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La deuda que tiene Betancur... (Opinión)

Talento tiene, lo cierto es que tiene una deuda con Unzúe, con el país y con él mismo.

Por hablar de los triunfos de Nairo Quintana y Esteban Chaves, del protagonismo de Rigoberto Urán, Sergio Henao, Járlinson Pantano y el resto de colombianos en Europa, pasa de agache la venida abajo de Carlos Betancur, un hombre que con importantes figuraciones debería estar en esa lista de ilustres victorias, pero no es así.
Betancur no es el mismo de años anteriores; perdió la rueda desde que ganó la París Niza en el 2014, salió de pelea con la gente del Ag2R, escuadra que no se lo aguantó más y llegó a un acuerdo para que abandonara el equipo en el segundo semestre del 2015.
Cuando todo parecía perdido, cuando el panorama para él era oscuro, Eusebio Unzúe le tendió la mano, lo comprometió y le dio una oportunidad en el Movistar, pero hasta el momento no ha respondido a esa confianza.
Betancur fue quinto en la general y el mejor joven del Giro de Italia del 2013, y el mundo del ciclismo vio en él a un joven que tenía capacidades para luchar por el podio de una grande.
El título de la París Niza al año siguiente ratificó esas expectativas, pero se le apagó el bombillo: los problemas personales, el poco entrenamiento y la falta de atención al ciclismo le ganaron el embalaje.
Hace un año, la ilusión de verlo ganador regresó, pero fue por un momento. De nada sirvieron las victorias de etapa en la Vuelta a Asturias y en la Vuelta a Castilla y León, porque de ahí en adelante nunca volvió a figurar; volvió a ser el de los últimos dos años.
Corrió en 20 competencias, en 11 de las cuales abandonó; incluso, en el Giro de Italia, su carrera, la que le gusta, en la que fue uno de los grandes pedalistas de la general. Y este año ya lleva dos retiros en las dos pruebas en que ha tomado parte: Strade Bianche y el Gran Premio Industria & Artigianato.
No creo que el talento se le haya acabado, ni mucho menos que no tenga ciclismo para volver, lo cierto es que no solamente tiene una deuda con Unzúe y con el país, sino con él mismo. Carlos, todavía se puede.
LISANDRO RENGIFO
Redactor EL TIEMPO
En Twitter: @LisandroAbel
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