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Gestión de estacionamientos, ¿por fin?

Con las nuevas ‘zonas azules’ en Bogotá, se generarán calles más ordenadas y seguras.

Darío Hidalgo
La semana pasada, la Secretaría de Movilidad de Bogotá anunció la puesta en marcha de ‘zonas azules’ en Bogotá. Al mismo tiempo, el experto australiano Paul Barter visitó Pereira e Ibagué en el marco del apoyo de cooperación técnica alemana a la gestión de movilidad sostenible de estas ciudades. ¿Por qué son importantes los anuncios y la cooperación?
Según la planificación tradicional del transporte desde la primera mitad del siglo XX, la idea es predecir el número de carros que circulan o parquean y luego proveer las vías y sitios de parqueo que serán necesarios. Esta aproximación de predecir y proveer ha demostrado su fracaso una y otra vez.
Nunca es suficiente. En el caso de vías, la construcción de capacidad adicional se copa a los 3 o 5 años por viajes atraídos y por nuevos viajes generados (ver: ‘Vida y muerte de las autopistas urbanas’). En el caso de estacionamientos, el exceso de oferta de parqueo (o el parqueo barato o gratuito) son como “píldoras de fertilidad del tráfico: se reproduce”, como indica Paul Barter.
Bogotá y otras ciudades del país tienen políticas de estacionamiento esquizofrénicas (ver: ‘El derecho inalienable al parqueo’). Por un lado, los POT establecen mínimos de estacionamiento, obligando a los desarrolladores inmobiliarios a dedicar espacio a vehículos reduciendo el espacio para vivir, aún para aquellos que no poseen carro (80 por ciento de las familias bogotanas, por ejemplo). Notable excepción el reciente POT de Medellín, donde nuevos urbanistas, como Jorge Pérez Jaramillo, lograron eliminar este requisito heredado de los planeadores de Columbus, Ohio, en 1923. Ya son varias las ciudades en desarrollo que adoptan una tendencia: São Paulo no solo eliminó mínimos, sino que puso máximos en zonas densas y con acceso de transporte masivo, y Ciudad de México sigue esa idea. No hay que ser París, Londres o Tokio para hacerlo.
Por otro lado, los concejos ponen topes de precio a los estacionamientos fuera de la vía y se niegan a aplicar el cargo de estacionamiento autorizado en la ley del plan de desarrollo para cubrir los faltantes crecientes del transporte público. Y, para completar, se prohíbe estacionar en todas partes, sin que exista real posibilidad de controlar ni deseo de cumplir. Muy loable esfuerzo de El Poder del Cono, pero no hay conos (ni policías) pa’ tanto carro.
Por lo anterior, suena más efectivo crear espacios pagos en la vía (‘zonas azules’), liberar el precio de estacionamientos fuera de la vía y establecer el cargo por garajes y estacionamientos que sugiere la ley. De esto nos habla Paul Barter, quien se ha
especializado en estudiar el fenómeno del parqueo, documentar casos de éxito en gestión de estacionamientos y promover que no dejemos de lado esta variable en la gestión de la movilidad. Sugiero a los interesados consultar la publicación ‘Gestión de Estacionamiento en Vía’ y su sitio web ‘Reinventando el Parqueo’.
Siguiendo al gurú del estacionamiento Donald Shoup, quien nos ha mostrado el alto costo del parqueo gratuito (o barato), Barter nos recomienda privilegiar la gestión, no la oferta; garantizar que el estacionamiento cumpla los objetivos de la calle; hacer buen uso de la flexibilidad de los conductores; apoyarse (con cuidado) en el sector privado y trabajar con los interesados, para ganar su apoyo, entre otras estrategias.
Algo importante de las nuevas ‘zonas azules’ que propone Bogotá es la oportunidad de generar calles más ordenadas y seguras, y al mismo tiempo tener no solo recursos para control, sino también excedentes para mejoramiento de espacio público (como Ecoparq en Ciudad de México) y para mejorar la calidad del transporte público.
La gestión de estacionamiento no es un tema solo para ciudades grandes como Bogotá, es también importante en ciudades intermedias. Es muy interesante lo que están avanzando Pereira e Ibagué, con apoyo de Findeter a través de Ciudat (Centro de Intervenciones Urbanas de Desarrollo Avanzado de Transporte) en el marco de la Nama Tandem(acción de mitigación nacionalmente apropiada para transporte activo y gestión de la demanda). Es un esfuerzo para progresar de forma simultánea con mejoras en la planeación e implantación de modos sostenibles, como la bicicleta, y racionalizar los viajes en carro y en moto. El objetivo es mejorar la movilidad y la calidad de vida urbanas y mitigar las emisiones de gases de efecto de invernadero. Gana-gana.
Lo importante de los procesos en marcha en Bogotá, Pereira e Ibagué es pasar del discurso a la acción. Enrique Peñalosa, Juan Pablo Gallo, Guillermo Alfonso Jaramillo, ¿resultados a la vista?
DARÍO HIDALGO
Darío Hidalgo
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