¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Los ojos en Macron

El presidente sigue dando pasos importantes para reformar Francia y fortalecer el proyecto europeo.

Dondequiera se pongan los ojos, el liderazgo mundial parece bastante desalentador.
Theresa May se mantiene en la cuerda floja en una Gran Bretaña sometida a los laberintos del brexit. Los alemanes le acaban de dar un portazo a Angela Merkel, quien sobrevive con mandato electoral disminuido y desgastada por su larga permanencia en el Gobierno. Con Trump, Estados Unidos ha perdido lo que Joseph Nye llamara “poder blando”. Rajoy se ha mostrado incapaz de manejar el tema de Cataluña.
Putin y el Partido Comunista en la China no son opciones atractivas para ningún demócrata. Brasil, serio aspirante al liderazgo global hasta hace poco, sufre una de las crisis más serias de su historia.
Dondequiera..., excepto tal vez en Francia. Allí, Emmanuel Macron sigue dando pasos importantes para reformar su país y fortalecer el proyecto europeo. “La mejor esperanza” del continente, concluyó un informe de la última edición de la revista The Economist, cuya portada enfoca todas las luces en la figura del joven presidente.
No todos están de acuerdo.
Chris Bickerton, profesor de Cambridge, predice que “Macron será otro presidente francés fracasado” (The New York Times, 7/9/17). Aunque reconoce que su elección ha sacudido el “moribundo escenario político de manera profunda y duradera”, Bickerton no atribuye mayor significado al “macronismo” como proyecto político, que identifica con un “neoliberalismo convencional”.
La lectura del informe de The Economist sirve para confrontar la simplista y prematura condena del futuro de Macron.

Es un reto doble e inmenso: sin solucionar los problemas domésticos, Macron carecerá de credibilidad en Europa. Uno y otro exigen una política visionaria

Más allá de las simpatías naturales con los valores liberales defendidos por Macron, The Economist destaca cierta visión estadista de proyecciones europeas, manifiesta en días pasados en el discurso del presidente francés en la Sorbona. Es un reto doble e inmenso: sin solucionar los problemas domésticos, Macron carecerá de credibilidad en Europa. Uno y otro exigen una política visionaria. Y eso no le falta.
Distanciado de derechas e izquierdas, Macron ha querido también ofrecer algo más que lo que suele tildarse como el “centro”.
Lo mueve quizás su deseo de interpretar las preocupaciones específicas del momento, en defensa de la sociedad abierta y en contra de los nacionalismos xenófobos. Pero busca también responder, según The Economist, a la “crisis del capitalismo contemporáneo”, con fórmulas que permitan “proteger a los perdedores de la globalización” y evitar así el populismo.
El informe de The Economist resalta la capacidad innovadora de Francia, a pesar del peso de tradicionales inercias. Es un cuadro lleno de contrastes, en los desarrollos tecnológicos, urbanos, o en educación. Las reformas en la educación primaria, promovidas por el ministro Jean-Michel Blanquer (académico, autor y editor de varios trabajos sobre Colombia), parecen centrales al proyecto de Macron. Y se enfrentan a desafíos tan descomunales como las reformas de la legislación laboral
No es fácil, por ahora, ponerle etiquetas a Macron –la de “neoliberal convencional” utilizada por Bickerton no cuadra–. Ni tampoco parece ser la mejor forma de tratar de entender el sentido de sus propuestas.
Sus críticos acusan al “macronismo” de personalista y condenan sus despliegues de poder con tonos casi monárquicos. Es de la esencia liberal y republicana combatir toda concentración y afán del poder. Pero cualquier examen de Macron, y lo que representa, haría bien en tener en cuenta al extraordinario movimiento que lo acompañó (La République en Marche), que renovó casi por completo al parlamento francés.
En un mundo lleno de incertidumbres, y vacío en liderazgos, hay buenas razones para fijar los ojos en Macron y su movimiento.
EDUARDO POSADA CARBÓ
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción