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Carlos Rodado Noriega, académico de la lengua

Este colombiano ejemplar será un nuevo miembro honorario de La Academia Colombiana de la Lengua.

La Academia Colombiana de la Lengua, la más antigua de las americanas, fundada en 1871 por un grupo de lingüistas y escritores de alto prestigio, entre los que sobresalían Rufino José Cuervo, padre de la filología hispanoamericana, y Miguel Antonio Caro, eximio humanista y redactor de la Constitución de 1886. Su actual director, el exministro don Jaime Posada Díaz, y su secretario perpetuo, don Antonio Cacua Prada, han expedido la resolución mediante la cual se nombra como miembro honorario de esa benemérita institución al doctor Carlos Rodado Noriega, cuya posesión se realizará el próximo 12 de octubre en su sede oficial en Bogotá.
Es Rodado Noriega un distinguido ingeniero de la Universidad Nacional de Colombia, oriundo de Sabanalarga, con maestría en Economía de la Universidad de los Andes y doctorado en Economía de la Universidad de Michigan. Rodado ostenta una larga trayectoria de servicio al país. Fue el creador de la exitosa Financiera Eléctrica Nacional (FEN), cuyo alcance se ha ido ampliando hasta convertirse hoy en Financiera de Desarrollo Nacional (FDN); como ministro de Minas y Energía del gobierno Turbay Ayala, puso en marcha la revolución del gas natural e impulsó la exploración de hidrocarburos, lo que le permitió al país recuperar su autosuficiencia petrolera con los descubrimientos de Caño Limón y Cusiana; fue columnista estrella de El Espectador a decir, en su momento, de don Guillermo Cano; fue representante a la Cámara, donde realizó los más enjundiosos debates sobre temas económicos nacionales y regionales que están recogidos en su libro ‘El alegato de la Costa’; escribió, en coautoría con su esposa Elizabeth Grijalba, el libro ‘La tierra cambia de piel’ y un texto a punto de ver la luz editorial, ‘La formación de la lengua española y su evolución histórica’; miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, varios de cuyos artículos tienen su impronta; presidente de Ecopetrol, gobernador del Atlántico con una gestión calificada como la de mejor desempeño fiscal en su momento por el DNP; embajador en España, donde realizó una excelente gestión como promotor de nuestras exportaciones y alentando la inversión española en nuestro país. También se desempeñó como embajador en Argentina y contribuyó a expandir en forma importante las ventas colombianas hacia esa nación.

Rodado ostenta una larga trayectoria de servicio al país. Fue el creador de la Financiera Eléctrica Nacional (FEN), cuyo alcance se amplió hasta convertirse en Financiera de Desarrollo Nacional (FDN)

Pero Rodado Noriega ha tenido igualmente un desempeño destacado en el sector privado en entidades del sector financiero y tuvo una activa participación en la creación de la empresa Organización de Ingeniería internacional, Odinsa S. A., una de las más importantes del país.
Por haber enfrentado con carácter ciertas decisiones que juzgó lesivas para los intereses del país, no contó con la simpatía de sectores envueltos en intereses creados. Por ejemplo, durante la administración Barco, Rodado se opuso con fuerza dialéctica derivada de su alta formación académica a que se construyera el gasoducto de La Guajira a Bogotá, hasta demostrarse que existían reservas suficientes para que la costa Atlántica siguiera teniendo abastecimiento adecuado para sus necesidades normales. Ese proyecto, que se quería montar en detrimento de los intereses de la Costa, se frenó por la campaña emprendida por Rodado, y solo pudo llevarse a cabo años más tarde, cuando se descubrieron nuevas reservas de Cusiana y Cupiagua.
En ese mismo período presidencial, Rodado ganó otra batalla cuando ciertos intereses querían impedir la construcción de la represa Urrá I, con el argumento de que el país “estaba sobredimensionado” en materia eléctrica, un combate que libró desde su columna de El Espectador y desde su curul en la Cámara de Representantes. Como presidente de Ecopetrol, en el gobierno de Andrés Pastrana le tocó enfrentar la hostilidad del ministro de Minas de la época, Luis Carlos Valenzuela, cuya proclividad hacia ciertos métodos poco ortodoxos no compartió Rodado, lo cual ocasionó una crisis en ese gobierno y Rodado prefirió renunciar a una embajada en Ginebra que le ofrecían como alternativa a su retiro de Ecopetrol, para tener la libertad de participar en el debate sobre la Enron que en el Congreso había citado el senador Hugo Serrano Gómez, evitándole al país una enorme lesión económica. En dicho debate, el país fue testigo del ‘mea culpa’ del renunciado ministro Valenzuela, quien, pese a su arrogancia, presentó excusas públicas a Carlos Rodado.
En el primer gobierno Santos, cuando se presentó la decisión de la firma Greystar, de desistir de la solicitud sobre la explotación minera en el páramo de Santurbán, algunos desinformados no le rindieron culto a la verdad porque fue Rodado quien paró el proyecto por razones técnicas y ambientales. En efecto, en una reunión en Canadá, el presidente de dicha firma quiso poner contra la pared al ministro Rodado con el argumento de que, en Colombia, no había seguridad jurídica para esta clase de inversiones, a lo cual el ministro respondió de manera contundente que el problema no eran las autoridades colombianas, sino la depredación ambiental que iba a causar esa explotación en la forma como estaba planteada, y, por esa razón, él se oponía a ese proyecto. Y fue más convincente cuando le preguntó al CEO de Greystar: ¿dígame, señor, si usted fuera ministro aquí en Canadá, aprobaría ese proyecto? El aturdido ejecutivo respondió: no. De esa manera, el tema quedó cerrado y la firma tuvo que retirar sus pretensiones sin presentar reclamación al Estado colombiano. Además, le dijo al doctor Rodado que cambiarían al gerente de esa empresa en Colombia, y así se hizo.
Esos antecedentes, de la altiva defensa de los intereses nacionales y de la costa Atlántica, ponen de presente la rectitud y verticalidad de conducta de este colombiano ejemplar, a quien el próximo 12 de octubre la Academia Colombiana de la Lengua elevará a la condición de miembro honorario, al lado de grandes cultores de la palabra bien dicha y promotores del exquisito uso del lenguaje.
AMADEO RODRÍGUEZ CASTILLA
* Economista consultor
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