¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Dónde encontrar felicidad

La felicidad real se encuentra cerca de otras personas reales.

LUXEMBURGO. Hay más de mil aplicaciones en internet que ofrecen ayudarnos a ser felices. Unas enseñan a encontrar paz interior, otras envían ‘mantras’ para repetir durante el día, como ‘soy atractiva’, ‘soy suficiente’, ‘puedo lograr lo que me proponga’. Hay también las que envían fotos positivas de perritos y otros animales simpáticos, paisajes bellos o lindos atardeceres. La idea que las unifica es que la felicidad viene de adentro y que no debe depender de los demás.
En una época individualista y aislacionista como la que vivimos, esa idea de que la felicidad se encuentra en la independencia emocional, en lugar de la interdependencia, se manifiesta en el aumento de actividades digitales realizadas a solas o en un grupo, sin interacción –que mantienen a cada persona encerrada en su experiencia privada–.
Internet, con todas sus posibilidades, es el supuesto gran conector, pero también el gran aislador. La industria de las redes sociales ha crecido en las proporciones a las que lo ha hecho gracias a la idea de que la satisfacción personal se puede encontrar frente a una pantalla y separados de otras personas reales.
Es un hecho probado que los adolescentes y jóvenes de la generación del milenio pasan menos tiempo relacionándose personalmente con amigos que cualquier generación anterior, reemplazando la interacción con el mundo real por la de teléfonos inteligentes.
Pero, por más que internet insista en que “la felicidad viene de adentro”, la realidad es todo lo contrario.
Estudios científicos sobre la felicidad, hechos desde muchas perspectivas diferentes, llegan siempre a una conclusión, y es que nuestro bienestar emocional depende de otras personas. Las relaciones sociales son una condición indispensable para ser felices, sin importar la edad, el género, la raza, el ingreso o la clase social.
Muchos de los acontecimientos del año que acaba de terminar confirmaron que los Googles, Facebooks, Twitters y demás redes sociales no son realmente nuestros ‘amigos’. Son compañías billonarias que se enriquecen cada vez más, gracias a las ‘relaciones’ que crean y mantienen con y entre los usuarios.
Fieles a la promesa de ‘conectar el mundo’, su crecimiento extraordinario depende de atraer más y más gente. La utopía digital se ha utilizado para que un puñado de compañías lleguen a dominar el mundo. Su poder es extraordinario y su influencia, ilimitada.
Las ‘amistades’ y relaciones que establecemos en internet son en realidad el producto de programas manipulados, perfeccionados y actualizados por técnicos electrónicos, generalmente jóvenes, que pasan sus días frente a computadores y conciben las relaciones humanas en términos de algoritmos cuyo único objetivo es atraer más usuarios y mantenerlos ahí lo más posible.
Aparte del poder económico, los monopolios digitales gozan de una ventaja que otros no tienen, y es el sentimiento, generalizado entre el público, de que son compañías creadas para conectarnos y ayudarnos a encontrar la felicidad y que si uno no se conecta, se está oponiendo al progreso.
La verdad es que si queremos ser felices, lo que debemos hacer es precisamente aspirar a pasar menos tiempo a solas, conectados a pantallas. La felicidad real se encuentra cerca de otras personas reales.
Descuidar nuestras relaciones sociales es peligroso para nuestra salud. La falta de conexiones personales ha sido asociada a riesgos de muerte prematura comparables a fumar y es aproximadamente dos veces más peligrosa que la obesidad.
Para nuestro bienestar físico y mental es más importante nutrir las relaciones que tenemos con las personas en nuestras vidas que seguir agrandando la lista de ‘amigos’ en las redes.
CECILIA RODRÍGUEZ
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción