¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Regreso a la incertidumbre

En Ecuador, L. Moreno hereda una difícil situación económica, y una honda fractura social y regional

Una década ganada, un Ecuador más próspero y menos injusto, una economía en crecimiento y un país estabilizado es el balance que hace Rafael Correa de sus años en el poder.
Su reemplazo, Lenín Moreno, anunció cambio en la continuidad. En la campaña prometió: “Yo seré presidente de todos. Soy el encargado de lograr esa unidad, un poco fracturada, un poco fisurada”. Su estilo conciliador contrastará con el talante autoritario de su antecesor. Pero el estilo no basta. Hereda una difícil situación económica, una honda fractura social y regional, gran desconfianza institucional y aguda polarización política.
Continuar la política social y económica redistributiva, y mantener los logros en infraestructura, salud y educación, le exige a Moreno rebuscar recursos. En sus dos últimos años, ante desastres ambientales y de cara a las elecciones, Correa compensó con deuda externa y aumento del déficit fiscal la fuerte caída de los altos precios del petróleo con los que contó en siete de sus más de diez años de gobierno.
No le será fácil a Moreno ajustar la economía al tiempo que atiende el conflicto social y rehace el diálogo con indígenas y ambientalistas, que rechazan el extractivismo a cualquier costo. El fuerte fraccionamiento regional se expresó en los resultados electorales: sectores populares de la capital y la costa apoyaron el oficialismo, salvo Guayaquil, que, con la mayoría de población en los Andes y la Amazonia, votó por distintos sectores de oposición.

No le será fácil a Moreno ajustar la economía al tiempo que atiende el conflicto social y rehace el diálogo con indígenas y ambientalistas

El partido oficialista cuenta con mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (74 de 137 curules), lo que le permite bloquear reformas a las leyes que dieron sustento a la llamada ‘revolución ciudadana’. Pero ya no tiene los dos tercios de votos que antes le permitieron a Correa reformar incluso la Constitución para aprobar la reelección indefinida. La coalición actual es frágil. Una veintena de sus diputados pertenecen a agrupaciones locales aliadas, que pueden dejar al oficialismo en minoría. Y tendrá que hacerle frente, en Alianza País, a denuncias de corrupción y a disímiles intereses y tendencias que Correa resolvía a su manera.
Al nuevo presidente no le será fácil tomar distancia de quien lo postuló y proclamó. Correa no tolera críticas ni autonomías. Como la reforma constitucional le permite volver a gobernar desde el 2021, puede terminar de pelea con Moreno. Además, este recibe una oposición más amplia y articulada que la que enfrentó Correa, quien ganó sus tres mandatos consecutivos en primera vuelta y llegó a tener una diferencia de hasta el 20 por ciento frente al opositor de turno.
Lenín Moreno solo aventajó en 2,32 puntos a Guillermo Lasso, quien, cuestionando el triunfo oficialista, trata de aglutinar a la oposición hacia las elecciones seccionales en el 2019; denuncia fraude “antes, durante y después del escrutinio” presidencial con base en encuestadoras que en algún momento le dieron ligera ventaja o empate. Pero el proceso tuvo vigilancia interna y externa, y se revisaron 3.865 actas (1’275.450 votos) objetadas por la oposición y el oficialismo ante desfases numéricos o falta de firma.
La oposición explota la desconfianza que sembró Correa en la primera vuelta al denunciar reales o supuestas irregularidades en el conteo y difusión de datos. Luego transfirió la desconfianza al conjunto del proceso cuando hablaba como presidente, líder del partido y como si fuera la autoridad electoral. En la segunda vuelta fustigó a opositores, llamó mafiosos y corrompidos a encuestadoras y medios de comunicación, y les exigió responder ante la ley por presunto ‘complot’.
El cambio de estilo mitigará incertidumbres y desconfianzas, pero no será suficiente y menos en medio de crisis y fracturas internas.
SOCORRO RAMÍREZ
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción