¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Espacio, tiempo, aquí y ahora

Vivir en el presente tiene mucho más que ver con estar atentos a lo que nos está distrayendo que con intentar encadenarnos al aquí y al ahora.

Gustavo Estrada
“El pasado ya no existe, el futuro aún no ha llegado. ¡Vivamos el presente! ¡Fluyamos con la vida!”, pontifican muchos misioneros del crecimiento personal. Tales recomendaciones suenan bonitas y razonables, ¿verdad? Pero ¡qué consejos más inútiles! Por más que lo intentemos, no es posible atornillarnos a nuestro ‘ahora’ ni fluir a propósito por los alrededores de nuestro ‘aquí’. ¿Podríamos, de alguna forma, adquirir tales cualidades?
El asunto es complejo, mmm… O no, es más bien sencillo, pero lo hemos complicado. El problema no anda por los lados de nuestro cuerpo, que siempre está aquí, sino por los de la superinquieta mente, que deambula por todas partes. Nuestro cerebro construye el tiempo —pasado, presente y futuro; ayer, hoy mañana— para la supervivencia del todo corporal.
Mientras el tiempo depende de la mente, el espacio es el territorio por donde se mueve el cuerpo. Pero, dado que la mente es función del cerebro y este es parte de nuestro organismo, la segregación mente-cuerpo es inapropiada. Allí comienzan las dificultades. Si integramos mente y cuerpo, o mejor aún, si nos damos cuenta de que mente y cuerpo son una sola entidad indivisible… esa entidad, como un todo, fluirá.
El presente reside en todo el cuerpo, donde percibimos las sensaciones, incluyendo la cabeza donde se manifiestan los estados mentales. ¿Qué tenemos que hacer para estar en presente? Permanecer atentos a tres cosas: a los movimientos y las posturas del cuerpo (rápidos, pausados, incómodas, confortables…), a las sensaciones que percibimos (agradables desagradables, neutras…) y a nuestros estados mentales (concentrados, dispersos, sesgados, imparciales, alegres, tristes…). El presente es mirar hacia adentro, no curiosear hacia afuera.
La percepción del ahora se puede ejercer mediante la atención total permanente. Cuando vigilamos la mente distraída, la estamos aterrizando, así la distracciones sean remordimientos por lo que hicimos ayer o ilusiones de algo bueno que sucederá mañana. Si la mente se nos escapa, sin importar hacia dónde o hacia cuándo, la observación de la fuga ocurre aquí y ahora.
Vivir en el presente tiene mucho más que ver con estar atentos a lo que nos está distrayendo que con intentar encadenarnos al aquí y al ahora. Si sentimos avaricia o envidia, observamos la experiencia de los deseos desordenados. Si sentimos gula o lujuria, advertimos cómo estas se manifiestan en nuestro organismo. Lo que nos sucede en el segundo que está pasando, en el siguiente, y en el próximo, son las vivencias. Ni siquiera disfrutamos lo que ya poseemos cuando nos engolosinamos con lo que no tenemos.
Como ayuda adicional, la observación silenciosa y desprevenida de la respiración es un excelente ejercicio que refuerza la facultad de la atención y, además, es una alternativa viable que nos aterriza en el ahora. El estar atentos solo puede ocurrir en el presente.
¿Son sencillas de aplicar estas recomendaciones? Fáciles de entender, sí. Su aplicación permanente, sin embargo, requiere paciencia y dedicación.
La meditación de atención total es un ejercicio intensivo para aplacar las divagaciones, y, aun así, mientras meditamos nuestra cabeza se va para… A veces ni siquiera nos damos cuenta para dónde se nos vuela ni por cuánto tiempo, razones estas adicionales para la perseverancia.
La mente atenta al cuerpo, a las sensaciones y a los estados mentales nos sostiene en el instante real. Cuando así ocurre, la existencia fluye con espontaneidad. Es imposible fluir a propósito evadiendo el presente. No se puede flotar río arriba. Las corrientes de los deseos desordenados y de las aversiones desmedidas nos sacan de las aguas apacibles. Estar aquí y ahora es más estar atentos a las distracciones que están dispersando la mente que ponerle fuerza de voluntad al momento actual.
GUSTAVO ESTRADA
Autor de ‘Hacia el Buda desde occidente”
Gustavo Estrada
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción