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Investigación

‘Me ofreció $ 20 millones para que matara al dueño de Surtifruver'

Jhony Alonso Orjuela, un emprendedor empresario que fue asesinado en el norte de Bogotá.

Jhony Alonso Orjuela, un emprendedor empresario que fue asesinado en el norte de Bogotá.

Foto:Archivo EL TIEMPO

El principal testigo dijo a la Fiscalía que el socio de la víctima le hizo ese ofrecimiento.

Leonidas Medina
Los detalles que dio a conocer un desmovilizado de las Farc a la Fiscalía fueron claves para el esclarecimiento del homicidio del empresario Jhony Orjuela Pardo, propietario de los negocios Surtifruver de la Sabana, asesinado en octubre del año pasado en el norte de Bogotá.
Esta persona aseguró que el autor intelectual del homicidio había sido Mauricio Parra Rodríguez, quien –aseguró– le ofreció 20 millones de pesos para que matara a Orjuela.
El exguerrillero contó que en septiembre del año pasado, un mes antes de que fuese asesinado Orjuela Pardo, se topó de casualidad en un centro comercial en el norte de Bogotá con Parra Rodríguez, a quien ya conocía 10 años atrás siendo él un alzado en armas y él un contacto de sus jefes guerrilleros.
“Nos saludamos y de inmediato me dijo que me tenía un 'trabajito', que era matar a su socio, a lo que sin pensarlo me negué. Le dije que ya no tenía nada que ver con la guerrilla y que estaba en un proceso de cambio, que ese tipo de cosas me podían echar atrás todos los beneficios por mi desmovilización”, manifestó al fiscal delegado para este caso.
El desmovilizado agregó en su declaración que al mes de aquel inesperado encuentro con Parra Rodríguez, se enteró, a través de los medios, de que habían matado al dueño de Surtifruver y "se acordó del ofrecimiento de los 20 millones de pesos que Parra le había hecho para que fuera el asesino y sin dudarlo se dirigió a la Fiscalía a contar lo que sabía”, agregó el fiscal del caso, en la imputación de cargos contra el capturado.
Con este detalle, la declaración del desmovilizado, los investigadores, con una orden de un juez, le siguieron los pasos al socio de Orjuela, quien en ese entonces fungía como un próspero empresario de la construcción. Desde entonces le empezaron a monitorear sus llamadas telefónicas.
En un análisis que hicieron los agentes del CTI de la Fiscalía, expertos en informática forense, ya se tenían significativas sospechas de Parra.
Los investigadores hallaron el 20 de octubre –día del homicidio de Orjuela–,  en la escena del crimen, su celular y en este unos mensajes de WhatsApp que le había enviado una mujer con la que al parecer el comerciante acordó una cita en la calle 178 con autopista Norte, costado norte-sur.
La supuesta dama nunca llegó al lugar. Por el contrario, quienes acudieron a ese punto fueron un hombre y una mujer, quienes le dispararon al dueño de Surtifruver, que en ese momento esperaba apoyado en el costado izquierdo de su camioneta.
El empresario fue víctima de dos impactos de bala, de cuatro que le hicieron. Del hecho quedaron dos videos captados por las cámaras de seguridad de una fábrica de ropa industrial y de una clínica veterinaria.
Cuando los agentes rastrearon las coordenadas desde donde se originó el mensaje de WhatsApp advirtieron que la señal daba con la oficina de Parra Rodríguez, y que la supuesta mujer con la que Orjuela había estado chateando no era más que un falso perfil.
Estos reveladores indicios adquirieron mayor robustez con la aparición del desmovilizado, de quien las autoridades han guardado su identidad por seguridad.
En la ruta de la investigación, los hombres del CTI de la Fiscalía rastrean a la pareja de sicarios, de quienes ya se tiene información, ya que la mujer que disparó contra Orjuela Parra es alias la Paisa, también desmovilizada de la guerrilla.
La Fiscalía capturó el pasado 2 de septiembre, a la 1 a. m., a Parra Rodríguez, quien ya había estado en la cárcel por narcotráfico. También detuvieron a su hija, Paola Andrea Parra Marín, en el aeropuerto El Dorado de Bogotá.
A Parra Marín, una estudiante de Medicina, la detuvieron los agentes de Migración cuando se disponía a viajar a Ciudad de México, porque en su contra existía una orden de captura por un caso de lavado de activos. Las autoridades, por las interceptaciones telefónicas, ya sabían de los planes de la joven de abandonar el país. Desde el aeropuerto llamó a informarle a su padre de lo ocurrido y preciso cuando Parra Rodríguez acudió a su apoyo, este también fue aprehendido por el delito de homicidio agravado. Ambos fueron enviados por una juez a un lugar de reclusión.
De acuerdo con la investigación, Parra Rodríguez y Orjuela Pardo se hicieron socios en el 2014 en la puesta en marcha de un cultivo de arándanos que sembraron  en el sur de Bogotá y del que ya tenían contactos para una importante exportación y otra parte serían para los clientes de Surtifruver.
En medio de este negocio, se generaron serias diferencias porque Orjuela descubrió, contó la Fiscalía, que Parra se estaría quedando con buena parte de las utilidades y fue cuando decidió romper con la alianza comercial.
Por intermedio de Cecilia Rueda, esposa de Jhony Orjuela, fue que Parra se enteró de los planes que este tenía de acabar con el negocio que compartían –dijo en la audiencia el fiscal del caso–. Para ello, agregó el fiscal, el supuesto victimario se ganó la confianza de la señora, procurando así conocer las futuras decisiones del empresario.
La principal hipótesis del crimen que manejan las autoridades es que Parra ordenó la muerte de su socio para quedarse con el cultivo de arándanos.
El pasado viernes, la Fiscalía allanó en Pitalito (Huila) uno de los negocios de Parra Rodríguez y en la operación fueron capturadas dos personas: el exsecretario de Planeación de ese municipio, Édgar Núñez Guzmán, y un comerciante de la región.
LEO MEDINA JIMÉNEZ
justicia@eltiempo.com
Leonidas Medina
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