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Fin de las Farc-Ep

No obstante las dificultades, incomprensiones e injusticias, el camino hacia la paz está abierto.

Mientras en La Elvira y otras regiones rurales las Farc dejaban sus armas para siempre, en el centro Andino, en el corazón de Bogotá, hubo un atentado terrorista que les costó la vida a 3 jóvenes mujeres y dejó 8 personas heridas. El contraste entre estos escenarios es digno de analizar. Creo que basta comparar las tragedias que acaba de padecer la población capitalina, por un atroz ataque terrorista, con las pacíficas y admirables escenas que están protagonizando los excombatientes de las Farc. Cada guerrillero está entregando sus armas a delegados de Naciones Unidas, quienes las revisan, las catalogan y las ordenan, para luego depositarlas en los contenedores en los que serán exportadas a EE. UU.
Estos acontecimientos trascendentales, estos pasos adelante en el camino de la paz, se han visto opacados y distorsionados por la engañosa campaña que promueve el senador Álvaro Uribe, quien, con la falsa amenaza de que Santos lleva el país hacia el “castrochavismo”, además de confundir y envenenar a los colombianos, ha conseguido que se critiquen, tergiversen y menosprecien hechos de vital importancia para el país y sus habitantes, como el que las Farc, que antes cometían atentados peores que el que otros acaban de cometer en Bogotá, se desarmen para siempre, se integren a la vida civil y se dispongan a cumplir con todo lo acordado en La Habana y luego confirmado en el teatro Colón.

Las Farc dejaron de existir como grupo armado, y en paz se preparan para hacer política con votos pero sin armas

Después de 4 años de negociar con las Farc un proceso de paz, después de perder el plebiscito por 52.000 votos, votos que claramente fueron superados por las multitudinarias manifestaciones en apoyo del Sí, que llenaron las calles al día siguiente del plebiscito y después de corregir el acuerdo de paz, con las sugerencias exigidas por los vencedores del No, resulta que ellos exigieron nuevos cambios. Como hacer más correcciones no era aceptable por varios motivos, quién dijo miedo: Uribe y su séquito se enfurecieron. Porque, como lo dijo después un uribista honorario, las intenciones del Centro Democrático eran: “Hacer trizas el acuerdo de paz”.
No obstante las dificultades, las incomprensiones y las injusticias, el camino hacia la paz está abierto. Las Farc dejaron de existir como grupo armado, y en paz se preparan para hacer política con votos pero sin armas, pues así han culminado en el mundo todos los acuerdos de paz. Y que la paz en Colombia comience a ser una realidad es admirado en el mundo no solo con aplausos, sino con importantes aportes económicos para ayudar a millones de víctimas, en particular de la población campesina. Lo cierto es que la paz comenzó en el campo, y por eso Colombia debe estar de fiesta.

Revocatoria

Tras la revocatoria de Enrique Peñalosa no hay el propósito de evitarle a la ciudad nuevos y peores desastres; existen mezquinos intereses políticos de Jorge Robledo y Gustavo Petro, sus promotores. Pues, tumbando al Alcalde pretenden asegurar sus candidaturas presidenciales. Vale anotar que el senador Robledo, famoso por sus debates contra funcionarios delincuentes, pasó de agache frente al saqueo y los atropellos cometidos contra Bogotá, sus estructuras y sus finanzas por su copartidario Samuel Moreno, pero ese debate no lo dio. Y no son pocos los daños y problemas que Petro le causó a Bogotá por dedicarse a aceitar sus aspiraciones políticas.
Con engaños y mentiras promovieron la revocatoria, y sus seguidores obedecieron. Pero a un alcalde elegido con más de 900.000 votos no podrán tumbarlo así no más.
LUCY NIETO DE SAMPER
lucynietods@gmail.com
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