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¿Los pasajeros? Que se j…

Ni pilotos, ni Gobierno, ni aerolínea, nadie se ha interesado por los viajeros, víctimas del paro.

Mauricio Vargas
Mientras escribo estas líneas, desconozco el desenlace de la huelga de pilotos de Avianca que ha mantenido semiparalizado al país durante más de diez días, un conflicto sin ganadores y en el que, entre los pilotos, la aerolínea y el Gobierno, han primado las muestras de insensatez, incompetencia e indolencia por los pasajeros, por quienes nadie se ha preocupado.
Aunque algunas solicitudes planteadas por los pilotos asociados en Acdac resultan cuando menos exóticas, no entro a juzgarlas: me interesan las consecuencias del paro. Mucho más que afectar a la aerolínea, cuyo propietario, Germán Efromovich, prefirió perder una plata ahora con tal de no perder la que cree será mucha más si acepta lo que plantea Acdac, los 700 pilotos agremiados han perjudicado a cientos de miles de pasajeros.
No les dañaron las vacaciones a las familias, pues no estamos en temporada, pero han afectado el trabajo de miles de profesionales, técnicos, funcionarios, empresarios medianos y pequeños, asesores y vendedores en varios campos, muchos de los cuales no completarán sus ingresos este mes por culpa del paro.
Viajo con frecuencia por trabajo y soy testigo, entre otros, de esos agentes comerciales que vuelan siempre de afán de una ciudad a otra, hablan por su celular hasta que el avión despega y se dedican, con frenesí durante todo el vuelo, a despachar asuntos en su computador portátil. “Si no vendo, no como”, me dijo uno sentado a mi lado una noche. Lo he pensado mucho en estos días, pues de seguro sus comisiones bajarán y el mes entrante no tendrá para pagar las cuentas.
Aparte de los agentes comerciales, entre los cientos de miles de afectados hay enfermos que no llegaron a una cita médica o –más grave– a una cirugía, pequeños empresarios que no pudieron cerrar un negocio, profesores que no pudieron dictar una cátedra, deudos que no pudieron decirle adiós a un ser querido, padres separados que no han podido ver a sus hijos y hasta novios que se quedaron sin una luna de miel por la que se endeudaron. Los hoteleros también sufren: hubo un descenso de cerca del 30 % en la ocupación por huéspedes que no llegaron, a más de negocios en vilo, ventas congeladas e inversiones aplazadas.
En el mundo de hoy, el transporte aéreo no es lujo, es una necesidad, un servicio primordial, y eso debería significar algo a la hora de un paro. No sé si el movimiento merece ser declarado ilegal, pero al menos el Gobierno debería haber corrido a autorizar la llegada de aviones y pilotos de reemplazo, porque aunque los pilotos tienen derecho a protestar, no lo tienen a dañarles la vida a cientos de miles de pasajeros, ni a afectarles, entre otros, su derecho al trabajo.
El Presidente y el Ministerio de Trabajo han estado pendientes de los pilotos y de Avianca, y está bien. Lo que está mal es que ni por un momento hayan pensado en los pasajeros, las víctimas de este conflicto, los paganinis. Revisé las cuentas de Twitter de los principales candidatos presidenciales. Salvo Jorge Robledo, que, consecuente con sus convicciones, se puso del lado de los pilotos, no hay casi referencias al paro. Pero lo que más me impactó es que ninguno de los presidenciables hizo mención al drama de los pasajeros ni se preocupó por ellos. Dedicados a sus pleitos de mecánica política, les dieron la espalda a las víctimas de esta crisis. Que se jodan los pasajeros, ese fue el mensaje.
* * *
Engendro. De mal en peor va todo lo relativo a la Justicia Especial para la Paz (JEP), un pésimo invento que, ahora lo sabemos, va a ser manejado por una mayoría de magistrados con claro sesgo izquierdista. Las graves preocupaciones expuestas por el Fiscal General deben ser tenidas en cuenta.
MAURICIO VARGAS
mvargaslina@hotmail.com
Mauricio Vargas
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