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Conflicto y Narcotráfico

La macabra red de asaltantes que mató a Miguel Perdomo

Arnulfo Flórez Agudelo, alias Perra flaca, señalado miembro de la banda que acabó con la vida del conductor de Noticias Uno, fue capturado en Granada, Meta.

Arnulfo Flórez Agudelo, alias Perra flaca, señalado miembro de la banda que acabó con la vida del conductor de Noticias Uno, fue capturado en Granada, Meta.

Foto:Archivo particular

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El conductor de la directora de Noticias Uno terminó en poder de una banda organizada para robar.

Diego Narváez
El macabro crimen de Miguel Ángel Perdomo Corredor, conductor de la directora de ‘Noticias Uno’, Cecilia Orozco, dejó al descubierto una red de delincuencia común dedicada al hurto de personas que llegó incluso a desmembrar a su víctima para intentar borrar todo rastro de su accionar criminal.
Aunque hasta ahora solo ha sido capturada una persona por la atroz conducta, las autoridades buscan a otras cinco que harían parte de la red y tuvieron participación en los hechos ocurridos el 16 de octubre del año pasado.
La Fiscalía documentó las últimas horas de vida de Perdomo, quien departió con dos amigos en un bar del sector del Restrepo, en el sur de Bogotá. A las tres de la mañana, la víctima tomó un colectivo y se bajó solo en la Primero de Mayo con 69, en donde tuvo contacto con el primer integrante de la red criminal.
El ‘tarjetero’, como es conocido el hombre en los roles que juegan en la organización, lo guio hasta el bar en donde el portero identificado como Arnulfo Flórez Agudelo –capturado por la Policía en Granada, Meta– lo ‘marca’ avisando a sus cómplices que él era una potencial víctima.
Investigadores señalaron que el capturado, que aceptó que ayudó a guiar a Perdomo hacía sus victimarios pero que no participó en el homicidio, “sabía que llevaba un buen reloj y que tenía una buena pinta”.
Ya en el local es ubicado por los delincuentes en una mesa apartada, y cuando pidió una cerveza una mujer fue la encargada de ponerle en la bebida un fármaco con el que buscaban doblegarlo. La Fiscalía señaló que cuando Miguel Ángel bebió la cerveza tuvo una reacción negativa y se desvaneció sobre la mesa.
Medicina Legal dictaminó que la víctima murió por intoxicación provocada por la mezcla del fármaco y el alcohol que ingirió.
“Para evitar que cayera de la silla lo sujetaron a ella con un cinturón. Hicieron creer así que aquella era una persona pasada de tragos”, explicó la Fiscalía.
Los delincuentes esperaron tres horas hasta que se desocupó el local, para luego decidir cómo se iban a deshacer del cadáver.
Uno de los investigadores señaló que se pagaron tres millones de pesos para que desaparecieran el cuerpo de la víctima y evitar que el bar terminara enredado en el crimen.
Entonces, el cuerpo fue trasladado hasta el baño y allí, uno de los integrantes de la banda, con guantes de cirugía y un cuchillo, desmembró a la víctima.
Varias horas después un motociclista, con una canasta en su parrilla –de las que emplean los repartidores de domicilios– inició la funesta ruta para librarse de los restos.
Las autoridades documentaron a través de cámaras de seguridad el recorrido del delincuente, que no sabía que su víctima trabajaba con la periodista Cecilia Orozco ni que su desaparición llevaría a una movilización de la Fuerza Pública de Bogotá.
“¿El ‘man’ de la foto que está en la prensa cierto que es el mismo que botamos?”, se escucha que dicen dos integrantes de la banda en una interceptación telefónica realizada con autorización judicial.
Aunque en principio hubo sospecha de que la desaparición de Miguel Ángel estuviera vinculada a su trabajo como conductor y asistente de la periodista, las autoridades determinaron luego de las pesquisas que había sido víctima de una red de ‘tomaseros’ que llevaba tiempo delinquiendo en la zona. De hecho, en uno de los allanamientos se encontraron cuatro cédulas de víctimas de la organización, una sola de ellas ya había presentado denuncia sobre los hechos.
Investigadores señalan que en muchos casos las víctimas no denuncian por temor a esas redes criminales o para ocultar a sus familiares la forma como fueron robados en bares de baja reputación.
Luis Fernando Perdomo, hermano de la víctima señaló que Miguel Ángel tenía cuatro hijos y era considerado un ejemplo de trabajo y responsabilidad en su comunidad. Señaló que el día de su muerte no tenía ganas de salir y ante la insistencia de un amigo decidió acompañarlo a tomar unos tragos que lo pusieron en la ruta de la tenebrosa banda de asaltantes.

Medicamentos psiquiátricos, la nueva escopolamina

La escopolamina, que durante años fue la sustancia más usada por los delincuentes para quebrar la voluntad de sus víctimas y robarlas o incluso violarlas, fue reemplazada por medicamentos psiquiátricos.
Según el médico psiquiatra del Instituto de Medicina Legal Iván Perea Fernández, lo que se encuentra es benzodiazepina, que está en medicamentos recetados para tratar la ansiedad. Perea señala que esa sustancia induce el sueño y en altas dosis produce una sedación con obediencia automática, en la cual la persona está aparentemente dormida, pero responde a preguntas.
El uso de ese tipo de medicamentos se caracteriza por generar amnesia por cierto tiempo, incluso borra de la memoria cosas que sucedieron antes del consumo; por eso, las víctimas difícilmente saben qué les sucedió. El médico agrega que el promedio para eliminarse del cuerpo es de 48 horas, por eso es importante que las personas denuncien rápido cuando pasan por una situación así.
“Mucha gente no denuncia porque no sabe cómo o qué les pasó. Se sienten culpables porque piensan que de pronto se emborracharon. La consecuencia de ello es que hay un subregistro". Perea estudia específicamente casos de violencia sexual. Frente al tema, dice que en Bogotá se realizan alrededor de 50 exámenes al año en los que el abuso sexual estuvo antecedido del consumo de sustancias que pusieron a la persona en incapacidad de resistir.
JUSTICIA
justicia@eltiempo.com
Diego Narváez
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