El romanticismo en el fútbol siempre tiene antagonistas que no dejan ver las historias perfectas. El árbitro cruel, sin ningún titubeo, desenfundó la cartulina roja y le atravesó el corazón a Gianluigi Buffon, el mítico arquero italiano, que llevado por la ira protestó de la manera más vehemente el penalti pitado en contra de la Juventus frente al Real Madrid que al final, con la anotación de Cristiano Ronaldo para el 4-3 definitivo de la serie, lo dejó afuera de esta edición de la Liga de Campeones, y tal vez para siempre.
El día anterior al choque definitivo Buffon dijo: “Si es mi último partido de la Champions, firmo jugarlo en el Bernabéu”. En ese momento nadie sabía que la Juventus haría lo impensado e igualara la serie 3-3 y el mismo Buffon era consciente de que lo más probable era que el Madrid avanzara, como finalmente pasó. Pero ni el más amargo de todos los hinchas del fútbol pronosticaba que el portero sellara, posiblemente, su último partido en torneos europeos con una expulsión.
Pero la leyenda viva del fútbol italiano no es el único que tal vez dijo adiós a la Liga de Campeones. Andrés Iniesta, el héroe mítico de la Selección de España y el Barcelona con su cara más larga también dejó en entredicho su continuidad en el máximo torneo de Europa.
Andrés Iniesta también jugó su último partido con el Barcelona en esta competencia continental.
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“Este pudo ser mi último partido de Champions con el Barça”, así, sin mediar, el capitán de los culés abrió la puerta a que la nefasta derrota 3-0 en Roma, el pasado martes, fuera su adiós.
Los dos jugadores coinciden en ser ídolos en sus países. Buffon ha llevado una vida de total éxito en Juventus. Pero donde más se le recuerda es en la Copa del Mundo 2006, con Italia. Ese título lo catapultó a ser un referente mundial.
A Iniesta le cambió la vida en el 2010. Su agónico gol en la final del Mundial de Suráfrica contra Holanda, en el extratiempo, lo llevó a ser aplaudido en todos los estadios españoles sin importar que su vida futbolística estuviera ligada a Cataluña.
Buffon ha sido carismático en todo momento, en la victoria o derrota tiene un gesto que lo hace distinto. Lo dejó demostrado en los dos últimos partidos contra el Real Madrid: en el juego de ida no tuvo inconveniente en aplaudir la chilena de Cristiano Ronaldo, incluso al final le pidió la camiseta. Y el miércoles, tras la eliminación, tampoco le tembló la voz para decir: “El árbitro tiene un cubo de basura en su corazón”.
Iniesta, más silencioso, nunca hizo algo de más para ocupar las primeras planas. Siempre sencillo, humilde y solo habla en la cancha. Por ello en marzo pasado, con 33 años, seguro de que su etapa con los culés está en el ocaso dijo: “No voy a estar en el Barcelona por estar”.
Una expulsión y una goleada podrían ser los finales en la Champions de dos leyendas. No hay duda de que nada de lo hecho en sus carreras borrará su legado para el deporte, pero tampoco ningún poeta habría escrito ese desenlace frío y tal vez cruel.
Camilo Manrique V.
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @camilomanriquev