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Gloria al bravo pueblo

No hay nada más incontenible que un pueblo con hambre y oprimido. Y allá hay más hambre que democracia. El pueblo está cansado de Maduro.

Luis Noé Ochoa
“Unida con lazos / que el cielo formó, / la América toda existe / en nación, / y si el despotismo / levanta la voz, / seguid el ejemplo / que Caracas dio”.
Es una estrofa del himno de Venezuela, chico. El ejemplo que Caracas dio el jueves es extraordinario. Lo único triste para ellos fue la derrota de su selección en Curramba la bella. Qué pena, pero así es el deporte. Y hay que pensar en que las selecciones de fútbol son el reflejo anímico de los pueblos.
Gracias a Dios, en Colombia se vive otro ambiente. No solo tenemos comida –bueno, perdón, chocoanos y guajiros, pero es por la corrupción–, sino democracia plena. Hay libertad de movilización y de expresión. La oposición puede hasta echar sus mentiras ‘castrochimbistas’, como decir que se vive, se siente, que ‘Timochenko’ será presidente, ja, ja. Aquí hay garantías para la oposición.
La ‘toma de Caracas’, organizada por la Mesa de Unidad Democrática, fue memorable, chamo. No se puede decir que es pelea de toche con maduro, porque el hijo putativo de Chávez está atornillado por el Tribunal Supremo y el Consejo Nacional Electoral, pero que hayan salido más o menos un millón de personas a exigir que se convoque el referendo revocatorio es histórico.
Me dio risa cuando oí a un hombre maduro, de los de Maduro, decir que si acaso había por ahí 25.000 personas en las calles. El despistado debió de mirar fue para el lado de la contramarcha chavista, ellos sí cada vez menos. Porque, según reciente encuesta de Datanálisis, el 80 por ciento quiere que Maduro deje el poder este mismo año. Pero el Consejo Nacional Electoral no autoriza la recolección de los 4 millones de firmas. Porque en el Gobierno le apuntan a que se haga el año entrante, cuando el mandatario puede nombrar a su ‘vice’.
No hay nada más incontenible que un pueblo con hambre y oprimido. Y allá hay más hambre que democracia. No hay medicinas, ni siquiera para el dolor de patria. El pueblo está cansado de Maduro. Además, porque maduro sin queso, ni bocadillo o leche condensada hastía. Y la inflación ronda el 720 por ciento. Y mientras tanto, a don Nicolás se le ocurre reducir la jornada de trabajo a dos días para ahorrar energía; o decir que la gente se vaya al campo a sembrar su comida. Un día dirá que en la cárcel se come mejor.
El pueblo venezolano clama desde la paz. Y esa marcha enorme fue todo un ejemplo. Pero la gente gritaba que hay amenazas. Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, denunció el pasado 21 de agosto que a este líder le hacen cuatro requisas diarias, todas con empelotada, para trasladarlo de calabozo en calabozo, sin permitirle hablar con nadie; no le dejan leer libros ni prensa, y graban hasta las visitas conyugales. Ni el ‘Chacal’ que fuera. Solo es un valiente político opositor.
Y el régimen estuvo apresando líderes antes de la marcha, para amedrentar. Alguien atacó el diario El Nacional. Le lanzaron hasta excrementos. Eso están lanzando. Y varios corresponsales internacionales que iban a cubrir la marcha fueron devueltos en el aeropuerto. Así está el país del bravo pueblo.
Duele y preocupa Venezuela, que está a fuego lento. Falta que el mundo se solidarice con la gente. No los dejemos solos. Pidámosle a Maduro que no los atropelle; la historia le cobrará, la pugnacidad nada bueno deja.
Vienen más marchas, el 7 y el 14 de septiembre. Ojalá también en paz, que es un sentimiento que se generaliza. Ojalá los del Poder Judicial entiendan que la gente –sus hermanos, sus vecinos, su raza– es la que está sufriendo hambre y opresión. En las demás naciones deberíamos manifestarnos al menos en los días de marcha. ¡Solidaridad!
Luis Noé Ochoa
luioch@eltiempo.com
Luis Noé Ochoa
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