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'L'Uomo qualunque'

Nos toca volver a empezar por culpa del 60 por ciento de la población votante. 

Salvo Basile
Cuando hacia el final de la Segunda Guerra Mundial Guglielmo Giannini, periodista y dramaturgo italiano, fundó el semanario L’Uomo qualunque, tenía claro el tipo de target a quien se dirigiría y, con la fundación del movimiento político, aglutinó a toda una población de escépticos que no creían en la política ni en la institucionalidad y vivían marginados de cualquier evento de la sociedad civil. El símbolo del movimiento representa a ciudadanos espichados por un torno que operan los políticos y la corrupción, y un lema escrito a mano que pregona ‘Abajo todos’. Así se fundó el ‘qualunquismo’, el ‘cualquierismo’ o, como dicen en Bogotá, el ‘meimportaunculismo’.
Y a propósito del malogrado plebiscito por la paz, no entiendo cómo el Centro Democrático, el doctor Pastrana, los periodistas del No y las huestes uribistas hablan del triunfo de la oposición. Señores, ustedes representan apenas un 18 por ciento de la población votante; y lo mismo los santistas del Sí, los asesores gringos, la campaña millonaria, los Julitos, los ‘Ñoños’; todos perdedores, aunque faltaron 5 centavos para el peso. Todos perdimos, y como hasta mi nieto Lorenzo, de 6 años, entendió viendo las gráficas, aquí ganó la 'silent majority', la mayoría silenciosa, la maldita abstención, y perdieron los expertos comunicadores que, en lugar de dirigirse al indeciso, al ‘no sabe, no responde’, se fueron por el lado cómodo, tratando de cosechar en cultivo ajeno. Y los encuestadores, que luego del gran fiasco hablan del voto escondido, el voto vergonzante, nos vislumbraron hasta un 70-30 a favor del Sí, y nosotros les creímos y nos dormimos pensando y soñando un país en paz. Todos perdimos, los del Sí y los del No.
Pero Juan Manuel, inteligente, aprovechó la circunstancia y llamó a la concordia nacional, citó a la oposición a discutir los puntos de desacuerdo y a no desperdiciar estos cuatro años de trabajo de un grupo de colombianos de ambos bandos que pusieron toda la buena voluntad para lograr un acuerdo de paz que fue apoyado por la comunidad internacional, de Ban Ki-moon al Papa, de Obama al Dalái Lama, de la Comunidad Europea a los políticos colombianos de todas las tendencias.
Y ahora nos toca volver a empezar por culpa del 60 por ciento de la población votante, que no ejerció el sagrado derecho para decidir el futuro de la nación. Me da vergüenza ajena, con todo respeto.
Salvo Basile
Salvo Basile
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