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Un debate necesario

El Congreso y el próximo presidente tendrán que decidir sobre futuro de las cortes.

La Corporación Excelencia en la Justicia (CEJ) siempre ha intentado analizar y dar soluciones a los problemas del sistema de justicia. Por eso, en los últimos meses estamos trabajando en lo que hemos llamado “una partitura para una reforma de la justicia”, con la colaboración de expertos y empresarios.
En este ejercicio ninguna propuesta ha quedado sin discutirse, y no nos hemos dejado guiar por la coyuntura. Así, además de plantear la necesidad de abordar asuntos como la deficiente formación de los abogados o la complejidad excesiva del sistema judicial, también abordamos problemas sobre su gobernanza y los choques entre cortes.
Durante esta campaña presidencial, uno de los temas más polémicos ha sido la propuesta de Iván Duque sobre la unificación de cortes. Algunos opinan que esta iniciativa lleva a un golpe de Estado, a la cooptación de las cortes y, por lo tanto, al declive del Estado social de derecho, menoscabando la tutela y el equilibrio de poderes. Una sola corte mal diseñada y con magistrados con origen inadecuado es peor que la errática Hidra de Lerna que tenemos ahora. Una corte buena –fuerte, independiente, autorizada y conformada por magistrados excelentes, y no por magistrados malos– es mejor que cinco cortes débiles y cuestionadas.
La Constitución Política de 1991 trajo consigo el Estado social de derecho. Las dos innovaciones que más han contribuido a su materialización son la Corte Constitucional y la tutela. Sin embargo, los constituyentes nos dejaron remanentes decimonónicos en las cabezas que hoy gobiernan nuestro sistema judicial. Nuestro sistema de cortes y el sistema procesal han hecho de la administración de justicia un régimen confuso que la ciudadanía no comprende y no respeta.

Una sola corte mal diseñada y con magistrados con origen inadecuado es peor que la errática Hidra de Lerna que tenemos ahora.

Así, en Colombia no hay cosa juzgada, y, por lo tanto, es imposible contar con decisiones definitivas. Los procesos pueden tener hasta siete instancias y haber sido conocidos por quince jueces distintos. Si contamos a la JEP, hay 126 magistrados y aproximadamente 312 magistrados auxiliares en las múltiples cúspides de la justicia, que por exceso se ha quedado sin un poder unificado que les dé claridad a los ciudadanos, defienda la independencia judicial y se le pare con autoridad a un Ejecutivo cada vez más fuerte.
La jurisprudencia es contradictoria, lo que traiciona a los ciudadanos honestos y les permite a los corruptos escabullirse por los huecos y las lagunas de nuestros tribunales. Así mismo, resolver tutelas se está convirtiendo en la primera función de las cortes, lo que ha causado que el derecho ordinario se rezague.
Hay dos tipos de soluciones para estos problemas. En primer lugar, podemos hacer ajustes de las competencias y las normas procesales para fortalecer a las primeras y segundas instancias; modificar también el recurso de casación, o crear mecanismos más expeditos para la unificación de jurisprudencia, castigar el abuso del derecho y los excesos en el uso de la tutela, unificar competencias similares, suprimir salas que ya no tienen justificación y esperar después de estas medidas a ver cómo se comporta la demanda, para establecer si vale la pena simplificar o no instituciones.
También podemos unificar las cortes en una sola institución que estaría dividida en distintas salas. Así mismo, podríamos crear dos cortes. Algo así como una Corte Suprema Constitucional, que decida sobre la constitucionalidad de las leyes y sobre unas pocas tutelas, y una corte para lo ordinario y lo contencioso. Esta segunda solución puede avanzar sin menoscabo de la tutela y las competencias fundamentales de los órganos de cierre.
Este debate debemos darlo ahora: es importante y también urgente. La propuesta del candidato Duque debe ser discutida y no soslayada, también lo deben ser las críticas y temores que se han expresado. La decisión la tienen el próximo presidente y el Congreso.
GLORIA MARÍA BORRERO RESTREPO
* Directora Corporación Excelencia en la Justicia
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