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Música y Libros

Las 'Banderas y harapos' de Gabriela Selser

El libro de la nicaragüense se lanza este sábado.

El libro de la nicaragüense se lanza este sábado.

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El libro de la periodista lo protagonizan seres que se entregaron a un sueño fracasado.

Cicerón decía que “la vida de los muertos es la memoria de los vivos”, pero el libro de la escritora y periodista argentina nicaragüense Gabriela Selser no solo prende la llama de la memoria para recordar a los que se fueron sino para ayudar a los que sobrevivieron a cerrar el doloroso capítulo de más de 10 años (1979-1990) de la guerra entre los sandinistas y contras.
Su libro, Banderas y harapos/Relatos de la revolución en Nicaragua, que se lanzará en la Filbo el próximo sábado a las 3 de la tarde, “es un testimonio para dejar una constancia sobre lo que realmente sucedió en esos años y evitar que las nuevas generaciones reciban una historia oficial alejada de la verdad”, le dice a EL TIEMPO la autora del libro.
Con prólogo de Sergio Ramírez y respaldado por la también respetada escritora Gioconda Belli, Banderas y harapos ha congregado a miles de ciudadanos en más de 15 presentaciones en Nicaragua porque muchos de ellos encontraron en sus páginas su memoria, la vida de sus muertos y la esperanza perdida.
La terapeuta nicaraguense Marta Cabrera, experta en duelo y trauma social y quien en la actualidad atiende a sobrevivientes de la guerra colombiana, ha dicho, por ejemplo, que, gracias al libro de Selser, pudo hacer el duelo de la muerte de su hermano, caído en combate en las montañas de Nicaragua en 1984, pues, cuando falleció, ella estudiaba en Alemania y no pudo despedirlo.

Para entender la historia

Por esa y muchas otras razones, Banderas y harapos se ha convertido en uno de los bestseller del año en Centroamérica. Se han hecho tres ediciones en menos de seis meses, y el escritor colombiano Eduardo García Aguilar será quien presente el libro y a su autora en la sala G, Ecopetrol, de la Filbo el sábado.
“Busqué plasmar lo que viví en carne propia. Esta es la historia de un pueblo que creyó en la revolución y se sacrificó, sin pensar que ese proyecto fracasaría. Hoy, casi cuatro décadas después, Nicaragua sigue siendo el segundo país más pobre de América y enfrentando un abanico de problemas sociales y políticos por resolver. Recuperar la memoria es clave no solo como un proceso de sanación personal sino como un instrumento para entender la historia y poder reconstruir una sociedad fracturada. Pienso que este libro puede ayudar también a Colombia en estos momentos de posconflicto para asimilar lo vivido y empezar a trabajar por un país mejor”, agrega Selser.
El libro de Selser no está escrito con odio ni con resentimiento. Destila la pasión de una generación que soñaba y luchó por construir un país mejor, que lo entregó todo pero que terminó por no recibir lo esperado tras la muerte de más de 50.000 nicaragüenses.
Para la autora, “el rescate de la memoria es fundamental en sociedades de posguerra porque si se valora el pasado se puede reconocer el sacrificio de miles de personas y darles atención psicosocial a quienes participaron en el conflicto para reintegrarlos con éxito a la sociedad”.
El gran problema es que eso no pasó en Nicaragua. “Los excombatientes no tuvieron atención terapéutica adecuada para superar sus traumas, y en la actualidad miles de ellos sobreviven en sillas de ruedas, en la miseria absoluta, sin ningún apoyo del Estado y esperando solo la muerte.
La experiencia de Nicaragua, por lo tanto, debe conocerse para que otros pueblos en busca de pacificación y reconciliación, como Colombia, no dejen abandonadas a víctimas y excombatientes, pues esos son los gravísimos errores que impiden la reconstrucción de un país”, afirma Selser.
La autora de Banderas y harapos es, sin duda, testigo privilegiada de la historia de Nicaragua, pues no solo llegó como alfabetizadora a los 18 años a ese país y sobrevivió después como corresponsal de guerra por 7 años, sino que es hija del historiador Gregorio Selser, uno de los principales y más respetados biógrafos de Augusto C. Sandino.
Y sobre su libro dice: “Nació como una especie de catarsis individual para conjurar mi propio dolor, pero, al publicarlo y ver la aceptación que tuvo entre la gente, me di cuenta (de)que miles de personas en Nicaragua también necesitan sanar sus heridas y honrar su pasado”.
“Recibo a menudo mensajes por Messenger de soldados que me dicen: ‘yo aparezco en tal página y quiero agradecerle por haber contado la historia que viví’. También he retomado contacto estrecho con la familia campesina que alfabeticé hace 37 años y recibido su gratitud, pues algunos de sus miembros son hoy profesionales y han asistido a varias de las presentaciones del libro en distintas ciudades de Nicaragua”.

El reencuentro

También, gracias a la publicación del libro, Selser reencontró amigos que había dejado de ver por años y ganó nuevas amistades de nicaragüenses que se acercan para agradecerle porque su obra les ha ayudado a “desenterrar” su historia personal y a hablar sobre ella con sus hijos.
Muchos jóvenes la han contactado para contarle que ahora tienen una visión diferente de sus padres porque gracias Banderas y harapos han valorado lo que hizo toda una generación para cambiar la historia de Nicaragua mediante una revolución.
El éxito del libro ha sido tan significativo que el conocido y respetado compositor Luis Enrique Mejía Godoy compuso, inspirado en la obra de Selser, la canción Por eso vivo, para que, como dice la letra, “quede constancia de lo vivido/ de lo que nos duele tanto y lo más querido/ para que el profundo surco de aquella siembra/ no lo falsifique el odio ni la mentira…”.
Para él no fue fácil escribir esta historia cantada, pero dijo públicamente que era necesario hacerlo “para que aquellos humildes padres y hermanos/vivan para siempre, eternos en la memoria/ para curarnos los males y sanarnos las heridas/ para quitarme este peso del corazón… por eso vivo, por eso canto…”, como dice la canción.
GLORIA HELENA REY
Especial para EL TIEMPO
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