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Mundial Rusia 2018

El panorama en Alemania tras la polémica de Gündogan y Özil

Mesut Ozil

Mesut Ozil

Foto:EFE

Los dos futbolistas dirigidos por Löw se fotografiaron con Erdogan, el presidente turco.

Juan Rodriguez
La discusión en torno a los internacionales alemanes Mesut Özil e Ilkay Gündogan tras su controvertida foto con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se ha convertido en una hipoteca para Alemania de cara a Rusia 2018, pese a los esfuerzos de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) por pasarle página al tema. Los silbidos a Gündogan en el amistoso contra Arabia Saudí, en cada contacto de pelota, muestran que el debate esta vivo y los diarios alemanes advierten que la controversia puede ser aprovechada por la ultraderecha. El debate sobre Özil y Gündogan, ambos de origen turco, amenaza con cuestionar un elemento que ha sido una de las señas de identidad del fútbol alemán en la última década.
La selección alemana se había convertido en símbolo de integración con la presencia de hijos de inmigrantes de diversos orígenes. En la selección campeona del mundo en 2014 había dos jugadores de origen polaco, Miroslav Klose y Lukas Podolski, uno de padre tunecino, Sami Khedira, un turco-alemán, Özil, y otro con raíces ghanesas que era Jerome Boateng. La DFB hizo incluso un anuncio televisivo en el que se presentaba como modelo de integración en la que los padres de los internacionales se reunían a ver un partido.
Al comienzo sólo se tenía la impresión de estar en una fiesta multiétnica hasta que alguien decía: 'Todos vivimos en Alemania y todos nuestros hijos juegan con la selección'. El caso de Özil es clave debido a que la comunidad turca es la más grande en Alemania y la DFB luchó por él para que no ocurriera como con otros jugadores de padres turcos nacidos y crecidos en Alemania como los hermanos Hamit y Halil Altintop o Nuri Sahin que optaron por hacer su carrera internacional con Turquía.
Con Gündogan, que se perdió Brasil 2014 por lesión, nunca hubo dudas de que fuera a jugar con Alemania La foto con Erdogan, y la entrega de una camiseta de Gündogan con una dedicatoria "a mi presidente", volvió a despertar la polémica acerca de si la opción de los dos por Alemania fue sólo una cuestión oportunista. Hasta ahora, Özil ha guardado silencio mientras que Gündogan ha tratado de justificarse diciendo que no se le puede pedir que niegue sus raíces turcas, lo que no quiere decir que no se identifique con Alemania y con sus valores.
Tras los pitidos contra Arabia Saudí, Gundogan reaccionó con un mensaje en su cuenta de instagram en el que decía que todavía estaba orgulloso de "jugar por este país".
Ya mucho antes Özil se había quejado de estar sometido a una observación especial. Se la ha criticado con frecuencia por no cantar el himno y que muchos se refieran a él como un jugador germano-turco mientras que, por ejemplo, nadie se refiere a Khedira como germano-tunecino o a Boateng como germano-ghanés.

El debate sobre Özil y Gündogan, ambos de origen turco, amenaza con cuestionar un elemento que ha sido una de las señas de identidad del fútbol alemán en la última década

Erdogan ha agravado las cosas con llamadas reiteradas a los turcos que viven en Alemania para que mantengan la lealtad a Turquía, lo que muchas veces quiere decir que sean leales a su régimen. Además, la discusión sobre la reciente ola represiva en Turquía ha dejado huella en Alemania donde ha afectado también a turco-alemanes, como es el caso del periodista Deniz Yucel que estuvo varios meses en prisión en Estambul hasta que salió liberado gracias a la presión germana.
En el momento en que estalló el escándalo, el seleccionador Joachim Löw dijo que los dos jugadores sabían que habían cometido un error pero que éste no debía magnificarse. La DFB dijo que tanto Gündogan como Özil se identifican con los valores alemanes y el presidente germano, Frank Walter Steinmeier, recibió a los dos en su residencia. Sin embargo, los silbidos muestran que el problema está abierto.
Algunos diarios se preguntan este domingo si el debate no le resta a Alemania posibilidades de defender el título. Y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) trata de 'pescar en río revuelto' y la presidenta de su grupo parlamentario, Alice Weidel, dice que aunque Özil juegue con Alemania no es alemán.
EFE
Juan Rodriguez
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