¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

A trabajar, Presidente

El Gobierno está en fase terminal, pero si olvida las encuestas, Santos aún puede cumplir tareas.

Mauricio Vargas
Pocos síntomas acusan con mayor claridad el mal estado de salud de un gobierno que el momento en que sus más altos representantes culpan a los periodistas y a los medios de comunicación por los problemas del país. Y cuando quien culpa al mensajero por el mensaje que trae es el propio Presidente de la República, como acaba de suceder en Colombia, el diagnóstico apunta a que la enfermedad de la administración puede ser terminal.
Y sí: el Gobierno está en fase terminal. No porque Juan Manuel Santos se vaya a caer, sino porque de los casi 3.000 días que completará en agosto del año entrante en la Casa de Nariño, le quedan menos de 480, con un quemante sol sobre sus espaldas y una impopularidad que bate registros semana tras semana.
Justamente por tan bajos índices de aprobación, el Presidente debería liberarse de la vanidad de andar mirando las encuestas y concentrarse en darle un remate razonablemente bueno a su doble mandato. Lo primero es consolidar la desmovilización y el desarme de 7.000 guerrilleros de las Farc, que, más allá de debates, constituyen un logro enorme que la historia le reconocerá. Pero ese logro puede acabar comprometido por las 180.000 hectáreas de coca –cuatro veces lo que había hace tres años– y por causa de las cuales la violencia no parará aunque el grueso de las Farc deje las armas.
La segunda tarea, en este mismo frente, es evitar que la justicia especial para la paz se desprestigie sin haber siquiera arrancado. El Gobierno nos vendió el capítulo de Justicia del acuerdo con las Farc –tan generoso con responsables de crímenes atroces que ni cárcel pagarán– con el argumento de que no podía ser una justicia vengativa. Entonces que no lo sea, ni vengativa con las Farc, ni con los militares, ni con altos funcionarios ni con los eventuales terceros que puedan ser acusados de instigar a la guerra.
Al paso que vamos, abundarán el perdón a los guerrilleros y la vindicta contra militares y terceros. Esa película ya la vimos tras el proceso de paz con el M-19, con Gustavo Petro en la alcaldía de la capital y el coronel Plazas Vega en la cárcel. Pero esta segunda parte del filme puede ser aún peor.
En el campo de la corrupción, el Presidente podría prestarse un gran servicio si rompe por fin y de un solo tajo con aquellos amigos suyos que resultaron funcionales a Odebrecht, como el manejador de sus dos campañas, Roberto Prieto, y sus asesores de imagen que también lo fueron de Odebrecht. Sería una buena señal que ni Marketmedios, la empresa de la familia de Prieto, ni esos asesores siguieran con contratos o puestos en el Gobierno.
Otra tarea inaplazable: cuidar la economía. El crecimiento es pobre, el consumo va en descenso, el desempleo crece, la pobreza dejó de caer, y la cartera morosa de los bancos está en aumento y alcanza niveles peligrosos. Para empezar, Santos y el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, deberían dejar de decir que todo va de maravilla. Los problemas son reales, y la idea de que el Gobierno se tapa los ojos ante ellos solo sirve para aumentar la desconfianza y frenar aún más la inversión.
Y hay más: Santos tiene una última oportunidad para evitar pasar a la historia como cómplice de la dictadura chavista. Ahora que el falso bolivarianismo que Caracas alimentó en América Latina cuando le sobraban los petrodólares está en retroceso, urge fraguar una amplia alianza con otros gobiernos del continente para exigir y garantizar que en Venezuela haya pronto elecciones libres y evitar así el derramamiento de sangre que ya vemos en las calles. Un consejo que no me ha pedido, Presidente: preocúpese más por los problemas que por lo que digamos los periodistas. Y póngase a trabajar en las soluciones. En 480 días, usted todavía puede hacer cosas.
MAURICIO VARGAS
mvargaslina@hotmail.com
Mauricio Vargas
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción