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Hay que ayudar al Llano

En Vichada, Guainía, Meta, Arauca y Guaviare están con el agua al techo.

Luis Noé Ochoa
No quisiera seguir escribiendo sobre las chimoltrufiadas del expresidente Uribe, “así como digo una cosa, digo la otra”. Porque ahora se volvió panadero, con su especialidad en pan-tomima. Renuncio, pero reténgamela. Qué tal que así fueran todos los empleados. No caigamos en el show mediático, y que hable la justicia, sin politización. Solo eso.
Se va aplaudido el presidente Santos y llega, este martes, Iván Duque a la Casa de Nariño. Hay que desearle mucha suerte, pues llegó la hora de la verdad. Por lo menos no tendrá a un ex que trina día y noche porque llueve o hace verano, pues Santos dejará gobernar, como debe ser.
Dirigir un país como Colombia, y hacerlo bien, cumplir las promesas, es para magos. Hay miles de retos, todos delicados: la economía, el desorden público, Venezuela, la salud, la educación, la corrupción, el campo, los políticos, la oposición. Y el clima, que cambia más que los políticos. De entrada, al presidente Duque lo espera un llano, no en llamas, como en los cuentos de Juan Rulfo, sino inundado. Si aquí nos quejamos por el charquito que deja un perro, en Vichada, Guainía, Meta, Arauca y Guaviare están con el agua al techo. Se ven casas apenas con el caballete descubierto, como para que descansen las garzas tristes.

Entre todos los departamentos, hay muchos más. Y, según el Ideam, por lo menos durante un mes más seguirán las lluvias. Ay mi llanura.

En esas hermosas tierras, olvidadas muchas veces, los ríos Orinoco, Inírida, Meta, Ariari y Guaviare se desbordaron. Dije olvidadas porque, aunque nos envían plátano, yuca, ganado, piña, naranja, y muchos tarareamos un joropo al lado de una mamona, que no es la que nos hace oposición, sino una carne a la ‘llanura’, muchos, comenzando por el Estado, desde hace largos años, le damos la espalda a esta parte del país llena de historia.
Miles se sonrojan en los concursos de conocimientos cuando les preguntan: ¿Capital del Vichada? ¿Capital de Guainía? ¿Capital de Guaviare? San José, ilumíname, dijo uno, y ganó.
“Ay mi llanura... / embrujo verde / donde el azul del cielo / se confunde con tu suelo / en la inmensa lejanía”. Y parece lejos, pero es Colombia; son pueblos históricos. La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres dijo el jueves que en cuatro de estos departamentos hay 11.000 familias damnificadas y se ha prestado atención a más de 63.000 personas. Pero, entre todos los departamentos, hay muchos más. Y, según el Ideam, por lo menos durante un mes más seguirán las lluvias. Ay mi llanura.
Señor presidente Duque, no se necesita que se posesione con botas pantaneras, pero arranque su luna de miel, por ejemplo, en Puerto Carreño. Hay pérdidas de animales, cosechas y bienes... Hay que pensar desde hoy en un plan de contingencia para el Llano, en créditos e inversión en vías. Hay que trabajar entre todos por esta región y por el campo en general. Y debe seguir el programa de vías terciarias. Urgente. Ay mi llanura.
El panorama es más grave de lo que vemos desde aquí. Todos debemos poner. Oportunamente, el admirable Cholo Valderrama, famoso cantautor llanero, lanzó la idea de realizar un concierto para recolectar fondos con destino a los damnificados. Por ellos, por oírlo cantar Aguacerito menudo, que esta vez no lo ha sido, o Mi tristeza, o Mi caballo y yo, etc., le llego a donde sea, así toque a nado. Y el país debe unirse.
Hasta el propio Duque, cuya guitarra le debe de servir en una sala de Palacio en momentos de estrés. Y para interpretar cantos como Jamás morirás, llanura. “Que no morirás, llanura, / mientras haya hombres machos, / que trabajen orgullosos, / sobre lomos de un caballo, / de treinta a cuarenta días, / con animales de un hato”.
Que no morirás, llanura, / pero nos toca ayudarlos. / Porque ya estarán llegando / a comprarles el ganado / y les ofrecerán barato, / y además lo piden fiado, / pues al ver inundado el hato / no falta el aprovechado.
LUIS NOÉ OCHOA
luioch@eltiempo.com
Luis Noé Ochoa
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