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El candidato ‘switch’

¿Cuál es el verdadero Petro? ¿El que prende la constituyente o el que la apaga?

Todo puede decirse de estas elecciones, menos que han resultado aburridas. Derrotado nuestro candidato favorito, voy a comenzar por decir por qué no votaré por Petro.
Al contrario de muchas personas que han dicho que de Petro no les preocupa tanto lo que propone, que consideran inofensivo, sino su manera de ser, confieso que a mí me preocupan, y mucho, las dos cosas.
Lo que propone, porque lo ha ido acomodando con el ritmo de los acontecimientos, aconsejado de no crear temores castrochavistas entre los colombianos. A mí que me expliquen cómo una persona que dijo en una entrevista en noviembre pasado: “Mi primer acto de gobierno será convocar un referendo ciudadano con una sola pregunta: ‘¿Quiere usted convocar una asamblea constituyente?’ ”. Y que hace tres meses publicó en un trino: “Propongo una constituyente territorializada y pluralista para que haga las reformas que no hizo la Constitución del 91: la del territorio, la salud, la educación, la justicia, la política y el tránsito hacia una economía productiva”, ¿ahora está diciendo que él no dijo eso? Que en diez años de carrera política los candidatos den algunos virajes, sobre todo ante el fracaso del socialismo del siglo XXI en Venezuela, hasta se entendería. Pero que esta nueva fachada se haya montado en el breve lapso de una campaña presidencial, a la que entró el candidato Petro hace cinco meses, con constituyente a cuestas y de la cual ahora intenta por todos los medios deshacerse, sí es un fenómeno de inconsistencia y produce mucha intranquilidad. ¿Cuál es el verdadero Petro? ¿El que prende la constituyente o el que la apaga?
¿El que prende la expropiación o el que la apaga? Esta figura confiscatoria la dejó deslizar Petro provocadoramente como uno de sus planes de gobierno en un evento en Yumbo, Valle, hace dos meses: “Bonito sería el gesto que decidiera que se le entregue Incauca al Estado para que este empiece a entregarla al pequeño y mediano productor agrario”. Pero hoy niega Petro que la expropiación esté entre sus planes. Le aplicó, como a la constituyente, el ‘switch’.
Pero ni sus propios admiradores le creen. Porque en el insólito compromiso que le presentaron los de la Alianza Verde a cambio de apoyarlo parcialmente, le imponen como condición firmar “que respete la propiedad privada y que no haga expropiaciones”. “Que no lleve al país por el abismo de una constituyente”. “Que respete la institucionalidad y la Constitución del 91”. “Que se comprometa a no cerrar las cortes o el Congreso”. Ah. Y “que las decisiones de política pública sean fiscalmente responsables y que tome distancia del populismo”. Es decir, los ‘verdes’ quieren votar por un Petro que no es Gustavo Petro. Y Petro no tuvo inconveniente en firmarles el papelito. ‘Switch’.
Si los ‘verdes’ sintieron la necesidad de dejar esos principios fundamentales por escrito y rubricados para hacer su adhesión a la campaña petrista, es porque no están seguros de que Petro se haya bajado de esas ideas.
Pero así como no me gusta lo que propone Petro, tampoco me gusta como es Petro. El ejemplo más reciente de su personalidad fue cuando esta semana, desesperado por atraer los votos fajardistas, invitó a Sergio Fajardo a “cogobernar” estos cuatro años, a cambio de volver presidente a Fajardo en los siguientes cuatro. Obviamente, Fajardo ni miró semejante propuesta. Sin embargo, deberíamos analizarla con cuidado, porque revela un plan preconcebido para no devolver el poder. El mismo Petro ha dicho en esta campaña que necesita mínimo diez años en el poder para aplicar su programa de gobierno. Pues tuvo la audacia de invitar a Fajardo a ser socio de ese proyecto obsceno de quedarse ocho años cogobernando. Petro se ganaría la presidencia con el apoyo de Fajardo, luego cogobernarían, que no es otra cosa que repartirse la marrana de puestos y contratos, y se quedarían en el poder cuatro años más, hasta el 2026, cuando el presidente sería Fajardo y el cogobernante, Petro.
De manera que por Petro no voto ni por lo que es ni por lo que propone. Y en cuanto a lo que propone, mejor verificar si lo sigue proponiendo. El país no tiene idea de a quién estaría eligiendo: un hombre al que sus aliados tienen que poner a firmar que respetará la Constitución...
Entre tanto... La Unidad Nacional la montó Santos para hacer la paz, a pesar de Uribe. Ahora que apoya a Duque, la llaman maquinaria enmermelada.
MARÍA ISABEL RUEDA
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