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Órganos de repuesto

Se abre la puerta a la posibilidad de crear riñones para implantarlos en un cuerpo que los necesite.

Editorial .
Como traído de la ciencia ficción, un grupo de científicos internacionales logró, hace unos días, cultivar células progenitoras de riñón capaces de dividirse indefinidamente en el laboratorio, lo que abre la puerta a la posibilidad de crear riñones para implantarlos en un cuerpo que los necesite.
El asunto es de marca mayor, porque por primera vez se logró cultivar un nefrón –el componente funcional más importante de este órgano–, algo que había sido imposible después de muchos años de haberlo intentado y que tuvo como base los progresos obtenidos de los estudios sobre las células madre.
En esencia, los investigadores encontraron la forma de que las células que dan origen a los riñones durante el desarrollo se mantuvieran vivas por fuera del cuerpo y que, además, se multiplicaran.
No contentos con eso, comprobaron que podían darles órdenes para que se convirtieran en diferentes partes de la estructura renal. Sin duda, un gran avance que permite, incluso, crear partes para remplazar estructuras dañadas en órganos enfermos. Algo impensable hasta hace poco.
Pero las noticias no paran ahí, porque hace unos meses otros investigadores (esta vez de la Universidad de Huazhong de Ciencia y Tecnología, en China) crearon un riñón a través de las técnicas de impresión 3D, con la particularidad de que el noventa por ciento de las células que se imprimen están vivas.
Sin embargo, lo maravilloso del cuento (porque eso parece) es que estos minirriñones funcionan de forma exacta a la de los riñones humanos y no solo filtran toxinas y las metabolizan, sino que se encargan de la secreción y eliminación de los fluidos.
Lo de los riñones, valga decir, no es la primera de estas “manufacturas”, porque lo antecedió un minihígado fabricado con las mismas técnicas.
Fantasías que probablemente tarden algún tiempo en llegar a aplicarse en la práctica, pero son avances que se ubican en el horizonte esperanzador de las personas que esperan pacientemente un órgano.
editorial@eltiempo.com
Editorial .
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