¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Que sigan los procesos

La Corte Suprema debe seguir investigando a los aforados mientras se forman las nuevas salas.

Editorial .
A causa de un proyecto que sobre el papel cumple uno de los preceptos universales del derecho –la doble instancia judicial–, el país se enfrenta hoy a una situación inédita: como lo alertó este diario el domingo pasado, la entrada en vigor del acto legislativo que estableció el derecho de los aforados a que sus condenas en la Corte Suprema tengan posibilidad de revisión ha generado un vacío institucional que, literalmente, amenazaba con dejar en el limbo todas las investigaciones y juicios que adelanta la Sala Penal de ese tribunal.
Ayer, después de intensas deliberaciones, la Corte determinó que su competencia para investigar y juzgar se mantiene incólume, en tanto se surte el proceso para abrir concurso y seleccionar a los nuevos magistrados –nueve– que conforman las nuevas salas de instrucción y juicio en primera instancia. La conclusión del alto tribunal es que aunque la reforma empezó a regir la semana pasada, hoy es imposible de aplicar por cuanto no existen las nuevas salas creadas por el legislador. Además, no se ha tramitado en el Congreso la ley estatutaria que debe reglamentar el ajuste constitucional y cuya aprobación se enredó en la pasada legislatura.
Si bien la salida es la que esperaba el país, pues de por medio estaba paralizar investigaciones trascendentales como las de los sobornos de Odebrecht y aquellos en la misma Sala Penal, es claro que, como consecuencia –cuando menos– de la imprevisión del Congreso y del mismo Gobierno se creó una situación inexplicable: así, el acto legislativo le quita las funciones a la Sala Penal, pero no estableció un mecanismo de transición mientras se ponía en marcha la nueva institucionalidad. La Corte optó por no interpretar a rajatabla esa disposición y asumir, en palabras del magistrado Antonio Hernández, presidente de la Sala Penal, que “por simple lógica, hay que entender que el acto legislativo no entra en vigor inmediatamente”.

No puede ser posible que el funcionamiento de la corte se haya puesto en riesgo porque a
alguien se le olvidó un ‘articulito’.

Pero esa posición –lógica, sí, y la que requiere la justicia colombiana para evitar vencimientos de términos y la postergación de decisiones que debe tomar la Corte cuanto antes en las investigaciones por corrupción– puede ser, y sin duda lo será, atacada jurídicamente porque en la Carta Política aparece hoy que la actual Sala Penal solo conocerá de los procesos contra los aforados en la segunda instancia. La Corte decidió llenar el vacío que dejó el legislador, pero, como lo reconoció el mismo magistrado, aún hay varios interrogantes legales que los magistrados no pueden responder.
El presidente Juan Manuel Santos se comprometió este lunes a gestionar los recursos necesarios para crear los nuevos despachos en la Corte, y el Consejo Superior de la Judicatura debe hacer lo propio y cumplir con lo que le toca en esta tarea urgente: elaborar las listas de elegibles y presentarlas a la misma Corte Suprema para que ella designe a sus nuevos miembros. Y, huelga decirlo, ojalá en esta elección ese alto tribunal le muestre al país que quedó atrás la historia de las votaciones en las que pesaba más la milimetría burocrática que los intereses del país.
Y, por supuesto, hay que hacer un llamado a los responsables de estas reformas: no puede ser posible que el funcionamiento de la Corte se haya puesto en riesgo porque a alguien, sean cuales sean sus razones, se le olvidó un “articulito”, el del régimen de transición.
editorial@eltiempo.com
Editorial .
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más Editoriales

Sin tregua

Los golpes recientes a la delincuencia en Bogotá dejan ver que la estrategia va bien encaminada.

El paso de la ONU

Pese a reacciones ante la resolución que pide un cese al fuego en Gaza, esta postura trae esperanza.

Una respuesta necesaria

Lo que Colombia le puede aportar al país vecino es contribuir a que celebre elecciones libres.

Días de reflexión

Es importante el llamado de la Iglesia sobre temas que se discuten en el Congreso y en el de la paz.

La nueva casa del FEP

El Estéreo Picnic graduó al Simón Bolívar como el espacio propicio para eventos de esta envergadura.

Más por el turismo

Avances del sector mejorarían con incentivos tributarios, promoción a viajeros y más conectividad.

Terrorismo en Moscú

En estos demenciales actos caen seres inocentes, que tienen derecho a la tranquilidad y a la vida.