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Poder Pazcífico

¿Y qué sigue? El seguimiento efectivo clave para que en pocos meses no estemos otra vez igual.

Paula Moreno
Yo nací en Bogotá y mi familia es de Santander de Quilichao, Cauca. Conocí Buenaventura cuando tenía 15 años; el Chocó y Tumaco, a los 24. Creo que la descolonización del imaginario nacional de las comunidades étnicas en Colombia y la construcción de paz profunda y verdadera pasan por el Pacífico. En el Chocó aprendí a ser altaneramente negra y en el Cauca, a ser altaneramente indígena; es decir, a no tener que justificar ni explicarle a nadie mi identidad, simplemente declarar que soy, existo y que nada es un favor, sino que como ciudadana me merezco lo mismo que los demás.
Estos 15 días de paro han sido históricos: el liderazgo comunitario del Pazcífico mostró poder de organización, movilización y negociación, y no dejó que se desdibujara el paro, algo que describía Gabo en ‘Vivir para contarla’: “Lo que tratamos de transmitir fue el descubrimiento de otro país inconcebible dentro de Colombia, del cual no teníamos conciencia”.
Los ríos humanos que crecieron día a día, como respuesta a la indignación por la desatención, la subvaloración y la represión, no solo se tomaron las calles de Quibdó y Buenaventura, o de los demás municipios del litoral Pacífico y su diáspora en Cali, Bogotá, etc., sino que en el mundo miles y miles se sumaron.
Todos los músicos del Pacífico, que también salieron a marchar y que compusieron arengas a ritmo de chirimía, como ‘Al pueblo se respeta, carajo’ (Dinko Manuelle, de Rancho Aparte), o el coro de la canción ‘Cambio’, del ensamble de Canalón, Herencia, Bahía, entre otros, repitiendo “Nuestro pueblo ya no aguanta tanto... Pueblo, resiste, porque aún existes”, todos con una solidaridad pazcífica digna. Como dijo Goyo, de Chocquibtown: “Nos presentan de la forma más equivocada posible, como los pobres, como los que no tenemos nada. Lo que muchos no saben es que salimos a cumplir metas sin las necesidades básicas resueltas”. Los fotógrafos y comunicadores del Pacífico que no pararon un minuto de transmitir la contundencia y la fuerza de lo que estaba pasando. Y la belleza de la guardia indígena, como parte y protección de las marchas, sin duda es un tema profundamente ético y de humanidad. Todos diciendo: míranos, estamos aquí, así no nos quieras ver y reconocer. O como dijo, también, un colectivo de líderes juveniles del Pacífico en el video: “No tenemos armas, tenemos dignidad”, y una de ellas, Mariam Quintana, lo enfatizaba: “Lo que nosotros queremos es dejar de sobrevivir para vivir dignamente”.
En contraste, fue lamentable ver la falta de liderazgo político público en todos los niveles; parte de la movilización que ya les perdió miedo a muchas cosas se debe traducir en perderle miedo a cambiar las fuerzas políticas locales, regionales y nacionales, ya que cuando surgen los problemas no se acuerdan de los votos. Así mismo, preguntarse: ¿a quién le funciona que el Pacífico no funcione? La corrupción del Pacífico no solo está en la región, sino que pasa por otras ciudades, desde donde parecen empecinados en que la región, con o sin intervenciones, no avance.
Es importante escuchar a los organismos de control con las medidas adicionales que van a tomar para combatir de forma más efectiva, rápida y ejemplarizante el desangre de lo público.
Por otra parte, me pregunto: ¿no será que los empresarios pueden sumar para algo concreto, medible y que tenga naturaleza privada, de lo cual la población se beneficie (e. g., un hospital)? ¿Cómo lo han hecho en otras ciudades? ¿Será que los empresarios van a hacer un gesto para demostrar que no solo les interesa que escolten sus camiones, sino que invierten en el bienestar de la comunidad, como un valor compartido?
Y la pregunta clave es: ¿y qué sigue? En mi criterio, creo que se deben concretar los acuerdos pronto en por lo menos tres puntos claves, para reconstruir la confianza y evitar los riesgos de radicalización o deshumanización en una indefinición o cierre del diálogo. El seguimiento efectivo será clave para que en pocos meses no estemos otra vez en esta misma historia.
PAULA MORENO
Presidenta @Manosvisibles
Paula Moreno
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