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Un mundo posverdadero

Elección de Donald Trump como presidente; votación por el Brexit y el triunfo del 'No' en el plebiscito de Colombia.

Elección de Donald Trump como presidente; votación por el Brexit y el triunfo del 'No' en el plebiscito de Colombia.

Foto:Archivo Particular

Juan Esteban Constaín analiza la palabra del año 2016: posverdad, según el Diccionario Oxford.

Este año, como todos los años desde hace años —desde el 2004, para ser precisos—, el equipo de lexicógrafos y eruditos de la Oxford University Press escogió su ya célebre y siempre esperada ‘palabra internacional del año’: una palabra en inglés, por supuesto, quizás a eso se refieren ellos cuando la consideran ‘internacional’; y una palabra que debe ser un resumen, el mejor reflejo de lo que le pasó al mundo mientras le daba una nueva vuelta al sol.
En el caso del 2016 la competencia era muy dura, pues al repechaje llegaron varias candidatas excelentes: desde la muy útil ‘coulrophobia’, que quiere decir “miedo extremo e irracional a los payasos”, hasta la más que inquietante ‘adulting’, que la usan mucho tanto en los Estados Unidos como en el Reino Unido y que significa, más o menos, “asumir responsabilidades de grande; comportarse como un adulto, incluso cuando uno lo es”.
Pero al final la palabra ganadora fue una palabra política y sociológica; un concepto académico y compuesto, no tan nuevo, que fue abriéndose cada vez más espacios en los medios de comunicación y en la calle, y que parecería haber sido creado para nombrar a la perfección todos los episodios delirantes por los que atravesó este año la pobre humanidad. Esa palabra es la ‘posverdad’.
Los sabios de Oxford la escogieron como lo hacen siempre desde hace 12 años: primero, recolectando todo lo que se dice en inglés, en el mundo entero, en periódicos, libros, revistas, etcétera; luego, mandándole eso a un programa de computador que identifica tendencias, voces recurrentes, conceptos cada vez más populares. Y ahí sí se mueve el cernidor y se da la discusión hasta que vayan quedando las castañas en el fuego, las palabras más importantes y usadas del año.
La ‘posverdad’ (Post-truth en inglés) define una especie de fenómeno político y también cultural, pero sobre todo lo primero, en el que, según las propias palabras de la 'Oxford University Press', “los hechos objetivos son menos influyentes en la configuración de la opinión pública que las emociones y las creencias personales”. El pensamiento delirante: prescindir por completo de la verdad para reafirmarse cada quien en sus prejuicios y tomar sus decisiones.
Y aunque la ‘posverdad’ ya había sido usada antes como concepto, quienes la hicieron la palabra del año este año, con ese significado de una realidad política en la que la verdad es lo menos relevante, remontan su origen a un ensayo que en 1992 publicó en 'The Nation Steve Tesich', y en el que más o menos decía eso: que el mundo se estaba emborrachando y se estaba acostumbrando a vivir sin lo cierto, a levantar los hombros —y ojalá no un solo brazo otra vez— ante las evidencias y la sensatez.
Fue lo que pasó, según dicen los lexicógrafos y gramáticos oxonienses, en la política internacional durante el 2016: el ascenso electoral, en muchas partes, del radicalismo, del nacionalismo, de discursos a un tiempo mesiánicos y violentos y excluyentes; el triunfo del Brexit, en la Gran Bretaña, que se debió en buena medida a los argumentos pasionales y falaces que sin ningún pudor agitaban sus promotores.
Y luego, casi al final, como el puntillazo que le faltaba a la ‘posverdad’ para ser la definición insuperable de este 2016 de locos, el triunfo de Trump, el ‘triumpo’: la victoria electoral no solo de un candidato que al principio parecía (y era) un chiste, sino también la legitimación que con esa victoria obtuvieron muchos de sus electores, algunos de los cuales creen que la Tierra es plana o que la ciencia es una conspiración liberal y de los comunistas. Eso en el mejor de los casos.
Pero quien mejor lo dijo fue un mexicano el día después: “¿Posverdad, no?”.
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