tiempo para sí misma, hacer algo que realmente le agrade y darse uno que otro gusto.
Una vez ha llegado a este punto, es posible dejar el pasado atrás y procurar centrarse en el presente, ir paso a paso sin pretender solucionarlo todo en un solo momento. Esto la ayudará a sentir que sí es capaz de llevar su propia vida y que puede asumir sus propias responsabilidades.
Es necesario un aprendizaje de fondo: dejar de sentirse culpable por no atender todas las exigencias de los demás. Nadie puede cargar con los problemas de todos y la mejor manera de entregar afecto y cariño es acompañando a los demás en sus momentos difíciles, pero entendiendo que no es posible solucionarles la vida. Además, el amor propio incluye aceptar los propios límites y saber decir no cuando algo sobrepasa las capacidades individuales.
Cuando se vive una situación como esta es fundamental que la persona no se aísle, que busque amistades para hablar de lo que le sucede, y si cree que necesita ayuda profesional, no tema el juicio de otros al respecto ni consultar a un psicólogo o a un psiquiatra. Una buena terapia puede ayudar a conocerse a sí mismo y a mejorar las relaciones con los demás a fin de que sean más equitativas y equilibradas.
Tomar acciones a tiempo es definitivo para evitar complicaciones mayores que pueden causar trastornos de ansiedad o depresión en el futuro.

Evite confusiones

Marcela Valle, psicóloga logoterapeuta y directora del Centro de Atención Familiar Sanar Psicoterapia, explica que el agotamiento emocional es diferente al llamado burnout. Este se refiere más a situaciones laborales en las que la persona sencillamente ‘se funde’ y ya no aguanta más. Tiene más relación con el estrés que genera la sobrecarga laboral y todo lo que esto implica.
Por su parte, la psiquiatra Ana Millán explica que el agotamiento emocional no se puede confundir con una depresión o con un trastorno de ansiedad, pues estas dos son enfermedades claramente definidas con síntomas que les son propios y que requieren un tratamiento psiquiátrico.
CATALINA GALLO
Especial para EL TIEMPO 
Catalina Gallo
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