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Fútbol Colombiano

Omar Pérez: ¡fin del ciclo de un ídolo!

Santa Fe acabó una sequía de más de tres décadas de la mano de Omar Pérez, quien levantó una pelota para que Jonathan Copete, de cabeza, le diera la tan anhelada séptima estrella al equipo 'cardenal' en 2012.

Santa Fe acabó una sequía de más de tres décadas de la mano de Omar Pérez, quien levantó una pelota para que Jonathan Copete, de cabeza, le diera la tan anhelada séptima estrella al equipo 'cardenal' en 2012.

Foto:Andrea Moreno / EL TIEMPO

El '10', el símbolo, el ganador de nueve títulos acabó su era en Santa Fe. Tendrá su despedida. 

Pablo Romero
Quizá los hinchas de Santa Fe ya lo presentían, pero no querían reconocerlo, o no querían creer que fuera posible. Sabían que Omar Pérez, su ídolo, el símbolo, el jugador más ganador en la historia del club, el ‘10’, el león sin melena que los deleitó y les entregó instantes de magia refundida por décadas, se iba a marchar en algún momento próximo. Lo más difícil para ellos era que llegara ese día al que tanto le temían. Y el día llegó.
Omar Pérez es Santa Fe. Ahora puede ir a otro equipo, pero los colores rojo y blanco lo perseguirán como si fueran los colores de su sombra. Es inevitable. En Santa Fe vivió los mejores momentos de una carrera que a sus 36 años se niega a terminar. Ganó lo que ningún otro ganó en el club: 9 títulos en 9 años. En el 2009 llegó como un jugador ya consagrado, que había estado en el Junior y en Medellín, entre otros clubes. Todos conocían de su talento, pero no muchos debieron imaginar que Omar los conquistaría como lo hizo, al punto que hoy la afición llora su partida.
En los últimos días la noticia había empezado a coger aterradora fuerza. Omar terminó su contrato y existía un acuerdo de palabra para que siguiera, a eso se aferraban sus devotos. Pero se acabó el año. Pasaron los días. Comenzó la pretemporada del equipo y no había informaciones oficiales. Solo silencio y muchos rumores: ‘Omar llegó al país’; ‘Omar no va a seguir’; ‘Omar se reunirá con el presidente’... Las especulaciones solo fueron nuevos tormentos para la afición. Hasta que el técnico Gregorio Pérez dejó las cosas claras. Dijo lo que todo el mundo en el entorno del club sabía y nadie se atrevía a decir muy duro: que Omar no estaba para jugar un partido completo. Quedó claro que el DT no lo iba a tener en cuenta para este año. Su salida ya era cuestión de días.
En las últimas temporadas, Omar Pérez ha sido relegado al banco, pero al minuto 10 los aficionados 'cardenales' iluminan con linternas el estadio, un homenaje para el '10', quien es considerado uno de los máximos ídolos del equipo bogotano.

En las últimas temporadas, Omar Pérez ha sido relegado al banco, pero al minuto 10 los aficionados 'cardenales' iluminan con linternas el estadio, un homenaje para el '10', quien es considerado uno de los máximos ídolos del equipo bogotano.

Foto:AFP

Amores y odios

Omar dejará recuerdos inolvidables para su afición. Con su pierna mágica hizo lo que quiso. Bastaba un sutil movimiento de su empeine derecho para que los hinchas festejaran. Hizo 77 goles y anticipó muchos otros, 102. Levantó trofeos. Se convirtió en el gran capitán, en el hombre más respetado del vestuario. Pasaron técnicos y técnicos, nuevos jugadores, y él siempre siguió ahí. Pero los años y las lesiones le hicieron una que otra zancadilla. Empezó a jugar cada vez menos. Se volvió un jugador de 20 o 25 minutos.
La hinchada se acostumbró a verlo sentado en el banquillo y a esperar que se levantara a calentar. Entonces, como en un ritual, se paraban de sus sillas y aplaudían y coreaban su nombre: “¡Omaaar, Omaaar!”. Con eso les bastaba, con la certeza de saber que él seguía ahí, que de vez en cuando les regalaría un momento de alegría.
Más de una vez amagó, como lo hacía en la cancha, con marcharse. Y la sola insinuación generaba caos. En el 2016 un intento de partida derivó en una multitudinaria reacción de la hinchada que se volcó a su favor y en contra del DT, Gerardo Pelusso. Omar siguió. El DT se fue. Con ese episodio, Pérez agrandó su leyenda entre sus fieles, pero generó reproches de muchos que lo vieron como un desestabilizador, como un mal líder.
Sin embargo, ahí siguió, jugando sus 25 minuticos, incluso cada vez menos; a veces con lucidez, a veces no. Pero siempre que entró a la cancha despertó una sonrisa en sus seguidores.

El adiós

El día llegó. El club anunció su salida. En un comunicado informó que Omar no seguía, que le harán un partido de despedida, que el jugador hace gestiones para seguir su carrera en otro club, que se va de mutuo acuerdo. Así termina el ciclo de un ídolo. Esta generación de santafereños podrán contar que vivieron una época dorada con él, que vieron jugar a Omar, el símbolo, el ‘10’, el capitán, el rey de esos leones, el que les devolvió la sonrisa.
PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
Twitter: @PabloRomeroET
Pablo Romero
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