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Estos son los 'reyes' de los millonarios cobros al Soat

Las ambulancias se pelean los pacientes de accidentes de tránsito para recibir comisión. Otras urgencias se demoran o no se atienden.

Las ambulancias se pelean los pacientes de accidentes de tránsito para recibir comisión. Otras urgencias se demoran o no se atienden.

Foto:Archivo / EL TIEMPO

Un solo grupo, el Campbell, reporta atención al 10 % de todos los lesionados en accidentes viales,

El de Iván Reátiga Hernández no es un nombre que les suene a la mayoría de colombianos. Pero este médico ortopedista, que el año pasado fue precandidato a la gobernación del Atlántico, es hoy por hoy uno de los mayores poderes detrás de varias clínicas que cada año producen millonarios ingresos y que tienen en común estar en el top de las IPS que más le facturan al seguro obligatorio de accidentes de tránsito (Soat).
Reátiga y su esposa, la también doctora Ana María Aguilar, fueron los fundadores de la Clínica Campbell, en Barranquilla. Esa institución, que ha tenido un crecimiento exponencial en la última década, facturó el año pasado 8.108 millones de pesos por la atención de 6.302 víctimas de accidentes de tránsito.
También es la cabeza de Inversiones Médicas Valle Salud S. A. S., de Cali, que le cobró al Soat en el 2015 12.058 millones de pesos por la atención de 5.066 heridos y lesionados. Él es también propietario de la clínica Bahía, de Santa Marta, que en el 2015 le facturó al Soat 11.377 millones de pesos y reportó atención a 6.764 personas.
A través de una de sus antiguas empleadas, Judith del Carmen Sarmiento Aguilera, Reátiga está relacionado con la Fundación María Reina de Sincelejo, que es, de lejos, la clínica que atiende más accidentes de tránsito en la capital de Sucre y cobró en el 2015 4.760 millones por servicios de salud a 2.075 personas. El llamado Grupo Camp-bell está relacionado además con otras dos clínicas, La Victoria, de Barranquilla y la Barú, de Cartagena, que, sumadas, le facturaron al Soat el año pasado más de 24.000 millones.
Esas instituciones médicas están hoy en la lista, de un total de 54 en todo el país, que la Superintendencia de Salud investiga por denuncias de supuestas trampas millonarias al Soat. Asimismo, por prácticas indebidas como la ‘guerra de ambulancias’, que ha llevado a que en varias regiones los paramédicos se peleen por los heridos en accidentes y que no los lleven al sitio de atención más cercano sino a aquel del que reciben ‘incentivos’.
El peso de todas esas investigaciones lo llevarán las secretarías locales y departamentales de Salud. En Atlántico, donde hay más casos denunciados, el secretario es el médico Armando de la Hoz Berdugo, que era alto funcionario de la Clínica Campbell hasta diciembre del 2015.
De la Hoz le dijo a EL TIEMPO que su relación con Reátiga –quien renunció a su aspiración a la gobernación y apoyó a Eduardo Verano de la Rosa, finalmente elegido en octubre del año pasado– no es óbice para que tome, en los casos de su competencia, las medidas que haya que asumir si se comprueban irregularidades de alguna de las clínicas del Grupo Campbell.
Reátiga, por su lado, aseguró que no ha sido notificado de ningún proceso en contra de su organización, pero que cuando las investigaciones terminen quedará demostrado que la facturación de sus clínicas al Soat está plenamente justificada por el servicio integral que prestan a los accidentados.

Tratamientos más caros

El año pasado, según cifras del Ministerio de Transporte, en Colombia murieron 6.831 personas en accidentes de tránsito (un aumento del 7,54 por ciento frente al 2014) y hubo, en todo el país, 41.527 personas heridas o lesionadas.
Esta última cifra, en todo caso, está lejos de la realidad. Los reportes de atención por Soat en el 2015 hablan de 649.428 personas atendidas por urgencias de tránsito. De ellas, casi el 90 por ciento, 565.488, iban en moto. Tan solo en Barranquilla, las diferentes IPS reportaron haber atendido a más de 25.000 personas por accidentes de tránsito, especialmente de motocicleta.
La investigación de la Superintendencia apenas comienza pero, según su titular, Norman Julio Muñoz, en menos de dos meses habría resultados. “Logramos concretar que había mérito para investigar a 54 IPS en donde se podrían estar presentando situaciones de carácter fraudulento. Estamos mirando IPS que han sido creadas solo para recibir pacientes Soat”, afirmó.
En todo el país se investigan denuncias de sobrecostos, facturación de servicios no prestados, dobles cobros y reclamos basados en pólizas falsas o de vehículos que no estuvieron en el accidente. Fasecolda, el gremio de las aseguradoras, dice que en este momento los fraudes médicos son la gran vena rota del sistema y que en un año las pérdidas pueden rondar los 100.000 millones de pesos.
¿Qué está pasando en el mundo del Soat? Una primera anomalía que deberán revisar los investigadores es por qué algunas clínicas concentran la atención de accidentes de tránsito en ciudades y áreas metropolitanas, cuando lo lógico –y lo que ordena la ley– es que esas emergencias lleguen al centro médico más próximo, pues de lo que se trata es de salvar vidas.
Pero en varias ciudades del país lo que está pasando es que las ambulancias recogen a los heridos y los llevan a veces hasta el otro lado de la ciudad. Incluso hay reportes de ambulancias que ‘completan cupo’: esperan a tener dos o tres lesionados de diferentes accidentes para dirigirse a urgencias.
Como lo señaló este diario, la Personería de Cali denunció que en esa ciudad hay una práctica conocida como ‘la lleva’: para evitar peleas por quedarse con los heridos, la ambulancia que se queda con la urgencia es la del primer paramédico que toca a la víctima.
Y no solo los paramédicos ganan por llevar los heridos de accidentes a las clínicas que utilizan esta práctica. En Montería, lectores de EL TIEMPO denuncian que los taxistas a veces bajan a los pasajeros para llevar a los lesionados, no por solidaridad sino porque también reciben ‘bono’. “Incluso le dan a uno la plata completa de la carrera por bajarse”, señaló un habitante de esa ciudad.
Otro frente bajo la lupa es la desproporción entre el número de pacientes atendidos y el costo del servicio que se reporta en algunas regiones, comparados con la facturación de grandes clínicas y hospitales de capitales como Bogotá, donde se supondría que, por número de habitantes y de vehículos, debería ser mayor el índice de accidentalidad.
Una tercera punta de la investigación es por qué, en promedio, al Soat le cobran más caro que a las EPS por los mismos tratamientos. El procedimiento más usual en atención de accidentes es osteosíntesis, la cura de fracturas.
El promedio de cobro al Soat por atención de una fractura de tibia y peroné es de 1,9 millones de pesos, mientras que a las EPS les vale en promedio 611.000. Un día de hospitalización se lo facturan al Soat por 296.200; a una EPS, por 147.636, en la misma institución. Hay cobros de hasta 5.000 por una aspirina.
Entre las explicaciones está que mientras en el régimen de salud los servicios están regulados y hay mayores controles, en las urgencias por el Soat, para garantizar la atención ágil, ni siquiera se exige reporte de tránsito. Lo que se pensó como una traba menos para salvar vidas termina siendo, muchas veces, una oportunidad para los avivatos.

‘Tenemos la infraestructura más completa’

El médico Iván Reátiga le dijo a EL TIEMPO que si el Grupo Campbell es una de las organizaciones que más le facturan al Soat, esto se debe a que cuenta con “la infraestructura más completa para la atención de trauma” en las zonas donde operan sus clínicas.
A donde llegamos la gente se vuelve hacia nosotros porque tenemos los anestesiólogos, los técnicos de tomografías, para atender esas urgencias durante las 24 horas del día y usamos una estrategia de posicionamiento clara: primero la vida y después los documentos”.
Reátiga asegura que el Grupo Campbell siempre ha estado abierto a las auditorías de las aseguradoras y que en los 5 departamentos donde opera (Atlántico, Magdalena, Valle, Bolívar y Sucre) ha atendido más de un millón de personas sin que se le reproche la muerte de un solo paciente.
“Si en casi todo el país hay una facturación creciente es porque están aumentando los accidentes. Por eso las quejas de algunas aseguradoras”, dice.
Aunque no ha sido notificado de algún proceso contra sus clínicas, Reátiga sostiene que cuando terminen las investigaciones por el saqueo al Soat su organización saldrá fortalecida. Dice que en efecto hay instituciones que defraudan al sistema, pero sostiene que las IPS que lo hacen no están, como las de su grupo, en las grandes ligas de la salud.
“El Grupo Campbell tiene 40 camas en unidades de cuidados intensivos, 25 quirófanos, 400 camas de hospitalización (...). No damos abasto para facturar lo que nos corresponde, menos vamos a inventar servicios. Acá no se sobrefactura un tornillo”, dice el médico.
Las clínicas y otras IPS del grupo tienen unos mil empleados. El año pasado le facturaron al Soat 62.357 millones de pesos por la atención de 36.055 pacientes de accidentes de tránsito.

Hay clínicas que piden ‘cuota’ de pacientes

Un paramédico de Barranquilla dice que el pago por pacientes de accidentes es usual, incluso entre clínicas reconocidas: “A un chofer de ambulancia le dan comisión de 10.000 pesos, y otros 10.000 para el enfermero. Y si yo llevo el paciente a mi clínica, pues no se va a atrasar mi nómina (...). A veces dicen: ‘este mes estamos graves y vamos a subir la cuota’ ”. Si el paciente está muy grave, es llevado a la clínica más cercana. “Pero si tiene, por ejemplo, una pierna fracturada, se lo llevan hasta la clínica dueña de la ambulancia”, admite.
El particular que reporta un accidente tiene ‘bono’: “Tú das nombre y cédula y al otro día llegas, dices que diste ‘un caso’ y te dan tu plata: $ 300.000 por fractura de huesos cortos; $ 600.000 por fractura de huesos largos; hospitalizado, $ 150.000; cuidados intensivos, entre $ 300.000 y $ 500.000”.
JUSTICIA
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