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‘De los puertos para afuera el mundo del café es rentable’

Al gerente de la Federación le preocupan los problemas del grano y cómo financiarlos.

Al gerente de la Federación le preocupan los problemas del grano y cómo financiarlos.

Foto:John Jairo Bonilla / EL TIEMPO

Gerente de Federacafé dice que problemas debe solucionarlos toda la cadena, no primer eslabón.

Ana María González
Sobre el escritorio del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, reposan varias libras de café tostado y molido que la semana pasada le entregaron como cortesía varios cafeteros del país en una de las muchas correrías que hace.
Quizás terminen en las cafeteras de la Federación, convertidas en aromáticos tintos o en la casa del mismo gerente.
Sin embargo, más allá del destino final, Roberto Vélez Vallejo no sabe qué hacer con estas, pues son muchos cafeteros colombianos que han logrado el tueste y la molienda perfectos, el empaque, los sellos y marcas del caso para colocar esas bolsas en las estanterías de los supermercados o tiendas de café.
“Esa respuesta se la daré en el próximo capítulo”, dijo Vélez jocosamente, pero con preocupación (rascando su cabeza) de qué va a pasar con esos productores que quieren alejarse del mercado del café verde como materia prima y acceder a otros que pagan mejor por el café suave arábica lavado más promocionado y codiciado del mundo, el colombiano.
Así las cosas, la caficultura local está al frente de una bola de nieve que ha venido creciendo lentamente, directamente proporcional a la cantidad de cafeterías especializadas que se han abierto en los pueblos y ciudades, que han jalonado el consumo interno, a lo que Vélez llama la ‘revolución silenciosa del consumo de café de buena calidad’.
Previo al congreso cafetero, que se realizará la próxima semana en Manizales, Roberto Vélez, en diálogo con EL TIEMPO, reclamó porque en la solución de los problemas del café, pese a que están estar en el primer eslabón de la cadena, deben participar todos.
La unidad gremial y la rentabilidad del negocio fueron sus apuestas al llegar a este cargo; ¿el café es un negocio rentable?
Es difícil decirlo porque depende del ‘formato’ de los productores. Hay algunos que creen que todavía la rentabilidad no es la mejor.
Otros dicen que sí es rentable. Hay una equivocación grandotota cuando decimos que el café dio 8 billones de pesos este año, pues juran que los cafeteros están llenos de plata.
Divida esos 8 billones entre los 540.000 cafeteros y luego pague las deudas pendientes. Yo creo que sí ha sido rentable en el tiempo que he estado, particularmente, por la tasa de cambio.
¿Y la unidad gremial?
Le garantizo que hoy la situación es totalmente distinta a como era hace dos años.
¿Cómo era el gremio?
No se identificaba en uno solo, tenía problemas, incluso entre los mismos comités y se discrepaba de la administración del gremio casi a punto de estallar y dividirse; estaba en un punto crítico.

De los 200.000 millones de dólares que vale anualmente el negocio cafetero mundial, a los países productores les toca solo 20.000 millones

¿Usted puede considerarse como el ‘buen componedor’?
El cambio comenzó cuando el gremio tomó la decisión de elegir un gerente por unanimidad.
Un tercer objetivo suyo ha sido la creación de una organización de países productores de café. ¿En qué va ese reto?
De los 200.000 millones de dólares que vale anualmente el negocio cafetero mundial, a los países productores les toca solo 20.000 millones, es decir, el 10 por ciento. Es muy poquita plata y no se compadece. Lo que se busca es que el productor tenga, como mínimo, cubiertos sus costos de producción y una utilidad de su negocio.
Nunca he reclamado más que eso.
¿Ha hablado de esa iniciativa con los diez primeros países productores?
Claro que sí, durante el Foro Mundial de Productores, realizado en Medellín, cuando dije que uno de los objetivos era devolverle a Colombia el liderazgo en el mundo del café. Esos países colocan más del 80 por ciento de la producción mundial del grano.
¿Para qué crear esa organización?
La realidad es tratar de hacer oficio para que toda la cadena, sentados, de manera colectiva, podamos resolver los problemas del mundo del café, que pasan por los precios al productor, el cambio climático, el relevo generacional, la volatilidad de los precios.
¿Acaso esos problemas no son casi exclusivamente de los productores?
Eso es lo que hemos estado diciendo. No puede ser que de los puertos para afuera el mundo del café sea muy rentable y de los puertos para acá, tengamos que cargar con la parte más dura.
Por eso invitamos a toda la cadena para que hablemos todos de este lado.
¿Del foro salió algo?
Que nos sentábamos los países productores y aquellos a los que les interesa toda la cadena, que los problemas los miremos de forma colectiva. Por ejemplo, la oferta y la demanda están balanceadas, qué pasaría con una gran helada en Brasil o sequía o algo en nuestros países.
No creo que las grandes cafeterías del mundo, ante una hipotética escasez del grano se dediquen a servir agüitas aromáticas. Así, los problemas son de todos, desde el cultivador hasta quien sirve una taza de café en una tienda en Nueva York.

Señores de Nueva York pongan ustedes también la platica, porque esto interesa a todos.

¿Ellos (los demás miembros de la cadena) están dispuestos?
No sé si necesitemos una organización de esas o, más bien, entender que la realidad nos puede llevar a que como cadena tengamos problemas. Los del eslabón final de esa cadena (las cafeterías), por ejemplo, cuando sientan que su negocio puede estar amenazado comenzarán a decir: “Venga a ver qué hay qué hacer”.
¿Cuáles son, entonces, los cinco problemas que enfrenta la caficultura?
Precio al productor, cambio climático, volatilidad del mercado, relevo generacional y crecimiento en la oferta.
¿Soluciones?
Entre otras, al cambio climático, un árbol de café que resista más tiempo sin agua o soporte más humedad; relevo generacional, identificar las necesidades de la gente joven.
¿Quién financiaría esas soluciones?
Vale la pena señalar que, mientras este lado de la cadena recibe solo el 10 por ciento del valor total anual del mercado, además, tengo que sacar la plata para solucionar los problemas descritos. Esto no tiene razón de ser; así, señores de Nueva York (tostadores, dueños de grandes cadenas, por ejemplo) pongan ustedes también la platica, porque esto interesa a todos.
JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
Ana María González
icono el tiempo

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