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El reinvento de Jason Gutiérrez en el atletismo

Jason Gutiérrez, atleta colombiano.

Jason Gutiérrez, atleta colombiano.

Foto:Cortesía www.runningcolombia.com

El bogotano volvió a correr y sueña en grande en su carrera, luego de una fuerte lesión.

El pasado domingo Jason Gutiérrez volvió a nacer en el atletismo. Estaba nervioso y con mucha ansiedad. Sus ojos negros y brillantes de alegría los ocultaba con unas gafas deportivas de lentes oscuros y su ánimo estaba desbordado. Tenía las mismas sensaciones de hace un poco más de 15 años, cuando de muchacho, un 24 de diciembre, ganó su primera carrera atlética callejera en el barrio Las Lomas, al sur oriente de Bogotá y recibió como premio un pollo asado y una ancheta, justo un día en el que en casa no había nada que comer.
Se sentía como una paloma a la que están a punto de soltar para que desplegué sus alas y tome su rumbo. Y no era para menos, ese domingo 5 de marzo el atleta bogotano, quien en su momento ganaba cuanta carrera en la que participaba, renació en el atletismo, volvió a volar.
Después de casi nueve meses sin correr oficialmente una carrera, Jason regresó al lote y volvió a hacer lo que más sabe y lo que más le gusta. Atrás quedó un extenso periodo en el que decidió parar y dejar a un lado el deporte, incluso, pensó en el retiro definitivo, pero su aplomo, sus ganas de volver a empezar, a pesar de las dificultades, y sobre todo, una frase clave que se encontró en una novela que leía, le permitieron reinventarse, como él mismo dice.
“Me gusta leer de todo, eso me ayuda a relajarme y a visualizar muchas cosas. Me sirve de refugio. Una frase de un libro de Mario Mendoza me quedó grabada. Decía ‘Reinvéntese, no pasa nada, tírese y aparecerá el piso…’, y eso me quedó en la cabeza y me sirvió para replantear mi vida y volver al deporte, cuando me sentía perdido y sin ganas de saber nada del atletismo”, reconoció Jason en entrevista con EL TIEMPO.
Atleta de barriada
Su trayectoria, como la de muchos de los atletas o deportistas del país, comenzó de la nada, del mismo barro. Se crió en el barrio Zarazota, de la localidad Rafael Uribe, y en sus primeros años de niño le daba patadas a un balón desgastado con el que jugaban en la cuadra. Nunca conoció a su padre y su madre tuvo problemas de alcoholismo y drogas. Su abuela, María Soledad, fue quien lo cuidó y lo sacó adelante.
A los 12 años comenzó a correr en las pruebas que se realizaban en Bogotá y seis meses después ya era campeón distrital y nacional en la categoría prejuvenil. Ya se perfilaba como una joya del atletismo en las competencias callejeras.
Luego de ganar en carreras a lo largo y ancho del país, en Antioquia, Sucre, Cundinamarca, Valle del Cauca, Cundinamarca, Boyacá y alcanzar victorias en Perú, Panamá, Ecuador y Estados Unidos, en 2012 se dio el gusto de imponer los registros nacionales en la categoría mayores, en distancias desde los 5 a los 40 kilómetros en ruta. Lo logró en la Maratón de Rotterdam, de ese año, donde finalizó en la casilla 14, con un tiempo de 2 horas, 15 minutos y 45 segundos.
El deportista, en ese momento, el emblemático del poderoso equipo de atletismo Porvenir, acumuló las marcas: 5 km. ruta, 15:20 min.; 10 km., 30:30; 15 km., 45:48; 20 km., 1:01:09 horas; 25 km., 1:16:59; 30 km., 1:33:18; 35 km., 1:50:28 y 40 km., 2:08:06.
En su palmarés están destacas actuaciones en las maratones de Long Beach (3º), Nashville (5º) y Los Ángeles (11º), en Estados Unidos y la de Rotterdam (14º), entre otras, en el periodo del 2010 al 2014.
Toda esta lluvia de buenos resultados comenzó a forjarse en la pista de atletismo del parque El Tunal, y en las lomas de la periferia de la ciudad, donde entrenada sin descanso, bajo la orientación del profesor Humberto Ramírez, justamente el mismo entrenador que escuchó el año pasado el clamor, la insistencia y la ganas Jason por volver al atletismo quien lo tiene otra vez bajo su pupila para impulsarlo una vez más en el deporte base.
Una tendinitis aguda
El episodio de desencanto para Jason se presentó hace casi dos años, tras sufrir una lesión cuando entrenada en Paipa, al lado del brasileño Marílson Gomes Dos Santos, uno de los más célebres corredor de larga distancia de su país, único suramericano ganador de la Maratón de Nueva York, y dueño de las plusmarcas suramericanas en 5.000 y 10.000 metros.
Se reunieron para entrenar con miras a la preparación hacia la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016.
“Estuvimos en una mañana entrenando, haciendo repeticiones en terrenos de cuesta y al término de la sesión me comenzó un dolor en el tendón de Aquiles. Sin embargo, no le di importancia, y seguí entrenando en la tarde y así varios días.  Luego, el problema se agudizó, se inflamó, pero no hubo ruptura, y el diagnóstico fue una tendinitis crónica, que requirió de una cirugía, a cargo del médico Fernando Pastrana, en ese momento médico del equipo. Tras la operación se mantuvo el dolor, la incomodidad y no encontraba la solución. Otros médicos dijeron que la cirugía no había sido la correcta. En fin, fueron meses de angustia y eso me desesperó. Como no corría, se bajó el sueldo y comenzaron las angustias económicas”, recordó el bogotano.
Al margen del atletismo
Ahí fue cuando decidió alejarse del atletismo, parar por un tiempo, olvidarse de todo y sumergirse en la búsqueda de nuevas alternativas de vida. Eso incluyó un inesperado viaje a Boston (EE. UU.), en donde unos amigos lo esperaron, le brindaron su apoyo y lo abrigaron en su casa.
“No fui en busca del sueño americano. Solo quería tomar distancia. Apartarme del atletismo y tomar un receso. Estando allí, leí mucho, mientras me quedaba en la casa de ellos y les ayudaba en los quehaceres. Estuve durante casi cuatro meses hasta que un día me toqué el tendón y no sentí dolor. Me di cuenta que era el momento de dar las gracias y retornar al país. Volví en junio del año pasado y comencé a entrenar, ya si sentir ninguna molestia. Pero no tenía mucho tiempo para practicar, me debía rebuscar el dinero trabajando en restaurantes y bares”, recordó.
Su intención era la de volver a ser grande, pero el dinero no le daba para más oportunidades. Hasta que un grupo de empresarios, sin que Jason lo supiera, se reunieron y pusieron una cuota para patrocinar al atleta porque lo quieren volver a verlo subido en los podios.
Fue así como las cabezas visibles de Probocaitos, San Gregorio, Julbo y Promolaser se unieron y apostaron por Jason, quien ahora hace parte del Master Running Team.
“Me hicieron lagrimear, la verdad. Es una nueva oportunidad que se me presenta y yo no puedo hacer más que responder con resultados. Ya estoy solo dedicado a entrenar, vivo en Fátima, muy cerca al parque El Tunal, donde entreno. En la Run Tour del pasado domingo llegué décimo, un resultado que me dejó contento. Le gané a varios de los reconocidos atletas y creo que fue un buen regreso. Ahora se vendrán nuevos compromisos, como la Night Race 10 k, el 19 de marzo. Esto es un renacer”, afirmó.
Jason criticó la falta de oportunidades para los atletas pues ya no hay una sola carrera gratis en la ciudad, cuando antes se hacían en los barrios y en las localidades. “Los atletas que vivimos del hospital de La Hortúa hacia el sur, estamos fregados, porque no podemos inscribirnos en una prueba. A mí, porque ya me conocen en la élite, me invitan, pero muchos de los atletas con los que entreno, no pueden porque para correr deben pagar como el 20 por ciento de lo que se ganan al mes. Es una lástima que el IDRD no organice una carrera para el pueblo”, admitió.
Jason no solo quiere volver, quiere ganar y agrandar su historia. Pero es consciente que para retomar el alto rendimiento necesita entrenamiento serio, y a sus 32 años, considera que tiene la madurez para lograr mayores objetivos. No se pone metas a largo plazo.
“No creo en los ciclos a cuatro años, en los puntos fijos. Esto es día a día y paso a paso. Así se van abriendo las puertas, eso sí, con responsabilidad y con todas las ganas. Así lo veo”, concluyó Jason, quien además de escribir relatos de su vida y su experiencia, este año quiere llegar en las mejores condiciones de preparación a la Media Maratón de Bogotá, y se apuntará una participación en una de las grandes maratones para el año entrante.
JAVIER ARANA
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @arana_javier
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