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Final bajo el influjo de Cruyff y Charlton

La leyenda de los dos fenómenos estará flotando en el Friends Arena de Solna, en Suecia.

Jorge Barraza
El carácter, el liderazgo estrepitoso, la fabulosa organización del juego de Cruyff frente a la velocidad, el precioso desplazamiento y el temible remate de Charlton. Tales hubieran sido las claves de una hipotética final continental en 1967 entre el Ajax de Johan Cruyff y el Manchester United de Bobby Charlton, símbolos máximos de los clubes más populares de Holanda e Inglaterra e íconos del fútbol de sus países. Medio siglo después, Ajax y Manchester United, un duelo de gigantes europeos, protagonizarán este miércoles la final de la Europa League.
La leyenda de los dos fenómenos estará flotando en el Friends Arena de Solna, en Suecia. Siempre sobrevolará el cielo de estos clubes a los que hicieron célebres. Antes de Cruyff, el Ajax era virgen a nivel internacional; antes de Charlton, el United tampoco pasaba de ser un club grande de índole local. Tres copas de Europa le dio Johan al club de Ámsterdam, una aportó ‘Bobby’ ‒la primera‒ a las vitrinas de los diablos rojos. Y el orgullo de su título mundial en 1966. Marcaron una era.
A propósito de identificación, el Ajax anunció que rebautizará su estadio, hoy Amsterdam Arena, con el nombre de Johan Cruyff. Los ‘Amsterdammers’ advierten que hay una apropiación quizá exagerada de la figura del ídolo por parte del FC Barcelona, y con esto ponen un hito como quien clava una bandera en el Everest. “Nació aquí, surgió aquí, brilló aquí”. El inglés no tiene un estadio, pero la tribuna sur del Old Trafford tiene un letrero gigante que reza: ‘Bobby Charlton’.
La Uefa Europa League es una hermanita de la Champions, menos despampanante, pero que igual da ganas de salir con ella. Y los nombres de sus pretendientes no son menos rimbombantes que los de la otra: Ajax y Manchester United brillan de igual modo que Juventus y Real Madrid. Tampoco debería ser inferior por intensidad o deseo. El Ajax lleva 22 años sin ganar un título europeo, desde que en 1995 venció al Milán y aún la competición se llamaba Copa de Europa. Tiene una imperdible ocasión de acrecentar su palmarés y volver a los planos estelares, al sabor de las mieles mediáticas. También para el fútbol holandés, reducido en los últimos años a poco más que una buena cantera, eclipsado a nivel de clubes por las ligas de España, Inglaterra, Alemania, Italia, Francia y hasta Portugal. Además, una victoria en una final europea, y frente al United, alcanzaría el nivel de suceso, con desfile en autobús por las calles de Ámsterdam.
Para el Manchester United, coronar no sería ni una partícula menos de importante. Acaso más. Desde la jubilación de Alex Ferguson en el 2013 no da pie con bola. Ha gastado fortunas en fichajes, ha cambiado tres entrenadores, y el éxito continúa esquivo. Solo el promocionado Paul Pogba le costó 110 millones de euros y su rendimiento es opaco. Apenas una Copa Inglesa en el 2016 con Louis van Gaal como DT y, recientemente, una Copa de Liga con José Mourinho en el banco. Poco para el que es considerado por consultoras y revistas financieras como el club más valioso del mundo a nivel de negocios. Justamente para Mourinho es más trascendente que para nadie poder levantar esta Europa League. Su imagen de ganador, su contrato hipermillonario, sus exigencias de poder absoluto y contrataciones rutilantes necesitan corresponderse con un título fuerte. El sexto puesto en la Premier, que no clasifica a ningún torneo internacional, lo deja muy desacomodado. Esta final le da la posibilidad de una gran conquista y la clasificación directa para la Champions que viene.
¿Qué veremos? Un equipo de cantera frente a otro de cartera. Ajax sigue fiel a su política de formación de talentos o bien de reclutamiento de otros clubes, pero muy jóvenes. Tiene un ejército de ojeadores y hace apuestas moderadas, jamás cometería una locura como la de Pogba. Una de estas promesas, el danés Kasper Dolberg, de 18 años, es la estrellita del equipo. Lleva 22 goles en su primera temporada en Holanda y es el goleador del Ajax en la Copa. Otro es nuestro conocido Dávinson Sánchez, aún con 20 calendarios, quien en su estreno en el club ha sido premiado como el mejor jugador del Ajax 2016-2017. Este equipo tiene un promedio de edad asombroso: 22 años. Nueve titulares tienen 21 o menos; el zaguero Viergever es el más ‘arrugado’, con 27 cumpleaños.
En el extenso viaje que los llevó hasta Estocolmo, ambos debieron jugar 14 partidos (los mismos que un finalista de Copa Libertadores). Ajax dejó en el camino al Panathinaikos de Atenas, Standard de Lieja, Celta de Vigo, Legia de Varsovia, al Copenhague FC, al Schalke 04 de Alemania y al Olympique de Lyon. Ganó 8 de los 14 encuentros.
Salvo los delanteros Marcus Rashford (19 años) y Jesse Lingard (24), los otros veinte futbolistas del primer equipo inglés son fichajes, muchos de ellos multimillonarios, como el citado Pogba o el armenio Henrij Mjitarián, proveniente del Borussia Dortmund por 42 millones de euros. Podría decirse que es un típico equipo de Mourinho, que no cautiva, no armoniza juego, es áspero y defiende bien. Pero él mismo sabe que ni la categoría de utilitario alcanza para este Manchester. Y no toda es su culpa: ha debido tomar un plantel que no eligió, mal armado, sin grandes figuras. Después de un pésimo comienzo, en su primer año el portugués ha logrado enderezarlo. Ganó la Copa de Liga y espera por este premio gordo.
El United dejo atrás al Feyenoord de Holanda, el Zorya de Ucrania, el Fenerbahce turco, Saint Étienne, el Rostov ruso, Anderlecht de Bélgica y al Celta de Vigo. Fueron nueve victorias y solo dos derrotas.
Una cita de oro sin favoritos. Chispeante pero inexperto, uno; más duro y con menos fútbol, el otro. Ajax y Manchester United, los nombres hacen tornan la final universal. Cruyff y Charlton tienen mucho que ver.
JORGE BARRAZA
Jorge Barraza
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