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Gobierno

Maduro se queda sin un aliado importante: Colombia

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, y Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, y Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

Foto:Carlos Garcia Rawlins / REUTERS

Santos dijo que desde hace 6 años le había dicho a Chávez que la revolución bolivariana “fracasó”.

El presidente venezolano Nicolás Maduro podría hundirse más en la crisis sin antecedentes que sufre su gobierno, luego de que su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, declaró el “fracaso de la revolución bolivariana”.
Se trata de un golpe político fuerte, de un aliado estratégico, su vecino más importante.
Aunque desde muy temprano Santos tenía claras sus diferencias con el régimen chavista, y prácticamente sobre estas se construyó su “amistad” política y personal con el extinto mandatario venezolano, Hugo Chávez, Colombia fue un aliado de Venezuela en los últimos siete años.
Apenas dos días después de su posesión en agosto de 2010, al comienzo de su primer mandato, Santos llamó a Chávez “mi nuevo mejor amigo”, a sabiendas de que no era ‘santo de su devoción’.
El mandatario colombiano había sido uno de los más duros críticos de Chávez durante años en relación con temas de democracia y de mercado. Lo tenía claro.
Al terminar el gobierno de Álvaro Uribe en el 2010, las relaciones entre Colombia y Venezuela estaban en su peor momento: rotas.
Los últimos días de su gobierno, Uribe promovió un debate en la Organización de Estados Americanos (OEA) donde presentó evidencias sobre la protección que el gobierno Chávez daba a las guerrillas en su país.
Por eso, tras el reconocimiento de Chávez como su “nuevo mejor amigo”, Santos advirtió: “Establecimos muy claramente: ni él pretende que yo vaya a comenzar a pensar cómo piensa él, ni yo pretendo que él piense como pienso yo".
El sorpresivo viraje de Santos con el régimen chavista en el 2010 se convirtió en una de las principales razones que llevaron a la ruptura política entre el mandatario colombiano y su antecesor, Álvaro Uribe, quien había sido artífice de su elección.
El rompimiento político entre Uribe y Santos ha sido uno de los hechos políticos más costosos para el país en los últimos años, por la polarización que ello ha traído.
A pesar del gran costo político que la reconciliación entre Santos y el chavismo significó para la política doméstica, por un tiempo sirvió para mejorar las relaciones políticas entre los dos países.
Claro que en todo caso Venezuela no volvió a ser el segundo aliado comercial de Colombia como lo fue por años y el intercambio comercial que llegó a estar en cerca de 8.000 millones de dólares, se redujo a mucho menos de 1.000 millones de dólares.
Chávez, no obstante, sí fue definitorio para echar a rodar el proceso de paz con las Farc. No solo por la ascendencia que el gobierno de Caracas tenía sobre esa guerrilla, sino porque también ayudó a construir el apoyo de Cuba a las negociaciones.
Pero muerto Chávez en marzo de 2013, las relaciones con su sucesor, Nicolás Maduro, no mantuvieron el mismo nivel.
El gobierno de Maduro, quien había sido canciller de Chávez y arquitecto de las nuevas relaciones con Colombia, ha sido protagonista del empeoramiento de la situación política, económica y social de ese país.
Aunque por algún tiempo Colombia formó parte de un grupo de países amigos que buscaba el diálogo con la oposición, ese momento al parecer ya pasó.
Algunos hechos en los últimos meses, como la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, la “provocación” de Caracas al ordenar la instalación de un campamento con soldados venezolanos en territorio colombiano y el manejo de la frontera parece haber llenado la copa de Santos.
Habiendo avanzado de manera irreversible el proceso de paz con las Farc, Caracas ya no es indispensable para su consolidación.
El presidente colombiano parece no darle tampoco ya mucha importancia a la influencia del gobierno de Maduro sobre la guerrilla del Eln, con la que intenta sellar un acuerdo de paz.
La declaratoria de Santos, en la mañana de este jueves, sobre el “fracaso de la revolución bolivariana”, parece que será un punto de inflexión definitivo en la relación de los gobiernos de Santos y Maduro.
Sin duda, esta distancia que Santos ha tomado del gobierno de Maduro, en el peor momento de ese régimen, incidirá en el debilitamiento irreversible en el que el gobierno de Maduro ha entrado.
POLÍTICA
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