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Meluk le cuenta... (La ventaja de Millos, por un detalle)

La final está abierta, el 1-0 a favor de Russo, es corto, mínimo, jugable y alcanzable el domingo.

Gabriel Meluk
La vida es especialista en burlarse. Se burla en una esquina, en una calle, en un estadio...
Así ocurrió este miércoles en El Campín, en el juego de ida, en el primer partido, en la mitad de la final de la Liga de fútbol entre Millonarios y Santa Fe. Millonarios ganó 1-0 y lo hizo en la especialidad de Santa Fe: la pelota quieta, el centro y el gol...
Una paradoja: Santa Fe, el rey de los puntos y las victorias gracias a cobrar tiros libres y anotar, perdió anoche por esa misma jugada: minuto 32 del primer tiempo y falta en el costado izquierdo de la defensa cardenal. Juan Guillermo ‘Carachito’ Domínguez cobró la falta. La pelota voló al primer palo y Matías de los Santos le metió la coronilla. La rozó con la cresta de su cabeza y la mandó al otro palo. ¡Gol! ¡Gol de Millos...!
Y ese solo gol definió el primer duelo de la final: la ventaja mínima, pero ventaja, la tiene Millonarios por esa jugada en la que Santa Fe se ha convertido en un mito: bola detenida, centro y gol. Una paradoja.
Así es la vida, y así acabó un partido lleno de lucha, lleno de marca, lleno de fuerza, lleno de disciplina.
Millonarios y Santa Fe son equipos que se sienten y lucen mejor sin tener la pelota, sin construir volumen de juego, sin mayor tenencia de balón, para aguantar y contragolpear.
Azules y rojos se trenzaron en un duelo de fuerza, orden y seguridad. La premisa fue no recibir un gol. Luego ya se vería si se podía. Y Millos pudo en esa pelota quieta de De Los Santos.
En ese contexto, el primer partido del primer clásico bogotano por la estrella de Liga resultó sudado mas no jugado, cuidado mas no arriesgado, tenso mas no lírico.
Dos equipos acostumbrados a no atacar y a pelear en la cancha no atacaron y pelearon en un equilibrio casi perfecto de dos fuerzas similares de juego.
Las diferencias estuvieron en los detalles: primero, en el gol de Millos (más que suficiente); después, en la entrega de la pelota (Santa Fe estuvo mal en eso); también en el orden defensivo (Millos lo mantuvo) y, finalmente, en la concentración individual.
La final está abierta porque el marcador, el 1-0 a favor de Millos, es corto, mínimo, jugable y alcanzable el domingo, cuando Santa Fe esté con solo sus hinchas en las tribunas.
Se sabía que iba a ser (¡y que será el del domingo!) un partido muy parejo, muy cerrado entre dos cuadros que se sienten mejor luchando que jugando, esperando y contragolpeando. Santa Fe, el favorito de la llave por su campaña general, está en desventaja. Tuvo la pelota luego del gol, y Millonarios lo esperó, lo controló sin la bola.
La final no está definida, pero Millos pegó primero, y por un detalle...
Gabriel Meluk
Editor de Deportes
En twitter: @MelukLeCuenta
Gabriel Meluk
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