¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Paz en las ciudades

Firmada la paz, el campo tendrá un respiro, pero en las selvas de cemento acecha el peligro. La Policía hace esfuerzos, pero falta, porque está 'arrecha la joda'.

Luis Noé Ochoa
El lunes es la firma del Acuerdo de Paz en Cartagena. Estoy invitado, pero espero que no se note mi ausencia, porque le tengo miedo al avión y porque toca, como debe ser para este acto histórico y definitivo para Colombia, ir de punta en blanco, y yo “tengo la camisa negra”. Tal vez el gran sabio del cine Salvo Basile me preste una pinta, pero sería meterme en camisa de once varas porque me sobraría tela. Y en ese ambiente de paz, queda mal ir remangado. Ni Uribe que fuera.
A propósito, sería ideal que el expresidente fuera, pues por él también se llega a esta firma. Sería bueno verlo, de blanco hasta el alma vestido, aplaudir y saludar a los de ‘la Far’. Y que felicitara a Santos y le dijera “gracias en nombre de Colombia”. Ese abrazo sería otro mensaje de paz. Pero esto es difícil, pues dicen en las redes sociales que Uribe no ha vuelto a misa por no dar el saludo de la paz.
Pensemos todos en que se silencian más de 15.000 fusiles, se salvan miles de vidas, se acaban las Farc y hay opción real de que el campo se recupere. Es un gran paso hacia la paz, pero la inseguridad en las ciudades nos está matando.
Lo que se está viviendo es aterrador. En la propia Cartagena, en días pasados fue asesinado miserablemente el beisbolista Napoleón Perea Fernández. Un maldito parrillero bajó de una moto y se le llevó el celular y la vida. Es que ya en este país la vida cuesta menos que un iPhone.
Y en Bogotá, casi tan peligrosa como Caracas, donde dicen que atracan con un Maduro, el fleteo es un azote. “Lo que uno ve por noticias es que por allá está arrecha la joda”, me dijo un paisano en Suaita. Y lo está. Ya han atracado hasta por las bolsas de colostomía. Y por cualquier suma. Cómo olvidar el video de la muerte de Yeison Méndez, de 26 años, un corredor de carros alegre y divertido, en Ciudad Kennedy, por robarle un dinero. “¡Lo mató!, ¡lo mató!”, decía casi llorando una voz femenina. Y sí. Lo mató un parrillero de moto que le disparó fría y vilmente. Que este año vayan 5.782 hurtos, 80 % de estos en moto, produce escalofrío.
Y por si fuera poco, la extorsión a negocios y a personas se ha disparado: este año van 234 casos denunciados. Dicen que los cabecillas de las bandas actúan desde las cárceles. ¿O sea que allá sí funcionan los iPhone y los ‘hampon’ con plena libertad? ¿Y los chatos de Inpec, chateando?
A lo mejor tiene razón Petro cuando dijo que para evitar el robo de celulares lo mejor es no dar papaya. Está prohibido sacarlo en la calle, como le decía un policía a un borracho que orinaba en un parque. Y hay que pedir siempre el acompañamiento policial al retirar dinero. Pero a mucha gente la atracan en cualquier sitio. Hay cosquilleo, fleteo, manoseo... y miedo.
¿Qué hacer? Suspender el parrillero de la moto, se propone ahora y ya se aplica en algunas partes. Puede ayudar, pero millares la compraron para ir al trabajo... Claro que a un solo delincuente le queda difícil, pues mientras atraca, con esta inseguridad, le roban la moto.
Firmada la paz, el campo tendrá un respiro, pero en las selvas de cemento acecha el peligro. La Policía hace esfuerzos, pero falta. Mi movimiento, el Polvo Democrático, proponía policía mixta de civil y uniformada, en mayor número. Y 4.000 nuevos agentes de tránsito, armados, con función de orden público; más cámaras, requisas permanentes; y al que cojan con armas, judicializarlo, pues están prohibidas. En fin, que haya justicia, que los delincuentes no se rían de las víctimas.
¿O nos tocará entrenar a los reinsertados de las Farc para que nos ayuden a defender? El hecho es que no podemos seguir inermes en manos de los hampones.
Menos mal no me gané el Baloto.
Luis Noé Ochoa
luioch@eltiempo.com.co
Luis Noé Ochoa
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción