¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

La de Bogotá, una ciudadanía injusta

La de la revocatoria es una opción sin pies ni cabeza, que refleja lo injusta que es la ciudadanía.

Estuve en el cabildo abierto organizado por el Concejo distrital el último día de febrero, para debatir la venta de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, la ETB. En pocos minutos defendí la propuesta del alcalde Peñalosa, y recibí una chiflada poderosa. Nunca me habían silbado por exponer mis ideas, pero no me sentí mal, sino, por el contrario, halagado. Lástima, sí, que no hubiera sido la ocasión para un intercambio civilizado de posiciones a favor y en contra de una propuesta pública.
Los argumentos para enajenar la ETB sobran. La empresa, que tiene participación de accionistas privados en un 11 por ciento, perdió el monopolio de telefonía, no se actualizó tecnológicamente, y su valor se deterioró en los últimos años 20 años. En la actualidad se estima que su valor de mercado es la tercera parte de aquel de finales del siglo pasado. Hoy en día opera en un ‘equilibrio precario’, no arroja ni utilidades ni pérdidas; sobrevive.
El Alcalde tiene razón. Los recursos congelados en la empresa estarían mucho mejor asignados en la inversión social que requiere la ciudad. Es que, en realidad, los recursos financieros de Bogotá son escasos y reducidos. A mí me sorprende que el presupuesto anual de la capital del país, una ciudad que muy pronto va a tener 10 millones de habitantes, sea tan bajo: aproximadamente un 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, cuando la contribución de Bogotá al producto nacional es de 25 por ciento. Entonces, si se quiere mejorar la calidad de la vida de sus ciudadanos, es necesario asignar más eficientemente, social y económicamente, los fondos con que cuenta la capital. Y parte de ellos están atrapados en la ETB y en la Empresa de Energía de Bogotá, la EEB.

ETB hoy en día opera en un ‘equilibrio precario’, no arroja ni utilidades ni pérdidas; sobrevive.

Estoy de acuerdo con el Alcalde en que la plata de la ETB estaría mucho mejor invertida en la atención de la primera infancia de la ciudad. En Bogotá, todas las necesidades de las madres gestantes y los niños de entre 0 y 5 años deberían estar plenamente atendidas. Esta inversión sí es verdaderamente prioritaria porque, como lo he escrito en otras partes, de esta manera se produciría una revolución silenciosa.
Si la nutrición, la salud, la educación y la recreación de los niños son atendidas oportunamente por el Estado y el sector privado, los surcos del cerebro infantil se forman a tiempo, a los niños les va bien en todo su proceso educativo –desde el preescolar hasta la universidad o la escuela técnica– y van a encontrar empleo bien remunerado cuando lo busquen, una vez terminados sus estudios. Es lo que muestra la experiencia internacional. Esta no es una inversión gigantesca; puede llevarse a cabo, de contar con recursos financieros, humanos y administrativos. Y en Bogotá los hay.
* * * *
Detrás del álgido debate sobre la venta de la ETB está la revocatoria del mandato del alcalde Peñalosa. Una opción sin pies ni cabeza, que está reflejando lo absurdamente injusta que es la ciudadanía de Bogotá. Hay que apoyar al Alcalde, entendiendo que está planeando la construcción de una ciudad viable hacia el futuro. Con su propio estilo, que no a todos les gusta, pero lo cual de ninguna manera justifica revocarlo. No ha incumplido sus promesas de campaña. Y si bien es cierto que todavía no se perciben las mejoras en la movilidad, son innegables aquellas relacionadas con la seguridad, la reorganización del sistema de salud, la extensión de los contratos de los colegios en concesión y la recuperación del espacio público.
La ciudadanía, pues, no debe caer en la tontería de hacerle ingenuamente el juego a Petro, quien de manera soterrada promueve la revocatoria. Eso sería dejar a Bogotá sin esperanza.
CARLOS CABALLERO ARGÁEZ
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción