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Así puede perjudicar a Colombia la guerra comercial de EE. UU. y China

El presidente Trump muestra, en la Casa Blanca, su orden para endurecer aranceles a China, firmada este jueves.

El presidente Trump muestra, en la Casa Blanca, su orden para endurecer aranceles a China, firmada este jueves.

Foto:Reuters

En el país se teme llegada masiva de acero y aluminio. China responde a endurecimiento de Trump.

Diana Rincón
Cuando se sienten los primeros fogonazos de lo que puede llegar a ser una guerra comercial, Colombia busca resguardarse y quedar a salvo del fuego: el Ministerio de Comercio llamó a los exportadores de acero y aluminio a Estados Unidos a que busquen que sus clientes expliquen ante el Gobierno de Washington por qué sus productos deben ser excluidos del alza de aranceles a esos metales que ordenó el presidente Donald Trump.
Entre tanto, China gravó a 128 productos estadounidenses con aranceles más altos luego de que Trump ordenó establecer tarifas a productos chinos, que lleguen a los 60.000 millones de dólares anuales. El mandatario había anunciado esa decisión el jueves, mismo día en que dijo que la Unión Europea, Argentina y Brasil, entre otros, no tendrían que pagar las nuevas tarifas de los metales.
Ya antes había excluido también a sus socios del TLC de Norteamérica, México y Canadá. Colombia, que se había apresurado también a pedir ser excluido, sigue a la espera de una respuesta.

Eso es entre Estados Unidos, Rusia y China. La batalla se va a dar alrededor de ellos

“Nuestro país no es el origen del problema –dice Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex)–. Eso es entre Estados Unidos, Rusia y China. La batalla se va a dar alrededor de ellos. Por eso ni siquiera nos han contestado la carta de la exención de aranceles”.
Luego de hacerse esa petición, como lo explica la directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, el Departamento de Estado indicó que la solicitud deben hacerla las empresas que en Estados Unidos importan los productos. De tal manera, el Ministerio de Comercio instruyó a los exportadores para ponerse en contacto con sus compradores y hacer este proceso.
Se debe demostrar una de tres condiciones: que el producto específico no lo producen en Estados Unidos; que, si es producido, no se consigue en las cantidades o calidades requeridas, o que no importarlo significaría un riesgo para la seguridad nacional de ese país.
David Aponte, analista de Financial Lab, resalta la importancia de que los exportadores logren el respaldo explícito de sus compradores estadounidenses y de impulsar y fortalecer las relaciones de los productores colombianos con los importadores, pues una fuerza tan grande como el cabildeo puede ayudar.
De funcionar, “Colombia tiene una gigante oportunidad de entrar al mercado de Estados Unidos y que nos permita crecer la producción y desarrollo de la industria nacional”, dice Aponte.
“Sin duda alguna, Colombia cumple con todas las condiciones para ser excluida”, advierte, a su turno, Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi). Y agrega: “Colombia es un país amigo de los Estados Unidos. Existe un largo historial de amistad y colaboración mutua, que ha llevado a suscribir tratados de defensa, se ha contado con el Plan Colombia para la lucha contra el narcotráfico, en el cual, Estados Unidos ha reconocido la lucha del país en esta materia durante muchos años”.
Así mismo, dice Mac Master, es claro que Colombia no triangula material chino en sus exportaciones, que es un tema de alta preocupación en Estados Unidos. Las exportaciones de Colombia a Estados Unidos, en las subpartidas cobijadas son excesivamente bajas y no impactan ese mercado. Las ventas en los tres capítulos, a pesar de ser muy importantes para nosotros no tienen prácticamente ningún efecto en el mercado norteamericano. Pesan, en su orden, el 0,11 por ciento para el capítulo 72; el 0,09 por ciento para el 73 y el 0,13 por ciento para el 76”.
Pero cuando Colombia espera que sus esfuerzos para ser excluida de los aranceles a los metales rindan frutos, vino la orden de Trump para que en las próximas dos semanas sus funcionarios hagan una lista de productos de China a los que se les endurecerán los aranceles y terminen pagando, por estos gravámenes, 60.000 millones de dólares al año.
Los chinos no se hicieron esperar, y este viernes presentaron su propia lista de 128 productos estadounidenses a los que impondrán aranceles de 25 y 15 por ciento, entre ellos vinos, etanol, carne de cerdo o chatarra de aluminio.
En los días en que Trump hacía los primeros anuncios de sus medidas proteccionistas, el presidente de la Andi planteaba, en entrevista con EL TIEMPO, la posibilidad de que si Colombia no era excluida de que, incluso, se denunciara el TLC. “La imposición de aranceles puede ser una grave violación al TLC”, insistió este viernes Mac Master.
En cambio, el presidente de Analdex, ahora que la tensión se ha concentrado hacia China, dice que no ve “que Colombia tenga que salir a dar una batalla, o a tomar retaliaciones contra Estados Unidos”.
Por su parte, Aponte señala que “es de esperar que el poco protagonismo de nuestro país en el mercado estadounidense de acero y aluminio (0,8 % de las importaciones de Estados Unidos) nos permita alcanzar la exención”.
Según Aponte, se configura un escenario de guerra comercial. “Claramente –dice– se impondrán nuevos aranceles a Estados Unidos, que afectan industrias tan importantes como la agrícola. Recordemos que cuando en su momento el presidente George Bush impuso aranceles al acero, tuvo que retractarse dos años después para evitar represalias comerciales”.
En el mismo sentido, para Mac Master “ya se está evidenciando un gran tsunami para el comercio internacional. Es claro que se generará una recomposición en las relaciones comerciales”.
Según Aponte, si escala una guerra comercial, eso permitiría a países terceros en el conflicto comercial, entrar a Estados Unidos o a las potencias que se involucren en el conflicto, aprovechando sus ventajas comparativas para suplir la demanda que quede cesante.
Así habría una oportunidad para que orígenes diferentes al chino suplan la demanda de bienes de Estados Unidos, y “el momento para que otras economías presenten al mercado estadounidense sus nuevas tecnologías y bienes diferenciados en calidad de los chinos”.

Una guerra comercial es un retroceso a décadas de avances en libre comercio

Para la viceministra de Comercio, Olga Lucía Lozano, “pese a que el debate en acero y aluminio es, esencialmente, entre China y Estados Unidos, las medidas adoptadas y las que puedan presentarse van a tener efectos negativos para terceros países”.
Así, todos los expertos coinciden en que la guerra del acero –como dice Mac Master– “sin duda afectará a terceros países en la medida en que China y Turquía intentarán llegar con sus productos a otros mercados como el nuestro. Sería mucho más grave si además implementan prácticas desleales de comercio como las que han sido denunciadas”.
“El temor –dice, por su parte, Díaz– es el daño que puedan causar productos de China, y necesitan colocarse en estos mercados a precio de liquidación, y Colombia va a ser un mercado objetivo”. Agrega que “es más una posibilidad de un daño en el mercado local por dumping, por debajo de los precios reales”.
Si China o Turquía llenan de acero y aluminio al mercado global, dice Aponte, “dejarían por fuera a pequeños productores como Colombia, por precio y calidad”. Agrega que los aranceles de Trump podrían causar una pérdida en las exportaciones colombianas de acero y aluminio cercana a 60 millones de dólares, “cifra importante, teniendo en cuenta que el mercado local no tiene la capacidad para reabsorber esta oferta”.
“Una guerra comercial –concluye Lacouture– es un retroceso a décadas de avances en libre comercio que los países han acordado para facilitar los negocios y dar reglas claras y de largo plazo a las industrias”.

‘No representamos peligro’: Gobierno

Para la viceministra de Comercio, Olga Lucía Lozano, la tensión entre China y Estados Unidos afecta todo el escenario del comercio internacional.
Independientemente de que el debate en acero y aluminio se concentre entre esos dos países, “las medidas adoptadas y las que puedan presentarse van a tener efectos negativos para terceros países”.
De hecho, dice, el comercio de estos productos se ha visto afectado, y podría extenderse a otras mercancías. “En el caso colombiano, estamos monitoreando todas las variaciones de los flujos de mercancía y trabajando con los sectores que podrían sentir con más fuerza los efectos de esta coyuntura”.
“Seguimos en el proceso de aportar información que permita evidenciar que no representamos un peligro para la industria de Estados Unidos en acero y aluminio, haciendo énfasis en nuestro carácter de aliado estratégico de Estados Unidos y en la política fuerte que tenemos frente a la competencia desleal”, concluyó.

Jornada de contragolpes

EE. UU. llevó demanda a la OMC

Estados Unidos presentó este viernes ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) una demanda contra China por atentar contra el derecho de propiedad intelectual de sus empresas, en específico al derecho de patentes. Por su parte, el director general de la OMC, Roberto Azevêdo, dijo que las medidas que se tomen fuera del diálogo “pueden llevar rápidamente a un sistema de comercio menos estable”.

China toma retaliaciones y anuncia nuevos aranceles

China reveló el viernes una lista de 128 productos o líneas arancelarias (frutas, vino, etanol, carne de cerdo, aluminio reciclado, entre otros) a las que les aplicará un arancel de 15 por ciento o 25 en caso de que fracasen las negociaciones con Washington. Así, respondió a los aranceles que desde el viernes impone Washington al acero y aluminio.

Bolsas siguieron cayendo por la tensión

Las caídas en bolsas de valores continuaron, por la tensión entre Estados Unidos y China. La bolsa de Nueva York cayó 1,77 por ciento. En Latinoamérica, la bolsa de São Paulo perdió 0,46 por ciento. En Europa, Fráncfort cedió 1,77 por ciento; París, 1,39 por ciento, y Londres, 0,44 por ciento. En Asia, Tokio perdió 4,51 por ciento; Shanghái, 3,39 por ciento, y Hong Kong, el 2,45 por ciento.
MAURICIO GALINDO Y LAURA BALLESTAS
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
redaccioneconomicas@eltiempo.com
Diana Rincón
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