¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Un alza de tarifas desalmada

Peñalosa se equivoca al creer que el déficit del SITP se resuelve aumentando las tarifas al usuario.

La inconformidad ciudadana está desbordada: bloqueos de los carriles de los buses rápidos de transporte, tomas de estaciones (algunas destruidas por vándalos) y tropeles en los portales atestados de usuarios desesperados. El incremento de las tarifas, según expresan los ciudadanos, “no es justo sin mejoramiento del servicio”. La Alcaldía Mayor, por su parte, afirma que lo hace porque existe un “hueco fiscal en el sistema de casi $ 600.000 millones”.
Así pues, el alcalde Peñalosa, para “cubrir el déficit del sistema”, decide meterle la mano al bolsillo de los usuarios de los articulados (sistema de troncales) subiendo, este año, $ 200 la tarifa y $ 300 a la del transporte zonal (bus azul). Pero, en reacción, quienes levantan las voces indignados, vociferan que el sistema ha debido prever todas las contingencias y costos para que no terminara pagando “los platos rotos” la ciudadanía, que usa el transporte incómodo y estresante, que hoy son casi dos millones de pasajeros diarios.
El Alcalde Mayor está siguiendo la lógica económica que ha hecho carrera durante más de tres décadas, “la ley del embudo” la llama un amigo, los ingresos que deja de producir el negocio, entregado a unos particulares para su explotación, sin contemplación, deben pagarlo los usuarios (socialización de las pérdidas) sin que, a la fecha, se les convoque para compartir los ingresos que produce el éxito de TransMilenio que tiene un recaudo que alcanza los $100.000 millones anuales que corresponden al 5 por ciento de la empresa pública y de $ 1,3 billones, producido anual de la operación.
Quienes conocen la filigrana con la que ha implementado el sistema, afirman que el alza de las tarifas, realmente, no tiene justificación. El incremento de las tarifas, que arrancó en el 2001 con una tarifa de $ 800, con un incremento durante once años de $ 80 anuales y el aumento de $ 100 durante los cuatro años de la Bogotá Humana, Peñalosa, en un año y medio de administración, le ha zampado dos incrementos que suman, al día de hoy, $ 400 a los articulados y de $ 500 a los buses azules. En el desalmado aumento de la tarifa, por fuera de la lógica de crecimiento tarifario, radica la rabia ciudadana.

Se sabe que los contratos del SITP están llenos de recovecos e inconsistencias que hubo corregir. Esa es la vena rota que hizo que naciera el transporte zonal con tufillo a podrido.

Así pues, Peñalosa se equivoca al creer que el déficit del transporte zonal (SITP), que arrancó desde el año 2012, se resuelve aumentando las tarifas al usuario. Se sabe que los contratos del SITP están llenos de recovecos e inconsistencias que hubo corregir. La “renta fija” de un millón quinientos mil pesos, “anden o no anden”, es la vena rota que hizo que naciera el transporte zonal con tufillo a podrido. Buses totalmente vacíos recorrían las vías de la ciudad, con nomenclaturas irreconocibles y rutas de remiendos. Sin tregua, Petro se dedicó a desenredar el entuerto, coherente con la lógica de superación de la pobreza, estimuló el uso del bus azul, no alzando tarifas que empobrecen el golpeado ingreso del usuario. En un 75 por ciento de funcionamiento lo dejó la Bogotá Humana.
Lo racional, entonces, además del control de los colados (se estima en 250.000 personas que en dinero son $150.000 millones anuales), de sacar la competencia desleal de las “chimeneas” que aún circulan (25 por ciento), también debe profundizar en estimular el uso del bus azul y no una desalmada tarifa que, antes que resolver déficit, termina enriqueciendo a los privados que se embolsillan el 95 por ciento del recaudo, porcentaje establecido en los contratos pactados desde que Peñalosa decidió dejar a Bogotá sin metro con la peregrina idea de que “el TransMilenio es lo mismo que el metro”.
Alargue: ¿Cuántas tragedias como la de Mocoa se necesitan para cambiar el orden territorial depredador?
HÉCTOR PINEDA
*Constituyente 1991
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción