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Odio por Colombia

Amor no es recaudar votos con muertes, pero para algunos pesa más la política que el amor.

“Amor por Colombia” es esa frase que cada tanto suelta el expresidente Álvaro Uribe como un mantra para decirnos que él pone a Colombia por delante de cualquier interés personal. ¡Qué bien suena! ¡Cuán bello es descubrir que un político antepone su país, nuestro país, a cualquier otro móvil! ¡Amor por Colombia! Eso deberíamos decir y, en consecuencia, actuar todos todo el tiempo.
Sin embargo, ocurre un hecho espantoso y condenable como el atentado terrorista del sábado pasado en el centro comercial Andino, y todo ese “amor por Colombia” pareciera esfumarse del corazón grande del expresidente y del alma uribísticamente poseída de sus copartidarios del Centro Democrático. No de otra manera podría explicarse cómo se aprovecharon de la tragedia para ensalzar sus luchas políticas y gritar a los cuatro vientos que este de Santos es un gobierno fallido.
¿Amor por Colombia es salir a afirmar tras un hecho como este que no deberíamos esperar las elecciones y que los colombianos deberíamos salir a las calles a pedir el fin del gobierno de Santos, como lo señaló en su cuenta de Twitter Álvaro Hernán Prada, representante del Centro Democrático?
¿Amor por Colombia es valerse de la crisis para enrostrarle al país que los empresarios tienen miedo y se sienten inseguros luego de un hecho como este?
No. Eso no es amor por Colombia. Eso es odio.
Es odio incitar al golpe de Estado y al alzamiento popular por causa de un atentado terrorista. Es odio aprovecharse de las muertes, el dolor y el terror para alimentar sus huestes y sembrar la desconfianza en los empresarios y el miedo en el espíritu de todos.
No hay mayor muestra de resentimiento que la de aquel que alimenta con más carbón y leña el fuego del miedo, y en este caso Uribe y los suyos lo han hecho. No les bastó con las víctimas del petardo: quieren más. Quieren que tengamos más miedo, quieren que odiemos más, quieren que el mundo desconfíe del país que tanto dicen amar.
¿Si usted ama a su esposa, va a casa de los vecinos a decir que es una inútil y que todo marcha mal con ella? ¿Si usted ama a sus hijos, va por el mundo regando el cuento de que ellos no sirven para nada?
Verdadero amor por Colombia habría sido una llamada telefónica solidaria de un exmandatario que enfrentó horribles hechos terroristas (como el del club El Nogal) a un mandatario que tiene que hacer frente a los cobardes que hicieron explotar el petardo en el Andino.
Amor por Colombia habría sido que, a través de esas mismas redes sociales que utilizaron para culpar a Santos del atentado del sábado, hubieran convocado a manifestarse todos en solidaridad con las víctimas y en contra del terrorismo. Pero no.
El amor por Colombia no les da para ser solidarios. El amor por Colombia solo sirve para convocar marchas contra el gobierno de turno. Ese amor por Colombia es vacío e inútil porque no busca construir país, porque no busca la unión de todos en procura de un fin común.
Amor habría sido invitar a todos los partidos a salir a la calle a rechazar las muertes y la zozobra. Amor por Colombia habría sido superar todas las diferencias para alzar una sola voz contra el terror. Es lo que corresponde en un momento de estos, ese es el verdadero llamado de la nación. ¿O ahora nos espera una gira de Uribe por el mundo en la que asegure que lo de El Nogal es la prueba de que no se puede confiar en Colombia?
Amor no es recaudar votos con muertes, pero, aparentemente, para algunos pesa más la política que el amor.
* * * *
#PreguntaSuelta: ¿los hinchas de los equipos de fútbol no saben celebrar nada si no es rompiendo, dañando y protagonizando riñas?
JUAN PABLO CALVÁS
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