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Ni la muchacha, ni la niña, ni la empleada…

Matteo Cera, cofundador de Hogaru, asegura que los colombianos prefieren que una mujer realice el aseo doméstico.

Matteo Cera, cofundador de Hogaru, asegura que los colombianos prefieren que una mujer realice el aseo doméstico.

Foto:Archivo EL TIEMPO

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Un colombiano, un italiano y un español quieren dignificar a la profesional de limpieza del país.

Pilar Camargo
El italiano Matteo Cera concluye (y con gran seguridad) que, de los 15 países donde ha vivido, Colombia es el único donde “casi no hay racismo”. “La persona negra vive y convive, sin ningún problema, con la persona de razas blanca o indígena. Eso es espectacular”, dice. Pero su admiración al país demora un instante. Confiesa que no comparte una “herencia cultural” de los colombianos. “Sin querer ser ofensivas, muchas personas se refieren a la trabajadora que cumple con las tareas domésticas, como la muchacha, la niña, la empleada o simplemente olvidándose que tiene un nombre y que es una trabajadora como cualquier otra”.
Él, el español Gonzalo Úcar y el colombiano Óscar Peña ─fundadores de la empresa Hogaru─ proponen comenzar a dignificar el oficio del aseo doméstico llamando a estas mujeres “profesionales de limpieza”.
***
Tras cuatro años en una empresa de consultoría, Matteo se arriesgó a “crear algo desde cero” ─lo que más tarde se llamaría Hogaru─. La decisión la tomó en Colombia, donde vive desde el 2011.
Él, un administrador de empresas con maestrías de la Universidad Bocconi, de Italia, y de la universidad privada Stockholm School of Economics, de Suecia, reconoce que el comienzo de la compañía fue difícil. “El primer año y medio lo desperdiciamos en pruebas que no tuvieron éxito, gastamos recursos y tiempo, y perdimos ánimo; pero aprendimos sobre un sector que no conocíamos y esto nos permitió ajustar el modelo de negocio y la marca, y salir con una idea mejor. Las personas e instituciones que creyeron en nosotros y el hecho de perseverar, nos hicieron sobrevivir”.
Hogaru ─una compañía de aseo profesional para hogares y oficinas (las personas reservan a una profesional de limpieza por días y con prestaciones sociales incluidas)─ comenzó siendo Vozavoz, un proyecto que buscaba mejorar la conexión entre los clientes y los prestadores de servicios domésticos.
El nombre lo definieron en tres minutos. “No queríamos limitar el nombre al clásico www.limpiamostucasa.com. Queríamos que incluyera, no solamente las tareas de aseo, sino otros servicios o productos afines al tipo de cliente que tenemos”.
La idea surgió por dos razones: Matteo, Gonzalo y Óscar compartían el problema de no conseguir fácilmente una persona que les ayudara en el aseo de sus casas; y percibían que las empleadas domésticas representaban un mercado grande. “En Colombia, según el Ministerio de Trabajo, hablamos de casi 800.000 profesionales de limpieza ─más del 90 % son informales: no tienen contrato, ni prestaciones sociales, ni prima, ni vacaciones─”, precisa.
No obstante, una percepción terminó por seducir a los empresarios: en el 2013, el país comenzaba un proceso de formalización laboral. “Veíamos una oportunidad clara de montarnos sobre esta política de formalización del trabajo”, recuerda. Y acertaron: en el 2015, el concurso Ventures los premió en las categorías de trabajo formal y digno (primer puesto) y superación de la pobreza (segundo puesto).
Según información reportada en junio del 2017, Hogaru ha contratado 490 profesionales de limpieza en Bogotá (280), Medellín (150) y Cali (60) ─y otros 40 empleados─, y ha realizado más de 220.000 servicios ─mil diarios─.
Cada profesional recibe un celular inteligente. A través de una aplicación, la mujer “puede ver a dónde tiene que ir, cuál es el servicio público que puede tomar y cuánto tiempo se va a demorar, puede marcar el ingreso y la salida, y reportar un daño o una urgencia”, explica.
La reserva, el pago y la factura del servicio también se adelantan en línea. Además, según los patrones de compra, una plataforma le permite a la empresa prever las necesidades del cliente y, ante un olvido, reservar la profesional; igualmente, esa herramienta asigna clientes a la empleada con base en las direcciones que ella ya ha visitado.
Los más de 30 filtros de seguridad en la selección de las profesionales de limpieza ─la empresa ha revisado más de 20.000 hojas de vida, menos del 6 % de las candidatas entrevistadas entran al equipo─, la facilidad para que el usuario reserve y la despreocupación legal de los clientes frente a las prestaciones sociales de las empleadas ─salud, pensión, riesgos laborales, caja de compensación, primas, cesantías─, son las razones que, según Matteo, motivan a las personas a hacerse clientes de Hogaru.
Es tal el éxito de esta compañía que, hasta junio del 2017, más de 7.000 clientes habían reservado su servicio. Según la empresa, sus ingresos provienen, por proporciones similares, de oficinas y hogares.
Conozca los datos más destacados sobre Hogarú en este gráfico.

¿Solo mujeres?

Matteo asegura que los colombianos prefieren que una mujer realice el aseo doméstico. “No todos los clientes aceptan recibir un hombre en su casa, pero hemos recibido muy buenas valoraciones sobre los hombres que hemos contratado, lo que significa que sí hay espacio para personas de sexo masculino que se desempeñen en tareas de hogar”. En ese sentido, subraya que sus clientes de talleres o gasolineras califican como “fantástico” poder reservar un hombre para la limpieza.
Debido a la “polarización de los sueldos” ─opina Matteo─, Colombia, y en general América Latina, “tiene una cultura bastante orientada al hecho de tener a alguien que colabore en la casa”, un escenario poco común en algunas culturas orientales y europeas, recuerda el italiano. Por ejemplo, comenta que en “la Europa más del norte, no se ve casi la ayuda en el hogar, pero no se trata solamente de un tema cultural, es también un tema económico. En Japón, como en Europa del Norte, el costo de la mano de obra es extremadamente alto”.
Sin embargo, afirma que no toda Colombia puede darse ese lujo. “No todas las ciudades están listas para un servicio formal. Hay menos interés en la formalidad del trabajo en lugares donde la mano de obra cuesta mucho menos como, por ejemplo, la costa”.

'Han hecho que vuelva a reír'

Melida Durán nació en Putumayo. Lleva más de trece años en Bogotá y fue contratada por Hogaru. En un bus conoció a la amiga que la llevó al lugar que le devolvió la autoestima.
“Trabajaba en un hospital, pero allá no tenían esa calidad humana que tienen acá; que nos apoyan, nos brindan una calidad de vida mejor, son muy puntuales en el pago, respetan a las trabajadoras, no nos tienen como en muchas empresas ─que es la señora del aseo, no, es la profesional de aseo─ y nos motivan a ser esas mejores profesionales. Créame que, de todas las empresas en las que he trabajado, es la mejor, y la que me ha motivado a seguir adelante. Tienen un apoyo sicológico excelente. Llegué con una baja autoestima y me han ayudado a subirla, han hecho que vuelva a reír, a soñar (…) En esta empresa te tratan como a cualquier otra persona, no eres ni más ni menos (…) Motivo mucho a las personas a trabajar acá”. Durante varios minutos y sin pausas, Melida aplaude las bondades que, para ella, tiene esta compañía.
Entre los beneficios que tienen ella y sus compañeras están los mecanismos de ahorro y los préstamos de emergencia, creados con el fin de que la empleada se quede más tiempo en la empresa, y así contrarrestar la alta rotación que hay en la industria del aseo (las mujeres varían de familia o están en una empresa por pocos días). “Desde su celular, la trabajadora puede decirnos que tiene una emergencia financiera y al día siguiente encuentra el dinero en su cuenta bancaria. También hacemos reentrenamientos sobre el servicio al cliente y el manejo de emergencias”, argumenta Matteo.
Además de que todas las mujeres refuerzan sus habilidades sobre el aseo doméstico en una casa simulada, ubicada en las sedes de Hogaru; los empresarios proyectan a sus empleadas en nuevos aprendizajes, como el cuidado de personas y la cocina. Buscan que en los próximos años sea posible que la compañía ofrezca otros servicios y cuente con el personal capacitado. “Nuestra visión es que ellas perciban una trayectoria profesional”, concluye el italiano.
MARÍA DEL PILAR CAMARGO CRUZ
Periodista de Especiales Digitales de EL TIEMPO
pilcam@eltiempo.com
En Twitter: @PilarCCruz
Pilar Camargo
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