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De constituyente en constituyente

Por estos tiempos de ‘carteles togados’ y alimañas legislativas, se inicie un proceso constituyente.

Héctor Pineda
La vida, en su azar, nos indica los caminos que, inexorablemente, nos corresponde transitar. La primera señal, en los tiempos de los mítines de la enorme agitación estudiantil en la que nos sentíamos predestinados a redimir a la humanidad de todas sus penurias, el presidente de entonces, Alfonso López Michelsen, propuso una profilaxis a la justicia mediante la convocatoria de una “pequeña constituyente”. Por supuesto, en los escenarios de la izquierda contestataria, donde había que oponerse a todo lo que viniera del “establecimiento”, la consigna fue de rechazo radical a la iniciativa presidencial.
Sin embargo, para quienes desde una postura de cambio político y social, autoproclamados del pensamiento socialista de Antonio Gramsci, decidimos acoger la iniciativa del Ejecutivo del mecanismo alterno al del Congreso de la República para realizar las reformas a la Rama del poder Judicial, reforma que buscaba, según se debatía en esos días, superar la impunidad y facilitar el acceso a la justicia a los ciudadanos. Decidimos que Alfonso Jacquín Gutiérrez, por entonces recién graduado abogado y profesor de derecho constitucional en varias universidades, asumiera la candidatura constituyente. Elaboramos una propuesta en armonía con la visión de un Estado autonómico regionalizado. Naufragó la propuesta lopista y, con ella, nuestra primer sueño constituyente.
Años después, cuando el presidente Belisario Betancur decidió inaugurar los diálogos de paz, “sancocho nacional lo denominó el M-19”, el abogado hermano del líder máximo del EPL, Óscar William Calvo, planteó que los acuerdos de paz que se alcanzaran entre el gobierno y la insurgencia armada se sometieran a la refrendación de un escenario constituyente. La iniciativa, en ese entonces proveniente de la orilla de la insurgencia armada, se destrozó con el escalamiento de la guerra que extravió la propuesta constituyente, sumado al colofón de la toma del Palacio de Justicia, hecho doloroso en el que murió Jacquin y con él, uno de los convencidos de los escenarios constituyentes como instrumento de refrendación de paz y de renovación de un nuevo pacto social.
Así pues, 1985 cerró el año con la vorágine de un nuevo ciclo de violencia. Las partes en la contienda se atrincheraron y echaron a rodar la máquina de guerra de uno y otro lado. El M-19, para hablar de lo que fui testigo durante un lustro, se propuso conformar un ejército mediante la propuesta del batallón América, con combatientes y mandos militares y políticos de los grupos insurgentes de América Latina. Un salto de guerrilla a comportamiento de fuerza regular armada implicaba necesariamente armonizar las normas y conductas con la decisión de “fuerza armada”. En ese proceso, junto con “el mayor Felipe”, fallecido en un accidente automovilístico en la recién abierta Ruta del Sol, se nos dio el encargo de redactar un código militar', incluyendo conductas punibles, normas disciplinarias y de procedimiento penal militar.
Durante dos meses, con Felipe nos constituimos en “microconstituyente”, deliberando y adaptando a nuestras circunstancias desde normas extraídas de los códigos colombianos hasta textos sacados de ejércitos latinoamericanos. Especial discusión se produjo cuando decidimos incorporar las normas del Derecho Internacional Humanitario, como una especie de “bloque de constitucionalidad”, al código militar del batallón América, del cual hizo parte el M-19.
Aplicar con rigor las normas del Derecho Internacional Humanitario, además de sacar de la contienda conductas criminales, también actuó como catalizador para, años después, pactar el fin de la guerra con el M-19, preámbulo del proceso constituyente de 1991. Así pues, hemos protagonizado un camino de paz edificado de constituyente en constituyente. Por estos tiempos de “carteles togados” y alimañas legislativas, seguramente se inicie otro proceso constituyente. ¿Estaremos?
HÉCTOR PINEDA
Constituyente de 1991
Héctor Pineda
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