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La salida de Mejía

Le dio brillo a la Secretaría de Seguridad y deja como legado la reducción de los homicidios.

Editorial .
De los múltiples problemas que aquejan a Bogotá, el de la seguridad es el más difícil y complejo. En un territorio tan vasto, no debe extrañar que bandidos de todas las calañas y tenebrosas organizaciones criminales quieran pelechar. Cada una especializada en una actividad, con tentáculos en otras ciudades, como la famosa banda de ‘los Rolex’. Sin una colaboración decidida entre las distintas autoridades, cualquier esfuerzo que se haga para combatirlas será en vano.
A esto se enfrentó Daniel Mejía, el saliente secretario de Seguridad, que dejó el cargo la semana pasada. La serenidad de sus argumentos, el bajo perfil que manejó y la rigurosidad con que asumió el desafío impuesto por el alcalde Enrique Peñalosa le merecieron el reconocimiento de no pocos expertos y de uno que otro contradictor. Mejía le dio brillo a la recién estrenada Secretaría de Seguridad y deja como legado, entre otros logros, la reducción de los homicidios en cinco puntos, haber puesto fin a la tenebrosa zona del ‘Bronx’, haber impulsado la justicia solidaria y haberse dado la pela en dos frentes importantes: el reclamo de una justicia más eficiente y una nueva metodología para medir los indicadores de seguridad. Esto último, particularmente, le generó debates en el Concejo por cabildantes que hicieron oídos sordos a la confrontación de cifras y análisis técnicos y, en cambio, se apresuraron a cobrar la caída del exfuncionario de manera un tanto oportunista.
En materia de seguridad ningún indicador está exento de desmejorar; sin embargo, hay que reconocer que durante la gestión de Mejía, la mayoría de ellos muestran saldos en negro. El solo hecho de que hoy mueran menos personas por acciones violentas ya es un logro muy importante. Otros, como el atraco callejero, siguen siendo la gran deuda pendiente, y él lo reconoce. Mejía puede irse con la frente en alto, con el reconocimiento por haber desempeñado con honestidad semejante papel. Es fundamental ahora que la tarea continúe por buen camino.
EDITORIAL
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Editorial .
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