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Otra Libertadores, ¿Los mismos destinatarios…? (Opinión)

Muchos grandes. Esta edición promete tener más de fulgor: participan 17 campeones.

Jorge Barraza
Acaba de comenzar otra vez el gran sueño de los clubes sudamericanos: la Libertadores, la vidriera más resplandeciente, la que prestigia y engrandece, también la que genera dinero y un posterior vaciamiento futbolístico para el club que la gana, pues enseguida lo desmantelan las ventas al exterior, las quiera o no. Por eso mismo es difícil repetir el título, quien defiende la corona no presenta el mismo plantel que la ganó (Gremio podría ser este año la excepción).
La Champions -piensa uno- es un torneo apasionante, pero suele tornarse monótona en el sentido de que siempre están definiendo los mismos candidatos: Real Madrid, Barcelona (ganaron 8 de las últimas 16), Bayern y Juventus que arriman... Antes, los clubes ingleses protagonizaban mucho más, aunque desde este año prometen volver a hacerlo. En las copas sudamericanas el panorama no difiere tanto: sí cambian los nombres de los equipos, pero los protagonistas esenciales son, con abrumadora frecuencia, brasileños y argentinos. En este 2018 se cumplirán 30 años del último título de un conjunto uruguayo en la Libertadores -Nacional 1988-, un fútbol que les discutía palmo a palmo cada corona. Ahora no se le vislumbran posibilidades.
El único medio que logró llegar a discutirles la final dos veces en las diez ediciones anteriores es el ecuatoriano, con Liga de Quito en 2008 (campeón) e Independiente del Valle en 2016 (subcampeón). Paraguay también llegó por partida doble: Olimpia en 2013 y Nacional en 2014, pero sin coronaciones. Nadie pudo, de momento, tomar ese tercer puesto nítido que ostentaron los uruguayos Peñarol y Nacional entre 1960 y 1988. Que ahora está vacante.
Arrancó la 59ª. edición de la célebre Libertadores, que tendrá, como la anterior, 47 participantes y 156 partidos entre enero y noviembre. En el momento del análisis previo, los aficionados se formulan la misma pregunta: ¿quién la ganará este año…? Cada vez es más difícil presagiarlo; de hecho, los últimos veinte finalistas fueron veinte equipos diferentes. Nadie establece una hegemonía por aquello de que los jugadores que destacan, emigran de inmediato. Pero sí es posible pensar que nuevamente argentinos y brasileños son aspirantes naturales a la corona por potencialidad, por los presupuestos que manejan y por cómo se han reforzado. El fútbol de club es completamente diferente al de selecciones: en esto cuenta mucho el poderío económico y, derivado de ello, el plantel que se pueda conformar.
“Claro, la ganan porque tienen más cupos”, se escucha a veces. Naturalmente, eso da más posibilidades, pero son los principales animadores del torneo desde que comenzó hace 58 años, su sostén económico y los que tienen los clubes más fuertes. Se ganaron los cupos conquistando títulos. Todos quieren jugar contra Boca, River, Flamengo, Corinthians…
El año pasado, haciendo la misma ponderación previa, titulamos “Arranca la Copa de la modestia”. Tan modesta fue que no hubo figuras; a final de año no había a quién elegir para el Futbolista de América. Esta edición promete tener más de fulgor: participan 17 campeones.
Y entre ellos, siete grandes de Brasil (Gremio, Cruzeiro, Palmeiras, Corinthians, Santos, Flamengo, Vasco) y cuatro de Argentina (Boca, River, Independiente, Racing) más Estudiantes, cuatro veces coronado y de marcada estirpe copera. Y fuera de ellos, nombres de enorme tradición: Nacional, Peñarol, Nacional de Medellín, Millonarios, Santa Fe, Olimpia, Cerro Porteño, Colo Colo, la ‘U’ de Chile, Emelec, Bolívar, The Strongest…
Muchos grandes, lo que garantiza masivas concurrencias y expectativa. El nivel de juego lo iremos viendo. Pero apuntando arriba, otra vez brasileños y argentinos como fuertes candidatos. La novedad de este año es la renovada fortaleza económica de los clubes grandes de Argentina. Tienen alta facturación y pueden hacer fichajes importantes. Boca es una institución rica, con 130.000 socios que pagan mensualmente entre 12 y 25 dólares y elevados ingresos en muchos rubros como televisión, taquillas, mercadeo, publicidad, actividades en su estadio. River gastó 13 millones de dólares sólo en la repatriación del centrodelantero Lucas Pratto.
Independiente está otra vez con crédito amplio, ha incorporado seis refuerzos de calidad y va con todo por la octava copa, es el anhelo de toda su gente. Racing también está sólido. De modo que darán mucho combate. No quieren sólo participar.
Y enfrente estarán los brasileños… Corinthians, campeón nacional en 2017, aparece como uno de los favoritos. Gremio ha logrado resistir el asedio de los agentes que han llegado por Luan y por Arthur, sus dos cracks jóvenes que, de momento, empezarán la competencia. Flamengo, finalista de la Sudamericana, perdió a Reinaldo Rueda pero sigue con un plantel estelar. Palmeiras, aunque se le fue Yerry Mina, continúa con una nómina extensa y calificada. El desafío es tumbarlos. ¿Podrán lograrlo los otros…?
En la segunda ronda previa se dio ya un choque entre pesados, que más bien parece de cuartos de final: Olimpia y Junior. Uno no llegará a la orilla, el otro podría caer en el durísimo grupo 8 con Boca y Palmeiras. A su vez, si llega a la fase de grupos, Santa Fe caería en uno terrible: el de River, Flamengo y Emelec. Y si avanza Vasco da Gama, algo bastante posible, se daría una batalla espectacular en la zona 4: Cruzeiro, Universidad de Chile, Racing y Vasco.
La Copa 2018 trae un aumento en los premios y el campeón se llevará 10 millones 850 mil dólares. Más siete taquillas de local y otros ingresos adicionales. Ahora la venta de boletos es importante; un ejemplo: en diciembre, al recibir a Flamengo en Avellaneda, Independiente recaudó 2 millones de dólares.
A propósito: cuando se retiraron de la competencia los clubes mexicanos en 2016, desde ese país se esparció la idea de que la salida de sus equipos debilitaría económicamente a la Libertadores. Que esta iría a la ruina. No sucedió. Al contrario, creció. Y ahora no les resultará fácil volver, otros tomaron sus cupos. El fútbol mexicano fue invitado a participar del torneo sin corresponderle por ser de otra confederación; en lugar de agradecerlo, siempre se quejó de que le obstaculizaban el camino hacia el título, se victimizó, vio fantasmas donde no había. Pero al irse se les perdió de vista la repercusión que este torneo tiene. “Después de la Selección Mexicana, el escaparate mundial más grande con el que cuentan los jugadores mexicanos es la Copa Libertadores”, escribió entonces el periodista Alfredo Gutiérrez Bayardi, de la revista Portada, de economía y cultura.
Se fueron solos. Y se la perdieron.
ÚLTIMO TANGO...
JORGE BARRAZA
Para EL TIEMPO
En twitter: @JorgeBarrazaOK
Jorge Barraza
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