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Peña Nieto, en picada

Tiene la peor desaprobación de un mandatario en 21 años. Poco le queda para recomponer el camino.

Editorial .
Qué difícil ha resultado para el gobierno del mexicano Enrique Peña Nieto sintonizar con su pueblo, que hace cuatro años lo veía como una esperanza de renovación y de nuevas ideas ante el desafío que la violencia del narcotráfico planteaba al país, y hoy lo mira con desconfianza, como a sus predecesores en el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), rehén de las malas prácticas, del clientelismo y de la corrupción que supuestamente han tocado incluso a su propia familia en un inaudito juego de tráfico de influencias.
Por eso, no es extraño que su popularidad se desplome a un 23 por ciento, la peor desaprobación de un mandatario en 21 años, y tampoco que un rebrote de la violencia y del descontento social se vea señalado día a día en los titulares de los periódicos, como el reciente conflicto con el magisterio que ha puesto en serio riesgo la normalidad académica en el país.
Revelaciones periodísticas, como la denominada ‘Casa Blanca’, o la existencia de un apartamento en Miami, que pondrían en evidencia vergonzosos conflictos de intereses, hasta la más reciente denuncia que acusa al Presidente de haber plagiado un porcentaje importante de la tesis para acceder a su título de Derecho, se volvieron el pan de cada día y opacan las tan prometidas reformas enmarcadas en el ‘Pacto por México’, una especie de acuerdo sobre lo fundamental emprendido por las fuerzas políticas que, a dos años del fin de su mandato, parece un cándido recuerdo.
Hoy, la sensación que existe es que el país se le va de las manos al Gobierno, que la institucionalidad es más frágil que cuando asumió el poder, que las estrategias para enfrentar el problema del narcotráfico no han pasado de pañitos cosméticos y que su dinosáurico partido no solo perdió por paliza las pasadas elecciones regionales de junio, sino que está muy en riesgo la presidencial del 2018.
Eso sin hablar del tema económico, cuyo crecimiento proyectado (2,5 %) está por debajo de las expectativas, aunque ante la magnitud de los demás problemas parece un mal menor en medio del clima de desconfianza institucional. Poco más de dos años le quedan para recomponer el camino. Ese es su reto.
editorial@eltiempo.com
Editorial .
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