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Tenis

Marion Bartoli regresa al tenis, luego de estar al borde de la muerte

Marion Bartoli y uno de sus momentos más felices en el tenis: la celebración tras ganar Wimbledon en 2013.

Marion Bartoli y uno de sus momentos más felices en el tenis: la celebración tras ganar Wimbledon en 2013.

Foto:EFE

Tras 5 años sin competir y de sufrir un virus, la reina de Wimbledon (2013) volverá a las canchas.

Javier Arana
Marion Bartoli tocó la cima del tenis al consagrarse como la reina de Wimbledon en el 2013, pero cuando parecía que la francesa mantendría un largo reinado en el circuito mundial femenino, de un momento a otro desapareció de las canchas.
Su característico golpe a dos manos desde ambos perfiles, tal como lo hacía su admirada Mónica Seles, se desvaneció al igual que su tenis debido a un virus rebelde que, según dice, estuvo a punto de costarle la vida.
Después de cinco años de estar alejada de las competencias, y ya aliviada de sus males, Bartoli anunció hace un par de semanas, a sus 33 años, que retornará a las canchas en el torneo que se disputará en marzo en Miami.
La francesa ofreció a finales del año pasado una rueda de prensa para compartir lo que piensa sobre su regreso a las canchas de tenis.

La francesa ofreció a finales del año pasado una rueda de prensa para compartir lo que piensa sobre su regreso a las canchas de tenis.

Foto:AFP

Apenas un mes después de vencer en el All England Tennis Club, sin duda la victoria más importante de su trayectoria, sorprendió a todos tras comunicar su retiro del tenis. “No puedo jugar más de 45 minutos porque mi cuerpo ya no responde. Me siento adolorida y agotada”, dijo en ese entonces entre lágrimas, tras haber caído en el torneo de Cincinnati (EE. UU.).
Pero luego llegó lo peor. Su vida se tornó tormentosa y tomó otro rumbo. Después de caracterizarse como una jugadora de físico robusto, incluso con exceso de peso para su estatura (1,70 metros), pasó a casi desaparecerse. Cuando se impuso en Wimbledon la báscula marcaba 73 kilogramos, que luego subió a 80, pero tres años después, ya apartada de las canchas, descendió a solo 42 kilos.
En otras palabras, era casi un esqueleto andando debido a la imponente sombra de la anorexia que la palideció e caer en la más profunda depresión.

Temo por mi vida. Tengo miedo de que un día, mi corazón se detenga y muera. Estoy viviendo una pesadilla. No le deseo esto a nadie

“Esto no es vida, solo estoy sobreviviendo”, había declarado hace dos años en el canal británico ITV, mientras se declaraba víctima de un peligroso virus del que se contagió mientras viajaba entre Australia e India, a comienzos de ese mismo año. “Temo por mi vida. Tengo miedo de que un día, mi corazón se detenga. Estoy viviendo una pesadilla. No le deseo esto a nadie”, confesaba en ese momento al sentirse atrapada por esa rara enfermedad.

Sangre sin hierro ni vitaminas

Nunca se conoció el diagnóstico médico oficial, pero su aspecto corporal evidenciaba el mal. Estudios y análisis sanguíneos que se conocieron posteriormente ratificaron que la deportista carecía de hierro y vitaminas. También tenía índices muy bajos de glóbulos rojos y blancos. Su organismo estaba al borde de un colapso. La muerte le respiraba en la nuca.
Esa crisis llegó a tal punto que la aguerrida jugadora, cuya mejor posición en el escalafón mundial del tenis femenino fue el séptimo lugar (30 de enero de 2012), padeció de electrosensibilidad –debía coger los teléfonos móviles con guantes– y su dieta pasó a ser íntegramente vegetariana. Todo debía ser cocinado en agua mineral.
De su problema psicológico se culpa a John Inverdale, excomentarista de la BBC, quien en su momento comparó a la francesa con la bella rusa María Sharapova: “Por mucho que lo intente, Bartoli nunca será una Sharapova”. Bartoli se quebró tras escuchar este comentario. Tres meses más tarde se retiró del tenis y caía en una crisis de nervios.
En 2016, su salud se vio muy comprometida luego de permanecer durante casi tres meses en la unidad de cuidados intensivos de un centro hospitalario de París. Tras superar esa crisis fue recluida en una clínica en Italia para proseguir un tratamiento sanguíneo. Le hicieron transfusiones. Todo eso mientras en las redes se alcanzó a especular incluso con su muerte.
Después de un largo proceso médico y su lenta recuperación, volvió a comenzar de cero. De a poco regresó a la práctica deportiva y hasta participó en la maratón de Nueva York de 2016, en la cual empleó un tiempo de 5 h 40 m.
Bartoli, totalmente recuperada, ya con 75 kilos de peso en la actualidad y empujada por las ganas de vivir, anunció en las redes su regreso al tenis, el deporte que siempre ha sido su pasión.
Para ello, la jugadora nacida el 2 de octubre de 1984 en Le Puy-en-Velay, centro de Francia, contará con el respaldo de la Federación Francesa de Tenis (FFT). Su vuelta está empujada por los ocho títulos alcanzados en el circuito, quizá pocos para los trece años de trayectoria en la que alcanzó 490 victorias y se ha ganado un poco más de 11 millones de dólares. Planea saltar a las canchas en el Masters de Miami (del 19 al 26 de marzo).
Pero sus metas son altas. También quiere volver a jugar en la arcilla de Roland Garros y en la grama de Wimbledon, sin dejar a un lado el compromiso con su país, competir en la Copa Federación. Incluso, su objetivo a largo plazo es clasificar a Olímpicos de Tokio 2020.
“Espero estar preparada. Tengo muchas ganas de reencontrarme con el público en las canchas”, dijo la francesa.
Pero ahora se encontrará con una nueva generación de tenistas que en los últimos años han poblado el circuito. Luego de romper profesionalmente con su padre, Walter, a quien acusan de haber presionado al extremo a su hija, Bartoli tiene como entrenadora a su compatriota la exjugadora Amélie Mauresmo.
No será nada fácil para Bartoli, quien este año incursionó en el mundo televisivo como comentarista de tenis de una de las grandes cadenas deportivas. Aunque ya demostró tener garra, su regreso pleno a la competencia es un mar de dudas. “Lo que me salvó fue el tenis, agarrarme a los grandes momentos que viví sobre la pista. Eso me hizo sentir viva”, expresa.
Javier Arana
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @arana_javier
Javier Arana
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